Opinión.
Vito Vinceslao
Leyes del Poder Popular serán rechazadas
Si el Gobierno no ha instrumentado las denominadas Ley del Poder Popular
en lo inmediato, y se las mantiene como en reserva, es porque está al corriente
que el pueblo de Venezuela le va a oponer y en este momento se daría cuenta,
como tiene que darse cuenta de lo que se pretende hacer con el país, tal como
lo asegura Gílmer Viloria, quien considera que es urgente y necesario que las
conozcan perfectamente todos los venezolanos, para que asuman sus juicios con
conocimiento de causa y sepan cuál es el verdadero propósito del actual
gobierno.
Mientras el país se disputa entre la ineficiencia del gobierno para
resolver los ingentes y tradicionales problemas sociales y económicos agravados
en los últimos años; y los planteamientos políticos electorales con vistas a
las venideras elecciones, se viene adelantando gradual y progresivamente, la
estrategia para imponer un sistema contrario a la democracia social y
participativa prevista en la Constitución Bolivariana.
La advertencia la formula el ex gobernador del estado Trujillo y ex
militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Gílmer Viloria,
quien precisa que "ese sistema que se está imponiendo ni es socialista, ni
capitalista, ni comunista. Es simplemente el llamado Estado Comunal presentado
por Chávez a los venezolanos bajo el falso ropaje del socialismo".
La pregunta es por qué no se aplican estas leyes ya, de la forma en que están concebidas?
Aplicarlas ahora sería electoralmente
inconveniente. A estas leyes se les ha dado el carácter de orgánicas y son las
del Poder Popular, la de las Comunas, la del Sistema Económico Comunal y la de
Planificación Pública Popular entre otras, que en conjunto estructuran el
Estado Comunal, no previsto en la Constitución. Véase el artículo 8, ordinales
8 y 9 de la Ley Orgánica del Poder Popular, en la que se define la Comuna como
la célula fundamental de conformación del Estado Comunal, parafraseando así el
viejo concepto de familia que se conoce como la célula fundamental de la
sociedad.
Véase también el artículo 4 de la Ley
Orgánica de las Comunas, en el que se establece las definiciones del Banco de
la Comuna, Estado Comunal, Sistema Económico Comunal, entre otros conceptos a
través de los cuales se prevé el llamado Autogobierno Comunal, y el artículo 60
de dicha Ley que se refiere a los Sistemas de Agregación Comunal, entre los que
se indican, la Ciudad Comunal, constituida por varias comunas en un ámbito
territorial determinado, la Federación Comunal como instancia de articulación
de dos o más ciudades en el ámbito de un Distrito motor de desarrollo.
Estos últimos previstos en la Ley del
Consejo Federal del Gobierno, cuya creación y organización dependen
directamente del Presidente (Jefe Supremo); la Confederación Comunal como
instancia de articulación de Federaciones Comunales en el ámbito de los
llamados ejes territoriales de desarrollo. Y en la Ley Orgánica del Sistema
Económico Comunal que redunda en estas misma definiciones pero que habla del
trueque, de la propiedad social, del comité de economía comunal.
Se le llama socialista pero no es sino
un régimen personalista, autoritario, cuya meta es concentrar todo el poder
(político, social y económico) en el Jefe Supremo. En una palabra, la tiranía
de un gobernante arbitrario que se adueña del poder sin control alguno, cuyos
designios a esta hora están ya establecidos en un conjunto de leyes sancionadas
en el período legislativo anterior, al margen de la Constitución.
Chávez ha
logrado avanzar hacia el autoritarismo dentro del marco de esa estrategia
hasta ahora se ha venido ejecutando el control de las instituciones políticas,
es decir, los Poderes Públicos y el Aparato Electoral, el Banco Central, el
Poder Ciudadano y el Sistema Judicial; pero también se ha puesto en práctica
una política que desconoce la Descentralización prevista constitucionalmente y
la Autonomía de los Poderes estadales y locales.
La otra parte es la Tiranía en marcha, que al mismo tiempo
como para ajustarse más a la definición clásica de tiranía, se planifican y
ejecutan expropiaciones arbitrarias (confiscaciones) de bienes privados que,
con el carácter de una política de Estado es utilizada para sancionar y
reprimir: porque te opones al régimen te expropio, es la consigna. Con lo cual,
además el gobierno pretende culpar a otros de su estruendoso fracaso.
Es el caso de la vivienda que ilustra a cabalidad este aspecto. Y todo ello se
pretende sostener mediante una política de propaganda como nunca se había visto
en Venezuela, a través de la cual se presenta un país que no existe o una
imagen falsa de Venezuela, como corresponde a toda propaganda.
Pero este proceso de manipulación tiene
la característica de girar en torno a la efigie del Jefe Supremo creando así el
culto a la personalidad mediante el uso abusivo de todos los medios
audiovisuales y escritos, en los que se nos hace ver a un gobernante infalible,
indiscutible, omnisapiente e irremplazable, entronizando así el apologismo como
instrumento de dominio político. Las cadenas de radio y televisión (transmisión
simultánea) forman parte de esa campaña.
Estoy convencido que nadie en Venezuela deseará que se le cambien
bolívares por fichas como ocurría con la peonada de las haciendas de los
gamonales durante la tiranía de Juan Vicente Gómez.