Prensa. El
Nacional.
El sociólogo Ignacio Avalos explica la dimensión social de la selección en
la coyuntura política
DANIEL PRAT
JEREZ
Las gradas de Cachamay volverán a llenarse
esta noche bajo un mismo color: el vinotinto. Bajo esa camiseta coincidirán
verdes, azules, rojos, zurdos, derechos, catires, mulatos o pardos. "Por
90 minutos tendremos patria, aunque sea por un ratico", explicó Ignacio
Avalos, sociólogo y profesor de esa escuela en la UCV.
Para el docente, desde hace algunos años la selección de fútbol ha
comenzado a cumplir un papel que casi ningún otro actor puede cumplir. "La
crisis política, ha derivado en esa idea de un país dividido en dos, un país
que mira al futuro con un proyecto y otro con uno distinto, totalmente
incompatibles. La Vinotinto ha sido entonces un punto de encuentro, una de las
pocas cosas que nos convocan a todos los venezolanos".
Origen. Desde su formación académica, Avalos explica el fútbol como un fenómeno muy
ligado al nacionalismo, capaz de enfrentar a la globalización actual. "El
fútbol y FIFA siempre se basó a partir de los estados nacionales, siempre fue
nacionalista. No hay ningún deporte que involucre a lo nacional como el fútbol,
que invoca constantemente a la patria".
Desde hace años, el sociólogo siente que ese mismo proceso ha llegado a
Venezuela. "Actualmente la globalización hace que los grandes problemas
dependan mucho menos de los Estados. El terrorismo, la crisis financiera, el
calentamiento del planeta, son problemas globales, y eso debilita a los
Estados, incluso a los más poderosos. Todo eso, en Venezuela se contradice
porque este fenómeno, que comenzó hace 14 o 15 años, llegó hoy a convocar a los
venezolanos entorno a la épica nacional".
Ayuda. En la lectura de Avalos, Venezuela es un país en el que "ya no nos
hablamos sino que nos gritamos". Y esa división es producto de la
política, por lo que tiene que ser la misma política la que cure esa herida.
"Es un país descocido, hay que zurcirlo pero la Vinotinto no será la que
lo haga. El ejemplo me parece hermoso, porque es la expresión de un país que no
encuentra más razones para sentir que es un solo país, pero es efecto,
consecuencia o ayuda, pero no la solución".
Durante el último Suramericano Sub 17, el cuerpo técnico de Rafael Dudamel
utilizó el ejemplo de Suráfrica, que aprovechó el Mundial de Rugby de 1995 para
ayudar a diluir las barreras raciales. Para Avalos, el torneo fue la última
puntada para una reconciliación que se venía tejiendo con otras acciones, algo
que en Venezuela no ha ocurrido.
Sin embargo, la Vinotinto y su ejemplo, seguirán regalándole al país puntos
de encuentro, especialmente si continúa cosechando triunfos. Puntos que pueden
ser el inicio para una reconciliación popular. Esta noche, al menos por 90
minutos, Venezuela se olvidará de sus dos mitades y será un solo país.