Internacionales. Washington. Durante
casi 80 años, el 20 de enero ha sido el día de la transición presidencial en
Estados Unidos. Dado que en 2013 este día será domingo, el presidente Obama
prestará el juramento de posesión el día 20 de enero en privado y lo hará de
nuevo en público el día 21, como parte de los procedimientos de toma de
posesión ya conocidos.
No obstante, hasta 1933, el más
cálido día del 4 de marzo era el establecido para la transición y el que
conmemoraba el primer día en que se reunió el Congreso de Estados Unidos en
1789, así como aquel en que un gobierno comenzara a ejercer bajo las normas de
la recientemente adoptada Constitución estadounidense.
Las 17 semanas que transcurren
entre las elecciones de noviembre y la toma de posesión del 4 de marzo eran
convenientes para los funcionarios de los siglos XVIII y XIX, que con
frecuencia se desplazaban en medios de transporte primitivos para llegar a
Washington desde sus distritos de residencia. También se trataba de un período
de transición de 17 semanas en las que los congresistas destituidos o en
jubilación podían continuar su gestión, a pesar de que no tenían que rendir
cuentas ante los votantes en sus distritos electorales.
INACTIVIDAD DEL GOBIERNO SALIENTE
DURANTE CRISIS NACIONALES
No solo fueron las mejores
condiciones de desplazamiento lo que acabó por trasladar el día de la toma de
posesión. Los extensos períodos de transición administrativa durante momentos
de crisis nacional constituyeron una fórmula para la indecisión y la
inactividad mientras el país estaba a la espera para que un nuevo presidente y
un nuevo Congreso asumieran el control y el mando.
Durante el período de 17 semanas
entre la elección del presidente Abraham Lincoln y su toma de posesión el 4 de
marzo de 1861, siete estados declararon su secesión de Estados Unidos. El
predecesor de Lincoln, James Buchanan, estaba de acuerdo con el presidente
entrante en que los estados no tenían derecho a la secesión, pero también creía
que era ilegal que el gobierno reunificara el país por la fuerza. Como consecuencia,
en el momento de la toma de posesión de Lincoln, el gobierno de Estados Unidos
no había hecho mucho por contrarrestar el establecimiento de los independizados
Estados Confederados de América ni por prepararse para lo que llegaría a ser la
guerra más mortífera de la historia de Estados Unidos.
Durante otro período de transición
entre la elección de Franklin D. Roosevelt y su toma de posesión el 4 de marzo
de 1933, parecería que Estados Unidos no tuviera liderazgo durante 17 semanas,
su economía seguía afectada: miles de bancos estaban en la bancarrota y uno de
cada cuatro ciudadanos buscaba trabajo en el punto álgido de la Gran Depresión.
Muchos políticos y organizaciones
prominentes del siglo XIX y principios del XX percibieron el riesgo de tener un
período tan extenso entre las elecciones y la transición gubernamental, pero
cualquier cambio requería una enmienda en la Constitución de Estados Unidos, un
proceso complicado por su diseño.
Las iniciativas para reducir los
períodos de transición atrajeron de inmediato la atención pública después de
las elecciones de 1922, cuando el presidente Warren Harding trató de obligar al
Congreso a aprobar el proyecto de ley que pretendía subsidiar la construcción
de navíos de carga, a pesar de la intensa oposición de los trabajadores
organizados y de los intereses agrícolas, y del hecho de que los votantes
estadounidenses hubiesen rechazado recientemente a los candidatos que apoyaban
la idea de Harding.
En respuesta, el senador George
Norris de Nebraska propuso lo que eventualmente se convertiría en la 20ª
enmienda de la Constitución, con la cual se estableció que el nuevo Congreso se
reuniera el día 3 de enero y el presidente tomara posesión el día 20 del mismo.
Norris necesitaría 10 años para que
el Senado y la Cámara de Representantes aprobasen esta enmienda, y para que luego
fuese ratificada por tres cuartas partes de los estados del país. La primera
toma de posesión del presidente Franklin Roosevelt en 1933 fue la última que se
celebró el 4 de marzo. Este período de transición ineficaz durante la Gran
Depresión sin duda alguna desempeñó un papel en la aceleración de la
ratificación de la enmienda.
De conformidad con la 20ª enmienda,
el 113º Congreso de Estados Unidos recientemente elegido comenzaría a ejercer
sus funciones el 3 de enero de 2013, entre las que se incluye la tarea de
confirmar a los funcionarios del gabinete y a los jueces que ha designado el
presidente Obama.
EL 20 DE ENERO NO ES EL DÍA IDEAL
PARA LOS ESPECTADORES DE LA TOMA DE POSESIÓN
La ratificación de la 20ª enmienda
redujo de manera significativa el período de transición administrativa y
contribuyó a la tradición estadounidense de una transición política pacífica,
pero también obligó a que la toma de posesión presidencial se llevase a cabo en
mitad del invierno.
En general, enero es el mes más
frío en Washington, con temperaturas que oscilan entre los 2 y los 6 grados
centígrados. Se calcula que en la primera toma de posesión del presidente Obama
del 20 de enero de 2009, 1,8 millones de personas esperaron durante horas en
las frías temperaturas para presenciar el juramento, escuchar el discurso de
toma de posesión y ver el desfile en la Avenida Pennsylvania desde el Capitolio
de Estados Unidos hasta la Casa Blanca. Para hacerlo más incómodo, la
temperatura nunca subió por encima de 1° bajo cero.
No obstante, la fecha anterior de
la toma de posesión también tenía sus riesgos.
El 4 de marzo de 1841, el
presidente William Henry Harrison tomó juramento durante un día nublado con
vientos helados y una temperatura de 9 grados. El nuevo presidente rehusó
llevar sombrero, abrigo o guantes, y pronunció un discurso de toma de posesión
de dos horas de duración (el más largo en la historia de Estados Unidos) y se
cree que contrajo un resfriado.
Harrison sufrió una neumonía y el 4
de abril falleció, marcando con ello el período presidencial más corto de la
historia estadounidense.
Información suministrada por la
Embajada de Estados Unidos en Venezuela.