El juego se definió tempranito. En el primer inning Obregón fabricó sus dos carreras. Con el estadounidense Austin Bibens- Dirks en el montículo naviero, el primer bate de los Yaquis, Chris Roberson, se embasó por error del inicialista José Castillo.
En seguida el grandeliga Alfredo Amézaga se fue para la calle y se trajo dos para la goma. Los campeones mexicanos no necesitarían más esfuerzo ofensivo para ganar el duelo, pues el cuerpo monticular se encargaría de silenciar a los tímidos barquillos nacionales, que promedian el promedio colectivo de la serie hasta ahora(.168).
“Creo que el pitcheo de Bibens fue bueno, pero las dimensiones del parque por el jardín derecho son cortas y Amézaga logró sacarla por ahí”, declaró el mánager Luis Sojo al final del compromiso. “La ofensiva no ha estado ahí, no es un secreto para nadie. Para ganar hay que producir y no lo hicimos”.
Magallanes derrotó a los Yaquis en el partido de ida, y ahora los aztecas devolvieron el golpe. El derecho Rolando Valdez, abridor por México, estuvo imponente sobre el montículo del estadio Sonora con siete innings en blanco, apenas cinco hits, sin boletos y seis bates criollos abanicados. Luego el bullpen azteca se encargaría de terminar el trabajo. Entre Héctor Navarro, Dennys Reyes y Oscar Villarreal permitieron apenas dos hits, y pasaron por las armas a cinco carabineros del Magallanes. En total, la artillería naviera abanicó la brisa en once oportunidades.
Bibens-Dirks cumplió con un gran juego de siete capítulos, en los que apenas aceptó una rayita limpia, con boleto y cinco ponches. Pero no contó con el respaldo de su ofensiva.