En Venezuela existe desde 2003 un férreo control de cambio, del que dependen particulares y empresas para adquirir divisas. Por su parte, Rolando Morales, un entrenador físico de 50 años, sale del comercio con varios equipos que instalará en su nuevo pequeño gimnasio, pero que no pensaba adquirir rápido.
"Pensaba comprarlos para el otro mes pero como salió esto compré ahorita lo que conseguí. Si hubiese encontrado el televisor y la nevera los hubiera comprado. Seguro se acabaron el viernes", señala.
Según analistas, la depreciación del bolívar mejorará las cuentas del Estado venezolano, que mantiene un déficit fiscal de 16% del PIB y la deuda pública supera los 150.000 millones de dólares (cerca de 50% del PIB), pero tendrá un impacto negativo en la inflación, que cerró en 20,1% en 2012 y es la más alta de la región.
Tras la medida, muchas personas se agolparon en las tiendas para hacer compras de última hora. Incluso, en una refinada licorería del este de la ciudad, decenas de clientes hacían el viernes la fila para pagar abarrotados de botellas.
Pero el asueto de lunes y martes de Carnaval vació la ciudad de sus habitantes y muchos comercios se mantuvieron cerrados desde el fin de semana. Sin embargo, otros habilitaron horarios de emergencia ante la alta demanda. Entre el viernes y el lunes, los teléfonos no pararon de sonar en la agencia de turismo Daccord Tours, que vendió en esos días más que todo lo que vendió en el mes de enero.
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