Prensa.
La Voz del Cinaruco. Colombia.
El informe de Human Rights
Watch (HRW), puso en evidencia la inexistente o escasa presencia del estado
colombiano y la exposición de la población civil a los abusos de armados
ilegales en Arauca y en esta región del país. No solamente por la innegable
presencia y poder del ELN y de las disidencias de las FARC, sino por el abandono histórico que el estado ha tenido
a su habitantes.
Decir que estos grupos
armados ilegales, no inciden directamente en la sociedad, en la economía y en
el diario vivir es intentar tapar el sol con un dedo. Solo basta preguntarle a
un transportador lo que sucede en las carreteras de Arauca, cuando la disidencia
los tiene “carnetizados”, con una especie de salvoconducto para poder circular
por la región, o simplemente preguntarles cuanto deben pagar de “vacuna”
mensualmente y que pasa si no la pagan.
Mal hacen las autoridades
en posar de ingenuas y no reconocer que en Arauca se vive un “cogobierno” de la
guerrilla o de los armados ilegales. Será que acaso los comandantes de la
fuerza pública no saben que hasta los “carrucheros” deben entregar su “cuota”
diaria a estas organizaciones. Será acaso que no saben que el contrabando de
carne, queso, gasolina y narcotráfico, son un negocio manejado por la
guerrilla. No puedo creer que las autoridades no sepan que los distribuidores
de cervezas, gaseosas, cemento, ladrillos, entre otros muchos productos que
llegan a Arauca del centro del país, deben pagar su “impuesto”.
Por qué no le preguntan a
los contratistas cuantos y por cuanto fueron extorsionados por la guerrilla.
Sera acaso que en los municipios del piedemonte, no hay que pedir permiso hasta
para aspirar a un cargo de elección popular y que en muchos casos “cogobiernan”
o se ven sometidos por las presiones de estos grupos?
No nos llámenos a engaños,
solo miremos el estado de la Vía de la Soberanía, de la interconexión eléctrica
con el centro del país, de la degradación del sistema de salud en el
departamento, de la ineficacia de los entes de control, de las limitaciones del
sistema judicial y por supuesto de la violación constante de los derechos
humanos, o es que olvidamos que en el 2019 en este departamento se registraron
180 homicidios, es decir, en promedio un
muerto cada dos dias.
Como no decir que el
estado nos abandono cuando nuestros congresistas deben “mendigar” en los
ministerios proyectos para Arauca. Peor aún que los mandatarios locales deben
realizar constantes viajes a la capital de la república para “gestionar”
recursos, donde muchas veces se quedan en proyectos, que en la mayoría de los
casos no son aprobados o sencillamente no alcanzó el presupuesto para Arauca.
Esto no se puede llamar de otra manera, sino ausencia o inexistencia de estado.
Decir que el estado nos abandonó, no es una mentira es una realidad y debemos
aceptarla. Arauca representa muy poco para el estado, es duro decirlo pero
debemos aceptarlo.