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Unidad
de Investigación | “A Juan Montoya (Juancho) lo mataron con la misma arma con
que asesinaron a Bassil Dacosta”. Por lo menos así lo aseguró el presidente
Nicolás Maduro la noche del jueves: “con sólo 15 minutos de diferencia”,
precisó.
Cayó
entre la esquina de Monroy y Trocadero, frente al edificio Doraloy, en
Candelaria. Las experticias las realizó el Cicpc la noche del 12 de febrero, y
el Ministerio Público la mañana siguiente. A diferencia del asesinato de
Dacosta, el caso de Montoya está menos documentado. Sin embargo, el charco de
sangre que dejó su cuerpo, junto a una mano con conchas de balas, fueron de las
primeras en conocerse.
“Juancho”
era el coordinador del Secretariado Revolucionario de Venezuela (que unifica
colectivos populares en la Gran Caracas y Vargas) y dirigía 92 movimientos,
cuenta Hender Barreras, testigo del crimen y ahora sustituto de Montoya.
“El
cuerpo de Juancho cayó a mi lado”, dijo. “Lo mataron funcionarios”, agregó.
Pero se apura a decir que pertenecían a cuerpos policiales de otros municipios.
El
hermano de la víctima, miembro de la Policía de Caracas Jonny Montoya, asegura
que hubo fuego cruzado. “El disparo fue lineal, paralelo al suelo, calibre
bajo”.
“Juancho”
fue miembro del grupo Carapaica y también policía del municipio Libertador,
específicamente adscrito al Departamento de Inteligencia, según el hermano,
quien exige “a la Fiscalía y al Ministerio de Interior y Justicia una
investigación justa y sin política. La política empastela todo”, comentó a ÚN
en el funeral. “Yo también estaba cerca en la zona y corrí a la clínica (La
Arboleda, en San Bernardino)”, agregó.
El
velatorio de Juancho comenzó a las 10 am del jueves en la Funeraria Vallés,
donde estuvo presente el ministro para la Transformación de Caracas, Ernesto
Villegas. A las 7 pm, los colectivos trasladaron el féretro a la plaza 4F del
23 de Enero, en Monte Piedad, donde sus compañeros controlaban el ingreso de
las personas.
Una
cuerda amarilla impedía el paso para subir y tres sujetos con chaquetas de
camuflaje y pañuelos negros solicitaban permiso por radio para saber a quién
dejar pasar. Si eran funcionarios de ministerios o de la Fuerza Armada, la
entrada era directa. Miembros de colectivos, como el llamado Emilio Vásquez, el
Cimarrón y el Frente Revolucionario José Félix Ribas se presentaron. Unas
grandes cornetas de AN Radio le daban el hilo musical con cantos de Alí
Primera.
“Compatriotas
no pongamos fotos en Facebook ni en Twitter. Son momentos complicados”, se
escuchó a través de parlantes. Tres hombres a la derecha del ataúd y otros tres
a la izquierda, también de camuflaje, hacían guardia de honor.
Freddy
Bernal llegó a las 12 del mediodía a dar el pésame a la familia de Juancho.
“Dio todo por la revolución sin esperar nada a cambio”, dijo. El diputado
indicó que dialogó con los colectivos para calmarlos. “Esa es la
responsabilidad política... hablé con muchos (colectivos) para que confiemos en
el Estado de Derecho. Nadie puede pretender que tomar la justicia por las
propias manos sea una solución”, dijo. Cuando
el sol calentaba el mediodía, arribó el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez,
quien no declaró a la prensa.