Columna. (Marlani
Sánchez. @marlanisanchez)
Hoy debería ser martes o
miércoles, y yo debería estar cumpliéndome la promesa, bueno en realidad no me
lo prometí, solo me lo propuse pero igual no cumplí, aunque no es lo mismo
incumplir una promesa, que una propuesta, y menos a uno mismo, uno siempre se
indulta, bueno, yo siempre lo hago, que como dice Silvio “que no es lo mismo
pero es igual”. En los más recientes días he tenido que estar varias veces en
la Plaza Bolívar de San Fernando de Apure, qué bonita está, qué relajante, qué
aires se respiran, esos muchachos que practican ese baile loco, esos otros que
se dan unas matadas bellas en esas patinetas, pero se paran ahí mismo, ni les
duele.
Esos andamios en la Catedral,
la están remozando, esa foto dije que la colgaría en instagram, pero tampoco,
ni siquiera la he tomado. Esas plantas, ya me han dicho que hay un señor
jardinero (de las mejores profesiones del mundo) que las cuida, y basta solo
verlas, y olerlas. La promesa no, la propuesta, fue sentarme nuevamente en esa
banca (o en otra) de la Plaza Bolívar, respirar, respirar, respirar, y escribir
desde ahí, sí, ese lugar está lleno de musas, créanme, los aires que tiene
ahorita son realmente espectaculares. Pero es jueves, y ya el editor me mandó
un pin, exacto, ni él ni yo nos hemos cambiado aún a la tecnología android, sí,
estamos fuera de onda, sí, esa onda, la de sin h.
Pero sabroso ese sonido de las
campanas de la Catedral, siempre entro: Esa mirada de del Nazareno… Tengo
varios retazos de varios temas, sin Argenis Méndez Echenique, sí, vamos a
dejarlo descansar un tiempo, está bien, de acuerdo. Por cierto una señora se
comunicó conmigo a través de una red social para decirme que había escrito
algunas cosas inciertas en la columna de “Chucha Sola”, de muy buenas maneras
me dio los datos, datos muy interesantes, agradecida señora Yasmina Orellana. No
crean, aquí todo está fríamente calculado, no es nada recomendable que crean
todo lo aquí expuesto, en ocasiones pudiera ser hasta nocivo para la salud.
De la recomendación de escribir
de cómo divertirse durante los apagones, oye, esa está difícil editor, pues una
de las razones por la que esto te está llegando a esta hora (aparte de mi
irresponsabilidad y de que nunca me senté a hacer lo que me había propuesto en
aquella banca de la Plaza Bolívar) es que el portón es eléctrico, me quedé
atrapada muchos valiosos minutos, lo cual no me parece nada divertido, como
tampoco lo fue que tuve suspender esa película, la comedia francesa “El Chef”,
justo cuando se desarrollaba la trama (buenísima), además como estoy paranoica,
estado reforzado por mi trastorno obsesivo compulsivo; he guardado al menos
unas 20 veces este documento, un párrafo y guardo, otro y también, nada
divertido. Por otro lado, ninguno de los apagones me coincidió con una
madrugada lluviosa, friíta con la compañía de la persona que amo, insisto, nada
divertido. Aunque en honor a la verdad, con eso de los apagones, por estos
lares la tuvimos suave, en comparación con otros. Y de la presunta maña de que
ahora se cae la señal de Movistar a eso de las 9 de la noche de los días
sábados y por un par de horas en el preciso momento cuando estás cuadrando la
salida, eso menos divertido es todavía, y por eso ni lo voy a mencionar.
Y, como escribiera un
periodista, en otro orden de ideas, como considero, quizás coincidiendo con más
civiles de los que creen, que la melancolía nos proporciona un contexto en
ocasiones perfecto e ideal, y me la disfruto cabalmente, empecé a escribir algo
que creo que podía titularse “No es cierto”, pero que también creo que está
como muy intenso para publicarlo por aquí, aún le faltan muchos caracteres,
tantos como el sentimiento que le sobra. Va así:
Años escuchando basura; todo
era mentira, los imposibles sí existen, no solo la muerte no tiene solución, no
es cierto que te tratarán como trates, no es cierto que el amor lo puede todo,
no es cierto que amor con amor se paga, no es cierto que querer es poder, no es
cierto que los sueños son realizables…
Neruda, yo también “puedo
escribir los versos más tristes esta noche”…
¿Y la segunda parte de las
cosas que tiene uno que ver en un gimnasio?; esas sí son ciertas, esas las voy
anotando en el mismo sitio apenas las veo, porque si no se me olvidan. Hay
estudios que afirman que todos los esquizofrénicos hacen ejercicios.
También tengo un retazo escrito
de que siempre quise poder escribir lo que quisiera, a medida que pasaban los
años y los medios se esfumaban, se me antojaba que el asunto se hacía más
difícil, pero ya ven, aquí estoy haciéndolo, con mucho más de 140 caracteres.
Agradecida señor editor. Él también hace ejercicios.