Columna.
Marlani Sánchez. @marlanisanchez
Hace
muchos años, cuando comencé a ejercer periodismo en estas bellas pampas, me
tocó de "compañero" un reportero gráfico que se la daba de gracioso,
y como una de las fuentes era la de comunidad, pues él veía, como una gran
gracia meterme (quizás olvidaba que él iría conmigo) en los barrios
considerados más necesitados de la ciudad, con el contexto que implicaba, para
luego fanfarronerar con los amigos del gremio: ¿Saben para dónde la metí? ¡Para
La Defensa! ¡Para San Luis! ¡Para La Hidalguía! ¡Para "Chucha sola"!.
Chucha sola, pensé. Qué folclórico. No pude dejar de preguntar.
Sí,
ya me imaginaba a mujeres solas, obvio, madres solteras, echándoles
piernas a la vida. Recuerdo que me
echaron el cuento de que un grupo de mujeres invadió la zona y cuando las
fueron a sacar se embraguetaron y no pudieron sacarlas. Pero nunca confirmé.
Recuerdo
esa primera visita a "chucha sola", sí eran solo mujeres, hicimos las
entrevistas (bueno, hice), él tomó las fotos, nos brindaron comida y bebidas;
refrescos, y salimos de ahí. Recuerdo que una de ellas me miraba más de lo
común, mucho más, entendí, disimulé, y normal pues. Luego volví a verla muchas
veces, jamás intercambiamos palabras, aún la veo, en este pueblo bien sabemos
que jamás vemos a una persona una sola vez, esa es una de sus magias.
Y
seguía oyendo: "Chucha sola". Quizás ya no con la misma frecuencia,
después era alternado, entre "chucha sola" y Los Centauros. Quién
sabe por qué razón fue el tema número tres para abordar en la entrevista con el
cronista de la ciudad (ya procesé de tres, tres, aunque ya se me ocurrió otro,
y ya acordamos la entrevista, en la misma Plaza Bolívar, ha sido aplazada
muchas veces, y debo confesar que por mí, claro, aún me quedaba uno, pero ya
no).
Entonces,
fue hasta hace poco que quise indagar, a ver si conseguía algo más de lo que ya
sabía de "Chucha sola", juro que una voz acaba de decirme al oído:
"Chinazooooo". Y empezó la entrevista. Se me antoja mencionar la risa
que le ha causado al cronista la selección de los temas, sí, un poco locos,
pero qué sería de la vida sin un toque de locura, y qué mejor manera de
ejemplificarlo que con ¿"Chucha sola"?, yo no le puse ese nombre, yo
no lo inventé, cuando llegué aquí, ¡ya lo tenía!
(Las
cosas que no saben ustedes, en este instante buscando silencio y ganas de
escribir, estoy en mi vehículo, aire acondicionado encendido, el CD de José
Luis Perales a volumen 0, y tratando de convencer a las mal educadas musas que
hoy solo me muestran unas descubiertas y muy interesantes espaldas). (Ah, es
miércoles, no es jueves, así que no hay tanto encochinamiento, esto último es
solo para periodistas y afines). (Debo salirme del carro, porque paré la
escribidera, me escudriñé el cutis en el retrovisor, me saqué las cejas, y le
subí volumen a "Amada mía" que me encanta. Tácticas dilatorias. Y no
sé si pueden ponerse tantos paréntesis seguidos cuando se escribe, pero eso se
lo dejo a los que escriben). La entrevista. Quedé en la entrevista.
Me
explica el cronista de la ciudad que el asunto no inició en Los Centauros, sino
en Los Tamarindos, cuando empezaron a construir por esos lados y "las
primeras personas que se mudaron para allá eran mujeres que no tenían
marido". Lo mismo ocurrió luego en Los Centauros. Claro, y como llanero
que se respeta es machista hasta la médula, bueno, no encontraron otra manera
de llamarle sino que "Chucha sola", como si el hecho de que uno no
tenga marido signifique que la tenga sola...
¿Ven
que siempre se consigue algo más? Nuestro historiador nos tiene una
explicación, la anterior fue la mía, esta es la de él, y me introduce a ella
con la siguiente frase: "Ahora, yo, de acuerdo con algunas investigaciones
que he hecho y también con deducciones propias he encontrado la
explicación..."
Y
así, explica, que antes de la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez
existía una especie de "invalidez de la mujer", por cuanto -sigue
explicando- una docente si era soltera y salía embarazada era botada de su
trabajo, y que fue Carlos Andrés Pérez quien decretó una Ley de Protección al
Menor que establecía que aunque madres solteras las mujeres permanecieran en
sus puestos de trabajo, y no "tenían" que salir "a buscar un
marido", como muchas tuvieron que hacer, para conservar el empleo. Que
esto ocurrió no solo con la docencia sino también con otras profesiones u
oficios. Se alzaron las madres solteras, y por estos lares se inventaron el
"Chucha sola".
"En
la década de los 90, no sé si fue una política nacional o regional pero lo
cierto es que en Apure se construyó esa urbanización y las primeras personas
que fueron para allá era mujeres solas y por ahí se le comenzó a llamar chucha
sola", señaló el cronista Argenis Méndez Echenique.
Dio
un dato curioso: Resulta que no hay "Chucha sola" nomás. Del otro
lado del río, en Puerto Miranda -contó- hay una barriada a la que le llaman lo
otro solo también, lo contrario a "chucha sola" pues, cómo les
explico, o lo mismo pero del otro sexo...déjenme ver cómo fue que pudo decirlo
el cronista, voy a chequear la grabación, ya va...(risas) noooo, acabo de oír y
lo dijo sin censura, miren al cronista...empieza por H o G, según la
alcurnia...
Una
postdata atravesada: Esa entrevista me ha dado otra satisfacción; el cronista
Argenis Méndez Echenique confesó que eso de lo contrario a "chucha
sola" en Puerto Miranda, lo supo recientemente, mientras investigaba
documentándose para esta cita.
Indicó
que ese "nombre" de "Chucha sola" las mujeres lo cambiaron
al nombre de Los Centauros por el equipo de baloncesto del estado, en su época
dorada de impresionante fanaticada. Por la misma causa así se bautizó la
intercomunal Biruaca-San Fernando. Las mujeres de "chucha sola",
pues, hartas del nombrecillo decidieron que su urbanización haría honor a las
pelotas de los jugadores del equipo de baloncesto, y no a la escasez de estas
que tenían los padres de sus hijos...