Opinión. Felix Velazques. Esta semana me
toco grabar un documental en el barrio José Félix Ribas de Petare con un
periodista alemán y uno austriaco. Para ver como la oposición ha venido ganando
terreno en esos lugares, que en un momento fueron zonas chavistas hasta morir.
Lo impresionante
de todo este recorrido no es que existan opositores al gobierno en el barrio
más grande de Latinoamérica, lo que realmente sorprende es que en los lugares
donde hay más chavistas, es donde las condiciones de vida son las más
deprimentes, mientras más mal está la persona, aumenta el culto a Chávez.
Pudimos ver casas con las aguas negras por dentro de su sala y no querían ayuda
del alcalde del Municipio Sucre Carlos Ocariz, porque dicen que su comandante
los va a salvar.
Los periodistas
se quedaron sorprendidos de como escuchan a un presidente hablar de un país
rico y petrolero, pero su barrios cada día son más pobres y adoctrinados. De
cómo el presidente regala todas las riquezas petroleras y hay venezolanos que
viven y conviven con la miseria.
Hay que estudiar
el pensamiento chavista que se quedó encerrado en las esquinas del barrio, sin
ver más allá de sus ojos. Parece mentira pero el culto a la pobreza ha hecho a
muchos dirigentes chavista como lo diría Carlos Marx, una cosa o la
cosificación del individuo, en donde ellos no piensan si su comandante no se
los permite, ellos no critican el estado de abandono en que se encuentran
porque su comandante se puede molestar.
Basta de vivir
en la miseria, de tener un presidente para los pobres, lo que necesitan los
barrios es un mandatario que los saque de la pobreza o mejores sus condiciones de vida, no un hombre que
hable de pobreza y no de cómo salir de ella. En los últimos 14 años la pobreza
ha sido la punta de lanza de una revolución trasnochada y fuera de foco, que lo
único que ha hecho es seguir los patrones cubanos de la dominación
subordinación para tener el control político y ciudadano de los venezolanos con
necesidades sentidas.
Gracias a Dios
en este recorrido por petare conseguimos a muchos ciudadanos que están con el
cambio y el progreso, que no quieren morir en el barrio sin ninguna esperanza
de superación y movilidad social, ellos quieren ver transformado su sector,
como lo hicieron en Medellín, Colombia, que un sector popular que estaba
condenado por la pobreza y la inseguridad, fue transformado por el Alcalde
Sergio Fajardo en un lugar para que convivieran pobres y ricos, con bibliotecas
públicas, parques y guarderías para los usuarios de las instalaciones.
El aprendizaje
de todo este recorrido, es que la lucha contra la pobreza ahora es que
comienza, que debemos luchar por erradicar todo pensamiento limitador, para
demostrarle al mundo que el cielo es el
límite y que los venezolanos merecen conseguir el desarrollo y convertirse en
una potencia latinoamericana y no en una nación de balseros.