No
basta con racionar y consumir menos. Ahora los hoteles, centros comerciales y
algunas industrias deben generar su propia energía, sobre todo en horas pico,
para evitar tomarla del sistema eléctrico nacional. Esto implica inversiones en
plantas, asesorías de consumo eficiente y gastos en mantenimiento de equipos.
Prensa.
Estimulo.com. @NicolleYapur
“Una vez más se recarga la operación del
sector privado con servicios que son responsabilidad del Estado”, indicó
Ricardo Cusanno, presidente de Conseturismo. La instrucción, emanada del
Ministerio de Energía Eléctrica, se produce ante el fuerte incremento de la
demanda, producto de una ola de calor, y viene acompañada de inspecciones para
comprobar que las empresas están cumpliendo con la medida, explicó el titular
del despacho, Jesse Chacón.
Esto implica que los hoteles, centros
comerciales y algunas industrias (ciertos sectores están excluidos) deben
desconectarse del SEN durante 6 horas diarias, de 12:00 pm a 2:00 pm y de 6:00
pm a 10:00 pm.
Cusanno detalló que hace 3 años,
instalar un sistema eléctrico alternativos en un hotel de 130 habitaciones
podía costar entre Bs 350.000 y Bs 400.000. Hoy en día, solo el suministro de
una planta de 250 kilovoltiamperios (kva), para un alojamiento pequeño de 35
habitaciones, cuesta aproximadamente Bs 15,6 millones ($56.500), informó César
Estéves, administrador de la empresa Plantas Eléctricas Valencia.
Cuando el hotel o posada se compromete
con la instalación de una planta eléctrica debe asumir también los costos de
los materiales instalación y el mantenimiento, que puede alcanzar los Bs
80.000. Explicó también que los equipos que comercializan se alimentan de
combustible -diesel- que, al igual que el aceite de los automóviles, se
encuentra escaso. “Una planta de ese tamaño requiere de 40 litros de aceite
cada 250 horas de trabajo (el equivalente a un poco más de 10 días)”, detalló
Estéves.
“La mayoría de las plantas funcionan con
combustible o gas. La pregunta es si el sistema está preparado para asumir esta
demanda adicional”, cuestionó José Luis Rojas, asesor en materia de consumo
energético para el sector hotelero.
Rojas añadió que otro problema es el
ruido. “Insonorizar una planta genera un incremento sustancial en el precio”,
señaló. Para él, antes de invertir en un sistema de suministro eléctrico
alternativo, los hoteles pueden contratar servicios de consultoría para
aprender a sincronizar sus actividades para consumir energía más eficientemente
y en menores cantidades.
-Para eso no hay Cencoex-
Estéves explicó que el Centro Nacional
de Comercio Exterior y el Sistema Complementario de Adquisición de Divisas
(Sicad) no son opciones para quien desee importar plantas eléctricas, debido a
que el gobierno alega que se manufacturan en el país. Sin embargo, los
ensambladores locales, que trabajan con generadores y motores principalmente chinos,
no atienden la totalidad de la demanda. “Se pueden tardar hasta 4 meses para
entregar una planta”, señaló.
Indicó que sus principales clientes son
empresas, especialmente centros comerciales -que ya han tomado medidas para
reducir el consumo desde 2009- y la industria de alimentos. Si se trata de una
empresa muy grande, puede requerir de plantas de más 1.200 kva que se
comercializan en $180.000. También ha habido un alta demanda de equipos
residenciales, de 10 a 25 kva, que cuestan entre Bs 1,3 y Bs 1,4 millones. El
problema es que no se consiguen desde febrero.
Sector poco preparado.
Cusanno señaló que en Venezuela hacen
vida casi 2.000 hoteles y la misma cantidad de posadas. Del total de
alojamientos, las unidades que se han construido en los últimos 5 años gracias
a la gaveta de crédito turísica, que representan entre 8% y 10%, son las que
han garantizado plantas eléctricas. Los demás hoteles han tenido que
incorporarlas o no las tienen, especialmente las posadas. “Casi ninguna está
dotada”, dijo.
El otro problema son los cortes
eléctricos, que muchas veces dañan los equipos de los hoteles, incluyendo las
plantas generadoras. “Eso afecta los costos. Por más planificados que sean,
siempre generan daños, y hace dos años era más fácil conseguir repuestos que
ahora”, recordó.