Prensa. Diario El Nacional.
Una vez concluido el debate sobre el punto, la bancada de la MUD se retiró
del hemiciclo. El parlamentario de Aragua aseguró que se enfrentaba al poder
ALEX VÁSQUEZ S.
/ YAMIS URBANO / BORIS SAAVEDRA
A las 6:16 de la tarde de ayer, luego de un debate de más de dos horas, la
Asamblea Nacional allanó la inmunidad parlamentaria del diputado Richard Mardo,
en medio de una discusión entre el oficialismo y la oposición sobre las
exigencias legales para hacerlo. Cada bancada se aferró a artículos distintos,
de la Constitución y del Reglamento Interior y de Debates del Parlamento.
Aunque no estaba en la agenda del día, el tema se incluyó y se le dio “urgencia
parlamentaria”. En ambos casos, la aprobación contó con la mayoría simple de la
aplanadora roja.
En la oposición aseguraron que se necesitan las dos terceras partes de los
votos para quitarle la prerrogativa constitucional a un diputado –porque “es
una separación del cargo”– y en el oficialismo, que sólo hace falta la mitad
más uno. En el debate el diputado Mardo se defendió: “Si por ayudar a los pobres me
quieren dictar cadena perpetua, que lo hagan. Estoy aquí, enfrentándome al
poder”.
Aclaró que su intención no es defender su inmunidad parlamentaria, sino la
institucionalidad y la democracia en el país. Retó al diputado Pedro Carreño a
que demostrara que por sus cuentas ha pasado la cantidad de dinero que le
atribuyen.
La persecución. Desde el principio, el presidente de la
Asamblea, Diosdado Cabello, adelantó la decisión y argumentó sus razones. En
primer lugar, aclaró, hay una diferencia entre la separación temporal y el
allanamiento a la inmunidad. Explicó que calificar a un diputado y obtener la
separación temporal sí requiere las dos terceras partes de los votos, mientras
que el allanamiento a la inmunidad es “sólo una autorización para que continúe
el juicio”, algo que, dijo, sólo requiere la mitad más uno de los presentes.
“La calificación sólo se usa sobre el comportamiento de los diputados aquí
en la AN. Por ejemplo, si un diputado tiene problemas de alcohol y comete
cualquier cantidad de desafueros, no podemos aplicar la inmunidad. Se necesita
el voto de las dos terceras partes y se separa de su cargo para que reciba un
tratamiento médico”, explicó.
Dijo que el artículo 200 de la Constitución establece que el TSJ podrá
ordenar, previa autorización de la Asamblea, la detención del diputado acusado
para continuar su enjuiciamiento y agregó que el artículo 89 del Reglamento de
Interior y Debate ordena que todas las decisiones se tomarán “por mayoría
absoluta, la mitad más uno”, salvo aquellas sobre las que la Constitución
especifique otro método. Pidió a los diputados de la MUD leer la Constitución.
En respuesta, el diputado Abelardo Díaz lo invitó leer la sentencia del
TSJ. Aseguró que el fallo señala que, de ser allanada la inmunidad al diputado,
quedará suspendido de su cargo e inhabilitado para ejercerlo y “ordena ir al
artículo 187 de la Constitución, numeral 20, porque se refiere precisamente a la
separación del cargo, que requiere las dos terceras partes”.
El diputado Hiram Gaviria afirmó que lo que ocurre es una persecución
política del gobernador de Aragua, Tareck el Aissami. Insistió en que se
requerían las dos terceras partes, por tratarse de una suspensión, pues la
sentencia del TSJ aclara que, de acordarse el enjuiciamiento, operará lo
establecido en el artículo 380 del COPP: que Mardo dejaría de ser diputado y
quedaría inhabilitado. “¿Es o no una suspensión?”, se preguntó Gaviria. Al final del debate sobre el tema, la bancada de la unidad se retiró del
hemiciclo.
“Que no se escape ninguno”
Todos buscaban un lugar para aplacar el hambre. En la periferia de la
Asamblea Nacional cada uno estaba en su asunto. “Aquí siempre pasa algo, pero
no termina en nada”, dice uno que vende baterías alcalinas “bien baratas”.
Alrededor de 20 curiosos y “revolucionarios de corazón” estaban cerca de la
ceiba esperando la entrada de los diputados para la sesión del día. “Que no se
escape ninguno. Estén pendientes”, dice, airada, una señora de vestido rojo
hasta los tobillos. Como si se tratara de un juego, insultaban a los
parlamentarios de oposición y reían. Vitoreaban a los legisladores del chavismo
y reían. Una estrategia lúdica de intimidación. Avanzó la tarde y los ánimos
nunca alzaron vuelo. “Aquí se acabaron las ilusiones. Todas se las llevó el
comandante”, dijo la señora del vestido rojo, que se quedó tomando su papelón
con limón. Sin embargo, había un grupo en franelas rojas que orbitaba en la
entrada este del Palacio Legislativo. No llegaron con arengas, sólo exigencias.
Unos eran del Partido Comunista y pedían celeridad en la Ley Especial de
Consejos de Trabajadores; otros, trabajadores de Industrias Diana, y exigían
que se revise la destitución de Ángel Orsini por parte del ministro Félix
Osorio. Un grupo más nutrido de trabajadores, de Industrias Unicon, pedían que
se llegue a término la discusión de su contrato colectivo. “Este es el pan de
cada día aquí. Estamos pidiendo la plata que nos corresponde”, dijo uno de los
que protestaba.
De vendedor a parlamentario
Richard Mardo. Maracay, estado Aragua, 11 de julio de 1947. Diputado por el
circuito uno del estado Aragua.
Comenzó como vendedor en el área textil hasta que logró convertirse en
empresario en ese sector. En 2000 alcanzó la licenciatura en Administración
Comercial en la Universidad Carabobo. Ese mismo año se registró como militante
del partido Primero Justicia. Fue uno de los primeros que fundó una célula de
la agrupación en el estado Aragua. Rápidamente consiguió hacerse de un nombre
en el partido y en 2005 fue nombrado coordinador regional de la entidad. En
2010 comenzó su campaña para la diputación del circuito uno de su estado. Ganó
con más de 150.000 votos. Perdió las elecciones para la Gobernación de Aragua
contra Tareck el Aissami en 2012.