Una providencia
del Centro Nacional de Comercio Exterior, la 011 publicada en Gaceta Oficial
40.636 del 9 de abril, fue suficiente para impedir que los tarjetahabientes
utilizaran el cupo anual asignado para compras electrónicas.
Prensa.
@el_interes
No
hubo una resolución que de manera explícita eliminara el cupo electrónico,
limitado a 300 dólares desde 2014, ni un anuncio oficial de parte de alguna de
las autoridades del área informando que el gobierno suprimía el derecho –ya
restringido por el monto- de adquirir bienes y servicios en el exterior a
través de tarjetas de crédito.
La
norma, vigente desde el 9 de abril de 2015, mediante la cual se establecieron
los requisitos, controles y trámites para la solicitud de autorización de
adquisición de divisas destinadas al pago de consumos en el exterior, obligó a
clientes de la banca privada a gestionar tarjetas de crédito ante la banca
pública para poder solicitar la aprobación de dólares tanto para viajes como
para compras a través de Internet.
La
medida resultó un escollo para la obtención de nuevos plásticos en momentos que
el material escaseaba y de divisas, ya que para quienes hacían el trámite por
primera vez debían esperar los 6 meses reglamentarios, una vez autorizada la
tarjeta, para poder solicitar divisas.
Para
quienes ya contaban con el instrumento bancario de algunas de las entidades
privadas, no fue tan engorroso, ya que se les reconocía la migración y podían
hacer uso de su cupo de manera más expedita.
A
pesar del plazo de un mes que otorgaba la providencia 011 a los usuarios de la
banca privada para disponer de su cupo electrónico, mientras se concretaba la
transición, Cencoex ordenó –una semana después de publicada la norma- el
bloqueo de las tarjetas de crédito para el pago de consumos efectuados mediante
operaciones de comercio electrónico con proveedores en el exterior. “En caso
contrario, Cencoex no reconocerá los consumos realizados”, señalaba una
comunicación enviada a la banca.
Desde
entonces –mediados del mes de abril- nadie ha podido activar o hacer uso del
cupo electrónico. Sencillamente, ninguno de los tres bancos públicos
autorizados como operadores cambiarios (Banco del Tesoro, Banco Bicentenario y
Banco de Venezuela) han permitido disponer de las divisas.
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Consumo disparado -
En
el primer trimestre del año se consumieron 1.800 millones de dólares por viajes
y compras electrónicas, dijo a El Estímulo una fuente del sector financiero en
el mes de abril.
De
acuerdo con la información, si la tendencia se mantenía al cierre de 2015 el
monto se ubicaría por encima de 7.000 millones de dólares, una cantidad que
duplicaba los 3.833 millones de dólares registrados por Cencoex para ambos
conceptos durante todo 2014.
Buena
parte de los consumos electrónicos se hicieron en el primer mes del año, cuando
las expectativas de una devaluación ante la baja del crudo, anticiparon las
compras como mecanismo para cubrirse de la eventualidad de que la tasa de
cambio sufriera un ajuste importante.
La
escasez de dólares ante el desplome en apenas 6 meses de más de 50% en los
precios del petróleo, commoditie del que dependen 96% de los ingresos en
divisas del país, llevó al gobierno a tomar medidas como la suspensión solapada
del cupo electrónico para recortar la asignación de billetes verdes.
La
banca de inversión Barclays calculó entonces que el ahorro por esa vía
(viajeros y cupo electrónico) sería de 2.800 millones de dólares, nada
despreciable para los compromisos que el gobierno debía hacer frente.
La
firma calificó la medida como el resultado de una régimen cambiario
extremadamente ineficiente que amplió la brecha exponencialmente entre la tasa
más baja y la más alta, creando grandes oportunidades de arbitraje y
corrupción.
El
año finaliza sin que haya cambiado la situación económica. Peor aún, el
petróleo no ha frenado su caída, mientras los grandes productores continúan
bombeando para mantener participación de mercado en detrimento de los precios.
Con
este panorama de fondo, el gobierno, en lugar de corregir los desequilibrios
fiscales, monetarios y cambiarios, optó por sacrificar de vida de los
venezolanos, especialmente de la clase media. No hay cupo electrónico y el
viajero probablemente sea modificado otra vez en los próximos días. Los venezolanos
ya dan por descontado que, como la mayor parte de este año, en 2016 esa
posibilidad será inexistente.