Prensa. Comercio
de Perú.
Maduro
sigue caminando en una dirección que no acerca las posturas entre las dos
visiones que hay en el país
EL
COMERCIO/PERÚ/GDA
Venezuela
cumple un año sin Hugo Chávez inmersa en la polarización que siempre acompañó
al gobernante y en un conflicto que muestra que el país transita de la mano de
Nicolás Maduro en una dirección que no acerca las posturas entre las dos
visiones que hay en el país.
Tras
semanas de "guarimbas" -como llaman en Venezuela a las barricadas-,
de manifestaciones y marchas a favor y en contra del Gobierno, y de balances de
muertos y heridos en protestas, Venezuela se apresta a recordar el 5 de marzo
que hace un año Chávez perdió la batalla contra el cáncer.
La
muerte de Hugo Chávez, tras una enfermedad de 20 meses rodeada de secretismo,
dejó un país en la incertidumbre que ha vivido en doce meses dos procesos
electorales de los que Maduro salió fortalecido, mientras el país caminaba por
una crisis económica que no ha hecho más que profundizarse.
Con
un 56 % de inflación, la más alta del continente; una ralentización de la
economía que se quedó en torno al 1,6 % el año pasado (5,6 % en 2012), y el
flujo de divisas reducido para un mercado en el que se ha agudizado el
desabastecimiento, la economía ha sido y es una pesadísima losa para el
Gobierno.
PRIMERAS
MEDIDAS
Por
ello, tras las traumáticas elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013,
en las que Maduro ganó por un estrecho margen de 220.000 votos (menos de un 1,5
% del electorado) que aún no reconoce la oposición, el presidente venezolano
hizo del tema económico su objetivo principal.
Pero
cuando tuvo que atacar el desabastecimiento, el presidente optó por imponer
medidas unilaterales y hasta ordenó que el Ejército tomara una importante
cadena de electrodomésticos para liquidar las existencias a "precios
justos", una medida que más allá de su utilidad ha marcado el tono de su
Gobierno.
Sin
embargo, las medidas recibieron el respaldo popular y dieron al chavismo una
importante victoria en las elecciones municipales del 8 de diciembre, que la
oposición planteó en términos de plebiscito y en las que el oficialismo
conquistó casi un 75 % de los gobiernos locales.
Tras
las elecciones municipales, Maduro quiso abrir un nuevo espacio de sosiego
llamando a la oposición al diálogo para resolver los grandes problemas del
país, empezando por la inseguridad, que el año pasado se cobró la vida de más
de 11.000 personas, según cifras oficiales y que ONGs elevan a más de 20.000.
REPRESIÓN
Lanzó
un plan de seguridad que permitió reuniones con líderes opositores, incluido el
que fuera su rival en las elecciones presidenciales, Henrique Capriles, pero
cuando todo el mundo parecía coincidir en los avances, surgieron demandas
estudiantiles exigiendo soluciones a ese problema.
El
rechazo a la respuesta que el Gobierno dio a los focos violentos de esas
protestas en el oeste del país terminó explotando el 12 de febrero. Ese día una
marcha estudiantil y opositora terminó con tres muertos, homicidios por los que
hay detenidos ocho agentes del Servicio de Inteligencia (Sebin), y fue la
espoleta para las protestas que hoy vive Venezuela.
Las
protestas surgieron en demanda de seguridad y también de soluciones a una
economía que ha ido sufriendo el "deterioro" que dejó Chávez por una
"visión radical del manejo del país, de la ausencia de
negociaciones", señaló el presidente de Datanálisis, el economista Luis Vicente
León. Pero
para León "el deterioro del último año no es solo culpa de la inercia del
gobierno chavista; hay una cuota parte muy importante del mal manejo del
gobierno de Maduro en todo esto".