Opinión. Gloria
Cuenca.
Había pensado escribir sobre esta hermosa
fecha: Navidad. Sin embargo, una discusión muy interesante, con colegas y otros
profesionales, sobre la confusión existente entre periodistas, comunicadores y
locutores, casi planteando la vieja polémica: ¿periodista se nace o se hace? me
motivó a escribir sobre este tema. El debate se produce, a partir del
desconocimiento, generalizado, por demás, de lo que implican las nociones de
información y noticia. Esto ocurre al
desconocer el significado de lo que es la información.
Especialmente,
al confundir el concepto con la noticia, homologándolos, se comete el error de
creer que ambas son lo mismo. Por otra
parte, el Derecho a la Información, es un derecho humano fundamental. A partir
de allí se hace imprescindible, establecer lo que la información, “dato
reductor de incertidumbre”, (Claude Shannon, matemático, así la definió)
implica. Mientras la noticia, palabra que viene del inglés “news”, lo nuevo, lo
novedoso, requiere de factores que consigan hacer de una información, una
noticia. Para ello se toma en cuenta la preeminencia del actor del suceso, lo
actual, lo raro y, la novedad del mismo. Además casi siempre deberá “reducir la
incertidumbre”, para poder calificar a la información de noticiosa. (No es
redundante).
Se
puede decir, que toda noticia, debe ser informativa; sin embargo, no toda
información es noticia. ¿A qué viene este recuento? Tal como he señalado, una
discusión me hizo pensar, que es un asunto que debe ser compartido por todos,
en especial, ahora que se le ha ocurrido al régimen, aprobar una Ley, cuyo
objetivo es desprofesionalizar el periodismo y la comunicación social, como una
nueva manera de insistir en su intención –confesa- de lograr la “hegemonía
comunicacional”. Resulta trascendental ser capaz de reconocer que ese Derecho
Humano, que es la Libertad de Información, va mucho más allá de la profesión
periodística.
No
todos los humanos, ni los ciudadanos, son periodistas, ni siquiera
comunicadores, lo que si pueden ser todos los ciudadanos es: informantes. Para nada comparable, el ciudadano
informante, con esa infame situación y acción de los “patriotas cooperantes”.
Especie de sapo o chivato encargado de denunciar a quien actúa luchando a favor
de la democracia venezolana. Imprescindible señalar que el ciudadano informante
no es un periodista, ni tampoco un comunicador, es un ciudadano que puede
contribuir a “reducir la incertidumbre” en una sociedad abierta.
En
efecto, la sociedad abierta, como bien dice Isaías Berlín, es aquella donde la
circulación de la información, así como las noticias informativas, tienen un
flujo permanente y es bastante sencillo comprobar la veracidad de las mismas,
es decir, que efectivamente sucedieron y
son demostrables. En la medida que hay
más democracia, hay mayor circulación de informaciones. Con el desarrollo de
las redes sociales cada persona con
tecnología a su alcance puede ser un ciudadano informante. Deberá serlo
consciente y con responsabilidad. Es una nueva forma de crecimiento ciudadano a
favor del país. Trabajemos en ello.