Columna. Marlani
Sánchez. @marlanisanchez)
Siempre la han tildado de "la zona roja".
Cuando no la conocía, las recomendaciones eran que la evitara, oí que no tenía
la calle, o sea, sí, pero de tierra, lo que la hacía más peligrosa, supuse.
"La zona roja", más adelante la mentaron más
como "San Luis" o "la bajada de San Luis" para los que
vienen por La Perimetral, ya tiene calle. Si quieren saber quién se la hizo
debo decir que es de concreto, pero ese no es el punto. Hoy creo que se ha
convertido en "una vía alterna", o quizás debo decir que nunca ha
dejado de serlo, ni cuando no tenía la calle de concreto.
Un día, en la noche pasaba yo por ahí y veo un bombillo
rojo encendido; no se trataba de cualquier bombillo, era uno que tenía especie
de lámpara, una que parecía esas lámparas movibles que usan los médicos, al
final de esta como un plato y luego esa luz roja, lo vi y pensé: Parece un
bombillo de burdel. Quizás lo era. En realidad nunca he visto un bombillo de
burdel, pero sí me lo he imaginado, la mía es demasiado florida. La escena del
bombillo más bien fue casi surrealista, aquella luz roja realmente resaltaba en
ese contexto.
Todavía la recomendación es que de noche, pasar rápido.
Le comenté a una amiga lo del bombillo y me dijo que era probable que mi
apreciación fuera cierta: -"¿Por
qué crees que le dicen la zona roja?", me dijo. Entendí que se trataba de
una otrora (o aún) zona de burdeles y/o prostíbulos, y fui donde el cronista.
Sí, efectivamente, "la zona roja" no era por la inseguridad, el rojo
al que se refieren, es el mismo rojo al que se refiere el bombillo.
Resulta que el cronista "conocía muy bien la zona
roja": "Sí fue calificado como zona roja pero no como una zona de
peligro, bueno, sí podía existir el peligro de adquirir una enfermedad venérea
pero no por otra causa pues, yo te digo porque yo tuve oportunidad varias veces
de ir allá y el trato que yo recibí siempre fue muy cordial", dijo
sonriendo. ¡Qué estilo el de los cronistas! No, y el nuestro; Argenis Méndez
Echenique, ¡es que tiene clase!. Y no crean que es muy fácil hablar de
prostíbulos y/o burdeles, con clase.
"La zona de la tolerancia", también se le
llamaba, en realidad a este tipo de zonas les dicen así en todos lados. Tal
parece que en Apure con la intensificación de la actividad comercial debido a
la explotación de la pluma de Garza y las pieles de Caimán, se explotó también
otro tipo de pieles...y para ello se instalaron varios "lenocinios" o
"lupanares" (les dije que tenía clase) en las adyacencias de los
muelles del puerto. "El catire María Nieves en sus ratos libres
frecuentaba los bares del puerto", refirió el cronista. Ahora, lo de Julio
Jaramillo me puso los ojos inmensos. ¡Julio Jaramillo, "el ruiseñor de
América", estuvo en los prostíbulos de Apure! Juro que se me viene a la
mente la canción aquella de "mi muchachita no seas cruel, no me abandones
quiero verte otra vez...". (Debo confesar que nadie me dijo que esa
canción era de él. Ya lo sabía. Ya va. Denme unos minutos. No sé a dónde fue a
parar mi cédula).
Es más, cuenta, que el reconocido cantante ecuatoriano
estuvo alojado durante tres meses en "la zona roja" de Apure, por
ahí, por los años 70. Que era muy amigo del poeta y abogado apureño Carlos
Milano Peña y que Jaramillo le hizo un arreglo al poema "esta noche voy a
llorar" del abogado Milano. En realidad sí, esas musas siempre han sabido
ser muy inspiradoras.
Específicamente en el barrio San Luis, el conocido como
"la zona roja", que además una vez fungió como pista de aterrizaje
antes de que hicieran el aeropuerto, existieron conocidos prostíbulos entre los
que destacan: "La caimana" que pertenecía a un señor llamado Alejo
Hernández, "Vesubio", "Río Chama", "Danubio" y
"El Molino Rojo", siendo este último conocido como "La Zona
Roja", ahí puede estar la explicación...
Pero no solo ahí había, en casi todas las calles y
avenidas se encontraban, siendo muy famosos por ser "de mayor
categoría" (según el cronista) el "Palermo" y
"Botellón", ubicados en la calle 24 de julio (la que pasa frente al
Banco Provincial) donde además se presentaban Ruperto Sánchez, considerado el
mejor arpista del llano, y un "mujerón" conocida como "La Venus
de Ébano". La piel morena siempre se las ha traído. Siempre.
Por estos tiempos se escucha es de "El
Topocho", "El Conde" y el "Sixela", bueno, al menos
estos oídos. Llama la atención que un bar de estos haya llevado el nombre de
"Trina Omaira", fundado en 1932 a raíz de la hazaña de la niña Trina
Omaira Salerno que con apenas 10 años atravesó a nado el río Apure en
septiembre de ese mismo año. (Trina Omaira falleció a la edad de los 93 años en
la ciudad de Caracas el pasado 02 de julio de 2013).
Indica que no cree que este tipo de lugares tengan
vigencia en este momento cuando estar con una mujer actualmente es mucho, pero
mucho, más fácil que por aquellos tiempos, más o menos lo que le pasó a
"María Casquitos", pues... Enfatizó que en aquel tiempo esta práctica
inició con el comercio fluvial. Si analizamos, tiene coherencia; fluvial, fluidos,
flujo...