Internacional. Washington — El
virus de la gripe aviar H7N9, que se detectó por primera vez en humanos en
2013, tiene características que le podrían permitir propagarse amplia y
rápidamente, según los descubrimientos de un equipo de investigación
internacional dirigido conjuntamente por la Universidad de Wisconsin–Madison y
la Universidad de Tokio.
“Las cepas del virus H7N9 poseen varias características que se relacionan
habitualmente con las características del virus de la influenza humana y, por
tanto, encierran el potencial pandémico y se debe vigilarse”, advirtió
Yoshihiro Kawaoka, un investigador de UW-Madison y experto en gripe. Kawaoka
realizó la investigación con el apoyo de los Institutos Nacionales de la Salud
de Estados Unidos y ministerios japoneses con carteras de ciencia y salud.
Las autoridades sanitarias chinas han informado de 132 casos comprobados de
H7N9, con un resultado de 43 muertos, según la agencia de noticias china
Xinhua. Estos son los primeros casos que se conocen en los que esta cepa
particular de la gripe aviar ha infectado a seres humanos. Hasta el momento,
todos los casos se han presentado en China. No se ha informado de nuevos casos
desde finales de mayo; sin embargo, la comunidad sanitaria internacional entra
en estado de alerta máxima con la aparición de un “nuevo virus”, que no se
había visto nunca en seres humanos.
Publicada en la edición del 10 de julio de la revista científica Nature,
la investigación de UW-Madison y la Universidad de Tokio reveló que el virus
H7N9 puede infectar y multiplicarse en distintas especies de mamíferos, entre
ellas monos y hurones. El virus fue capaz de transmitirse de un ejemplar a otro
entre los hurones que participaron en el experimento.
Los hurones se parecen a los seres humanos en el hecho de que la gripe les
provoca tos y estornudos, y esa expulsión al aire de las partículas que
contienen el virus infecta a los demás. Los investigadores descubrieron esta
forma de transmisión entre los hurones infectados, aunque no se producía de
manera tan eficiente como suele ocurrir típicamente con otras cepas de la gripe
que se ven comúnmente en seres humanos.
Ese descubrimiento es preocupante, afirmó Kawaoka.
“Las cepas de virus H7N9 combinan varias características de los virus de la
influenza pandémica, es decir, su capacidad para adherirse y multiplicarse en
las células humanas y la capacidad de transmisión a través de gotas del sistema
respiratorio”, según declaró Kawaoka en un comunicado de prensa de UW-Madison.
Si la cepa H7N9 desarrollara una capacidad para transmitirse más
eficientemente de persona a persona, “es casi seguro que se produciría un brote
mundial, ya que los seres humanos carecen de la respuesta inmunológica que los
proteja contra estos tipos de virus”, advirtió Kawaoka.
Si bien se han producido varios casos de H7N9, al parecer, a través del
contacto cercano entre íntimos, no hay evidencia que sugiera que el virus H7N9
haya desarrollado la capacidad permanente para transmitirse fácilmente.
Kawaoka señala una característica particularmente extraña del H7N9: si bien
es una cepa de la influenza aviar (formada por las proteínas hemaglutinina y
neuraminidasa), no provoca una enfermedad grave en las aves. En casos anteriores
en los que una cepa de la gripe aviar infectaba tanto a aves de corral como a
personas, la enfermedad en las bandadas era una clara señal de advertencia de
que los seres humanos podrían estar en peligro de exposición. Las bandadas
enfermas también eran fáciles de identificar como fuente a la que un individuo
había estado expuesto.
“Las aves infectadas con el virus H7N9 probablemente no den una señal de
advertencia útil”, informó la OMS en una evaluación del virus realizada en
junio, “y podría ser difícil determinar si una persona ha estado en contacto
con aves de corral infectadas con el H7N9”.
Los casos de H7N9 en seres humanos están, al parecer, vinculados con la
exposición directa a aves de corral vivas o a su entorno contaminado; sin
embargo, la evaluación de la OMS afirmó que todavía queda mucho por aprender
acerca de las vías de transmisión y el “reservorio” de virus, es decir, la
población en la naturaleza que dio origen a esta cepa viral y la sigue
albergando.
El equipo de investigación dirigido por Kawaoka concluye su artículo
publicado en Nature con una nota positiva: la mayoría de las
cepas que sometieron a pruebas demostraron sensibilidad a los medicamentos
antivirales que se utilizan contra el virus de la gripe estacional.
Nota suministrada por la oficina de prensa de embajada de Estados Unidos en
Caracas: