Opinión.
Luis Borges.
Es
falso que alguna vez el Rey Luis XIV de Francia haya dicho "L'État, c'est
moi" (el estado soy yo). En 1679, el Rey Sol, Luis XIV, expresó un
pensamiento en el que reflejaba su supuesto ideario "Me marcho, pero el
Estado siempre permanecerá". Parecía que sus adversarios exageraban y
después de todo el rey no era tan avaro. Quizá los adversarios políticos
acuñaron el "L'État, c'est moi" como una manera de endilgarle al rey
frases, ideas y pensamientos que desnudaran su esencia absolutista, como
quienes aseguraban que cierto político venezolano en 1998 aseguró freír las
cabezas de sus adversarios en aceite o que diría después “Chavez no soy
yo,Chavez es un pueblo”, acto seguido él mismo recordaba que la soberanía
residíaen “el pueblo”. Entonces ¿Quién o qué era el pueblo? Algo así ocurría
con la Francia del siglo XVII ¿Quién es el estado, Francia o su gobernador?
No
hay fundamento histórico según el cual el monarca galo haya sido tan facineroso
en expresar ciertas ideas de una forma tan cruda y abierta, aunque su reinado
haya sido el inicio del fin de la monarquía francesa, el fin de la estirpe de
la casa de Borbón y el caldo decultivo para la inadvertida revolución francesa
en 1789. Tampoco hay prueba alguna de que el ex-presidente de Venezuela entre
1999 y 2012, haya dicho que él lo era todo. Una muestra de que en la política,
verbo y hechos no suelen ir de la mano. El hombre que realmente nunca dijo “el
estado soy yo”, terminó siéndolo en la práctica, fue el todo del estado, el
todo de la monarquía y el autor intelectual de la posterior desaparición del
estado monarca francés. Aunque verdaderamente nunca lo reconoció, el estado fue
él, y el principio de su fin también. El otro hombre realmente nunca dijo que
freiría las cabezas de sus adversarios en aceite, pero sí gobernó en el mismo
período en el que más venezolanos murieron en protestas reprimidas por la
gendarmería de su revolución “pacífica pero armada”. Luis XIV y Hugo Chavez, no
eran peligrosos por lo que decían, si no por lo que hacían.
Entre
1715 y 1720, John Law sí expresó “L'Économie, c'est moi” (la economía soy yo).
Este escoses sí acuñó este tipo de expresiones en verbo y gracia. Instituyó el
uso del papel moneda en la Francia de Luis XV, estableció el concepto del Banco
Central que había sido concebido en Holanda pero lo llevó a un nivel inusual.
El banco de Law, no era el banco central de Francia pero manejaba toda su
economía, desde la facultad de ordenar imprimir tanto papel moneda como
quisiera, hasta ser el presidente de la mayor empresa francesa que
monopolizaría toda la economía de Francia, desde el norte y el sur de las
Indias, hasta el estado de Luisiana en la naciente Norteamérica. Si los
borbones se creían el estado, John Law era laeconomía. Luis XV y Law eran los
dueños de toda Francia, de los bolsillos decada ciudadano cuya calidad de vida
dependía de las acciones que compraban de la única empresa productiva, con
oficinas desde China hasta las orillas del río Misisipi en América. Un día
expresó Law que una economía próspera, para poder crecer y expandirse, debía
contar con una emisión permanente de papel moneda para aumentar la sensación de
que hay dinero. "si suponemos que las especies de los bancos son 15.000
libras y que hay 75.000 libras en billetes, esto significa una adición de 60.000
libras al numerario de la nación", es decir, imprimir dinero como si
hubiesen 75.000 libras en las reservas aunque sólo haya 15.000, total, la gente
confía en lo que se le diga, no en lo que vean.
Después
de tres guerras consecutivas durante el reinado de Luis XIV, la Guerra de
Holanda, la Guerra delos Nueve Años y la Guerra de Sucesión Española, el trono
francés incrementó su influencia en Europa, y en el proceso expansionista llevó
el absolutismo a toda costa, en su proceso dilapidó las arcas de la nación en
la financiación de las guerras. Hirió mortalmente la economía con tal de forjar
alianzas extranjeras. El Sol de Francia dio paso así a la hecatombe social,
militar y política que cambiaría la historia de occidente hasta nuestra época.
La revolución francesa.
El
siguiente sucesor, Luis XV, bisnieto de sangre del rey anterior pero hijo
político en la dinastía, hereda una naciónen bancarrota. Aquel concepto de que
los reyes encarnaban la voluntad de Dios, le hizo creer que sus ideas serían,
per se, acción misma en las calles, soluciones teóricas que en la práctica
nunca fueron cierta. El quinto rey delos Borbones, rodeado de una corte que
jamás contradecía lo que dijera, confió la economía del país a un sólo hombre,
un ser que sólo al rey rendía cuentas. Libre de controles, fiscalizaciones y de
rendición de cuentas, John Law ubicó la oficina del presidente del banco mayor
justo en el centro de París, cerca del centro de poder, y en el mismo piso
ubicó la sede de la presidencia de la Compañía del Mississippi, principal
empresa de la corona francesa. Más cercana aún era la relación entre el
despacho presidente del principal banco de la nación con lasoficinas de la
principal compañía francesa porque ambas presidencias las ocupaba el escocés
John Law, el absolutismo en carne viva alcanzaba su máxima expresión. En un
breve ejercicio cambiemos los nombres de Luis XV por el de Hugo Chavez y el de
John Law por Rafael Ramírez, la presidencia de la Compañía del Mississippi por
la presidencia de Pdvsa y la presidencia del banco principal de Francia, por el
nombre de Vicepresidente para el Área Económica de Venezuela. Observemos cómo
la misma historia y sus errores calzan de forma perfecta.
A
principios de 1720 estalló la burbuja de los mares del sur. Las naciones de
Europa occidental se habían dejado influenciar por teorías “revolucionarias” de
la economía que cambiaríanla historia de Europa entera, y vaya la cambiaron.
Bancos Centrales imprimían más dinero para que la gente comprara más acciones
de las empresas del estado que manejaban todas las áreas económicas. Cuando
hacía falta más dinero para el presupuesto, emitían más acciones a la vez que
imprimían más billetes, tras locual no había respaldo que soportara la moneda y
por ende, el valor de las acciones era ficticio pero sí había una creciente
sensación de liquidez. Esta operación de vender más acciones con nuevos
billetes se aplicó únicamente sobrenuevos accionistas, lo que garantizó una
fuente de ingresos constante para accionistas anteriores, normalmente acaudalados
franceses cercanos a la corona,y todo pese a que los ingresos comerciales de
las empresas eran muy modestos, es decir, las empresas ya no producían ni
exportaban tanto como para emitir nuevasacciones y sólo se vendían acciones sin
valor real, compradas con dinero sinvalor real, es como esta impresión de más
Bolívares, aún y cuando Pdvsa no produce lo suficiente para aumentar las
reservas del Banco Central de Venezuela pero todo sea por sostener el poder de
los “manda más”.
La
bonanza de la economíafrancesa colapsó y para 1729 ya el futuro de los Borbones
en la corona estaba encaminado a su dantesco resultado. Hambre, miseria,
desolación y desespero, agudizaron una crisis social que rebasó todo
pronóstico, se avecinaba larevolución de Francia. John Law huyó al exilio en
Venecia donde moriría poco después. Un aprendiz de economía jugó a gobiernito,
un rey poco ortodoxo jugó a la monarquía pero nadie actuó como hombre de
estado. 60 años después estalló la revolución francesa y cuando los galos creían
que no podía haber otro mal, surgió por desespero, una situación peor.
Maximiliano de Robespierre, líder dela revolución, instauró el “estado del
terror”, modelo de gobierno basado en la absoluta represión social para su
sumisión de las masas.
La
historia no es cíclica, cíclico son los errores del hombre. Como dijo Isaac
Newton, tras quedar en la ruina, víctima de la burbuja de los mares del sur,
"Puedo predecir el movimiento de los cuerpos celestes, pero no la locura
de la gente".
Nunca
imaginó Newton que en una remota nación llamada Venezuela 400 años después, los
Borbones de Sabaneta y la versión petrolera de John Law (Rafael Ramirez)
encarnarían una historia semejante a la vivida en su época. Si
la soberanía reside en el pueblo y “Chavez no soy yo, Chavez es un pueblo”, no
es más que eufemismo, una forma dulce de repetir “el estado soy yo”. L'État,
c'est moi, en el idioma de Sabaneta.
Ver
evidencia del absolutismo mencionado:
Luís
Borges
luisalbertoborgescarrillo@gmail.com
@borgesluis