Prensa. La Luz –
AdN. Carul Silva
Wérner
Gutiérrez Ferrer, profesor y exdecano de la Facultad de Agronomía de LUZ,
advirtió que ante el crecimiento de la población y la demanda de alimentos se
plantean importantes retos para la agricultura. En los próximos años se
necesitará producir más alimentos con menos recursos naturales.
Indicó
que según diversos informes emanados por expertos en el tema se pronostica un
crecimiento más bajo en la productividad agrícola mundial para los próximos 10
años. “Lo ubica en 1,5 por ciento anual, que es bajo en comparación con el 2,1
por ciento entre 2003 y 2012. De no revertirse la tendencia actual, es probable
que exista un déficit de 14 % en la producción de trigo, 11 % de arroz y 9 % en
maíz”, dijo.
Preocupa
que la productividad de la agricultura y la ganadería no se incremente de
manera rápida para hacer frente a la demanda por alimentos, dijo Gutiérrez
Ferrer, y advirtió que esta situación no se revierte lo antes posible,
estaremos frente a una potencial crisis global alimentaria.
Gutiérrez
indica que el cambio climático se entiende como una alteración del clima
atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que modifica la composición
de la atmósfera y que se suma a la variabilidad natural del clima observada
durante períodos de tiempo comparables, según la Convención Marco de la
Organización de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 1992.
Diferentes
organismos mundiales ya se han manifestado al respecto. Durante el pasado mes
de septiembre, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó: “El cambio
climático está afectando al tiempo de todo el mundo. El clima es más extremo y
perturba los patrones establecidos. Ello implica más desastres, más
incertidumbre”
Entre
tanto el director general de la FAO, José Graziano da Silva, en su discurso en
esta cumbre sobre el clima alertó diciendo que "tenemos que cambiar a
sistemas alimentarios más sostenibles, sistemas alimentarios que producen más
con menos daños al medio ambiente, a sistemas alimentarios que promuevan el
consumo sostenible”.
Agricultura
amenazada
El
cambio climático tiene un impacto directo tanto en la producción agrícola como
en la capacidad de las personas para acceder a los alimentos, y no se dispone a
escala global de una solución general o única para hacer frente a este desafío.
El
tiempo para mitigar el cambio climático se acorta, la concentración atmosférica
de gases de efectos invernadero, su principal causa, sigue aumentando a niveles
sin precedentes y la presencia de dióxido de carbono en el aire ha llegado a
las 400 partes por millón. “Los países en desarrollo pueden experimentar una
disminución de su productividad agrícola de 9 a 21 %, como resultado del
calentamiento global. En el caso particular de Brasil, principal exportador
mundial e importante proveedor de Venezuela de una gran cantidad de rubros
alimenticios, la temperatura en su territorio se prevé pueda elevarse entre
tres y seis grados hasta 2100”, indica el catedrático de LUZ.
Venezuela, en
cuenta regresiva
Se
estima que el país podría registrar un récord de temperaturas no visto en los
últimos 150 años, previéndose que las temperaturas en el territorio nacional
aumenten entre 1 y 2 grados centígrados más en los próximos años, las
consecuencias: mayor sequía, pérdida de cultivos y más plagas de insectos, dijo
el profesor Gutiérrez Ferrer.
Indicó
que un país como Venezuela, que según afirmaciones del propio Gobierno, importa
el 50 % de los alimentos que consume, debe urgentemente revisar lo que está
haciendo en materia agrícola para satisfacer las necesidades agroalimentarias
de su población presente y futura, ante los desafíos que nos impone el cambio
climático.
Una nueva
agricultura nacional
Considera
el profesor universitario que son diversas las alternativas para abordar el
cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria sostenible en el país,
pero que se requiere de manera urgente el estudio y aplicación de cada una de
ellas de acuerdo a las condiciones particulares de cada región o sector
productor.
“Caso
contrario, Venezuela corre el riesgo cierto de sufrir hambrunas en las próximas
décadas de continuar destruyendo su aparato agroproductor primario y no
atendiendo las recomendaciones internacionales en lo referente a las medidas
para mitigar el cambio climático sobre su agricultura”, aseguró.
Explicó
que un enfoque valioso, conocido como “agricultura inteligente respecto al
clima”, implica ajustar las prácticas agrícolas para que sean más adaptables y
resistentes a las presiones ambientales y, a la vez, reducir los impactos
propios de la agricultura sobre el medio ambiente.
Satisfacer
la demanda de alimentos de nuestra población dependerá de la adopción de los
avances de la ciencia y la innovación, apuntó el exdecano de Agronomía. El
mejoramiento molecular, los progresos en protección de cultivos, nutrición y
riego, y biotecnología, son el futuro de una mayor productividad agrícola
vegetal y animal, resaltó.
Otra
alternativa necesaria a resaltar es la "agroecología", que se
presenta igualmente como una posibilidad prometedora para situar la producción
de alimentos en un camino más sostenible, dijo el profesor Gutiérrez Ferrer.
Manifestó que la premisa es hacer uso de las distintas alternativas
disponibles, pues no hay una solución única frente al enorme reto que tenemos
como país, lo importante es comenzar de inmediato.
“Venezuela
puede diseñar un nuevo país agrícola, construido sobre una nueva agricultura y
una nueva ganadería sostenible, a través de la convocatoria de los diversos
actores del circuito agroalimentario, sus universidades y sus centros de
investigación”, concluyó Gutiérrez, quien también es asesor de la Federación de
Ganaderos de la Cuenca del Lago de Maracaibo (Fegalago).
Palabras
clave: Venezuela, cambio climático, producción agrícola, seguridad alimentaria,
Author: Carul
Silva
Publicado por:
La Luz - AdN