Opinión
Regional. Juan Francisco García
Escalona. San Fernando.
CRISIS
POLÍTICA O EL CHAVISMO SIN GOLPE DE TIMÓN
(Gobierno, Oposición
y el PSUV como encantadores de serpientes)
La Patria venezolana- liderada por el
Comandante Chávez- experimentó un tiempo axial. Un tiempo durante el cual los
poderes creadores del pueblo, eclosionaron. Pues el Chavismo significó desde
sus albores, la posibilidad cierta e irrenunciable de virar hacia un país otro,
un país distinto al condenado por las nefastas políticas neoliberales,
aplicadas por los innombrables representantes del puntofijísmo, y cuyo
corolario se verifica en episodios desgarradores de aquella democracia
manoseada como cascara vacía, siendo el caldo de cultivo de la rebelión
cívico-militar del 4F, por demás legítima, necesaria y definitivamente heroica.
De manera que alcanzado como fue el
poder político por parte del gigante Hugo Chávez Frías, se inicia un renacer de
las fuerzas patrióticas en Venezuela. Se emprende un proceso de transformación
profunda con miras a la consolidación del Estado Comunal Socialista, bajo una
serie de premisas esenciales, delineadas por el mismo puño izquierdo de Chávez
en su discurso de fecha 12 de octubre de 2012, conocido como “Golpe de timón”,
así como en el Plan de la Patria. Dos aristas de una misma brújula hacia un
fin: la construcción colectiva del Socialismo Bolivariano. Sin embargo, hoy
–tras la siembra del líder de la Revolución- se observa con inagotable angustia
como se navega hacia abismos, sin timonel que propine el golpe y evite el
descalabro, desde hace rato avisorado y anunciado por gran parte de la
tripulación.
Así las cosas y ante el contexto de
país, que no es otro que el de una crisis generalizada, necesario es aseverar
que esa crisis se sustenta en que Hoy en Venezuela no gobierna el Chavismo,
Gobierna el “Diosdado-Madurismo”, y esto tiene unas consecuencias que los
venezolanos no podemos seguir pagando, esta “unidad” entre estos dos factores,
termina siendo un reflejo de incapacidad y de odio, que no permite al gobierno
tender puentes, buscar soluciones, ofrecer acuerdos, más bien con mucha
inmadurez tanto gobierno como oposición insisten en navegar en las
profundidades de la confrontación, llevando al país a una total incertidumbre.
La oposición sigue entrampada en un enfrentamiento entre sus mismos lideres,
ahora bien, ¿un cuerpo político que no se soporta entre si, como puede pretender
que el resto del país confíe en ellos? Lo cierto es que en el seno de la MUD no
lograrán un consenso, producto de sus ambiciones desmedidas de administrar el
poder político del país. Es decir, seguirán inmersos en su circo, tratando de
ver quien resulta mejor payaso.
Por su parte, el gobierno se encuentra
en una situación terrible de liderazgo (impensable para el Chavismo hasta hace
unos años atrás), de incumplimiento de responsabilidades con el país, un
presidente que desde hace mucho perdió el respeto de la propia militancia del
partido de gobierno (PSUV), por cuanto Maduro desatina infelizmente al creerse
Chávez, y la comparación resulta una total afrenta para el imaginario militante
de izquierda. En este mismo sentido, el deterioro en las filas del Gobierno y
del PSUV, es sin igual. La militancia, y más allá, población venezolana perdió
la confianza respecto a todo aquellas acciones que se emprendan para salvar la
economía, impulsar la producción o crear condiciones de seguridad -que son los
tres elementos principales donde gira la actual crisis venezolana-, toda vez
que la desconfianza es directamente proporcional a la falta de liderazgo de
Nicolás Maduro, y por ende del desastre en que se ha convertido su gobierno,
donde la planificación es un concepto inejecutable, no existen verdaderas
políticas ni programas diligentes, eficientes y/o eficaces; por el contrario,
el gobierno se mantiene improvisando a ver si con suerte logra un milagro, y
harto es sabido por el bravo pueblo venezolano, que en política no se puede
depender únicamente de la providencia, sino de acciones concretas, de políticas
públicas fundamentadas en las necesidades directas de la gente y sus
circunstancias. Lo cantó antes que nadie nuestro Alí Primera: “A Dios rogando
pero remando hasta llegar a la orilla…”
El PSUV, por su parte, está lejos de ser
esa gran organización que se gestó con el liderazgo de Hugo Chávez, por allá en
el 2008, antecedida por el MVR, el comando “Zamora”, “Maisanta”, “Miranda”,
etc. hasta que Chávez dijo que teníamos la necesidad de conformar un partido,
un gran partido, que fuera la expresión de todos los movimientos sociales, de
los campesinos, de los pescadores, de las mujeres, de la juventud, de los
indígenas, en otras palabras, una fuerza social indetenible, con una
declaración de principios que debían respetarse, un código de ética, bases
programáticas, y unos estatutos que fueron producto de casi un año de reuniones
y de discusiones por varias regiones del país, donde fuimos miles de delegados
en representación de los pueblos. Hoy todos los sueños de esos militantes se
han derrumbado, y tenemos una organización política sorda a las palabras
buenas, orientada por indolentes, que se escudan en lo legado por Hugo Chávez
para no comparecer ante el desastre que han hecho en la administración pública,
perseguidos por sus hechos de corrupción se esconden en el partido de gobierno,
y se reparten cargos, de diputados, gobernadores, alcaldes, ministros etc.
Especial mención merece señalar la
aberrante necesidad de imponer gobernadores militares, por meros compadrazgos,
es un fenómeno político que ha aniquilado la expresión democrática,
participativa y protagónica de líderes regionales, que terminan siendo
acechados por quienes manejan el partido en las regiones como si estuvieran en
un gran cuartel, pues esto ha sido una constante del PSUV, acabar con los
verdaderos líderes del partido en cada región mediante terribles imposiciones,
llamadas por la dirigencia psuvista cooptación.
La lista que ilustra tales imposiciones
se hace larga y por demás penosa, véase: Tarek el Aissami (en Aragua),
Francisco Rangel Gómez (en Bolívar), Yalitze Santaella (en Monagas), Ramón Rodríguez Chacin (en Guárico), Ramón
Carrizalez (en Apure), Rangel Silva (en Trujillo), Erika Farías (en Cojedes),
Alexis Ramírez (en Mérida), Francisco Ameliach (en Carabobo), todos
gobernadores sin ningún tipo de liderazgo en los Estados donde fueron
impuestos, sacrificando a la militancia y reservándole el indeseado lugar del
maltrato, la humillación y la persecución de quienes se creen dueños vitalicios
del poder. Así observamos como error tras error, aun la junta directiva del
PSUV no termina de asumir su desgarrador descalabro, al llevar a la militancia
a huir a otros partidos del Polo Patriótico o incluso de la oposición, porque
no hay espacio de discusión en el partido de gobierno.
Todo esto tiene a un par de
responsables: Diosdado Cabello y Tarek el Aissami, quienes se apoderaron del
PSUV, causándole grave daño a aquel gesto fundacional de grandeza, pluralismo y
fuerza formativa-organizativa; hoy es un partido herido de muerte, dado que ese
afán desmedido de controlar el poder político, los ha llevado a un cerco vil
donde solo premian a sus más cercanos, en busca que le devuelvan los favores
concedidos, pero la mala gestión, la
corrupción, el nepotismo, el autoritarismo, propio y de sus compañeros han
causado un fuerte debilitamiento de la estructura política, convirtiendo hoy al
PSUV en un cascaron vacio, los delegados del
“Congreso de la Patria”, que convocaron, son elegidos a dedo por los
gobernadores y los alcaldes; allí no está realmente la fuerza viva del Chavismo
que reclama espacios para debatir la crisis del gobierno, del país y del
partido.
Dichas estas consideraciones, se debe
argüir que la crisis del país tiene varias aristas. Ciertamente ha existido de
manera sistemática un enfrentamiento del empresariado con el gobierno, colisión
que se ha denominado “guerra económica”, siempre dándole carácter belicista a
cada cosa, cuando sería sensato reconocer como actores válidos y legítimos y
funcionales a la oposición y a los grupos empresariales, en tanto factores del
poder económico venezolano; pienso que si el gobierno se deslastra de esta
negación, sería sin dudas un avance importante en la construcción de una
relación más que provechosa, dejándole de atribuir todas las fallas al sector
empresarial, porque aún no tenemos claro, que pasó con los casi $ 30 mil
millones, que se llevaron descarnadamente empresas de maletín de nuestro país,
y que aún no sabemos cuáles fueron estas empresas, denuncia que han hecho, el
ex ministro Prof. Jorge Giordani, el ex ministro Eduardo Navarro y la Dra. Ana
Elisa Osorio. El Ministerio Publico debe decirnos la verdad a todos los
venezolanos, y debe haber sanción, caiga quien caiga, o se pretende que los
venezolanos nos pongamos una gríngola y no entendamos que hay venezolanos que
se llevaron mucho dinero del país, y sencillamente viven a ahora en los EE.UU,
algunos muy comentados; Manuel Barroso, Alejandro Andrade, Rafael Isea, y
otros, la lista es larga.
En este mismo espíritu, absolutamente
importante aclarar es la compra de alimentos con precios exagerados, durante la
gestión del ex ministro de alimentación Carlos Osorio, quien debe explicar
muchas cosas al país y a sus instituciones, a pesar de que, luego de algunos
escándalos, haya sido premiado con la designación como comandante de la
REDI-CENTRAL. Siendo así no podemos concebir una administración pública tan
perversa, tan descarada, caso similar es el de la producción agrícola y
pecuaria, la improductividad de nuestro campos tiene nombre y apellido, Elías
Jaua, Juan Carlos Loyo, sin dudas gestiones llenas de oscurantismo, este tema
lo puedo comentar con mucha propiedad, en Apure, acabaron con los hatos expropiados:
“Los viejitos”, “la Cañada avileña”, “el cedral”, “san pablo paeño”, “santa
Rita”, “las tres marías”, “orden libertadores”, “el hato el frio”, este último
lo conozco de niño, y luego lo visite en muchas oportunidades, allí habían
cerca de 25.000 cabezas de ganado vacuno, hoy día -gracias a la administración
de Elías Jagua-, escasamente habrán 2.000 reses. Tristemente en ese hato
existió la casa de José Antonio Páez, donde se planificaron varias de las
batallas de la gesta independentista, la cual era parte del patrimonio
histórico de la nación, esta edificación fue demolida por el administrador que
designo Elías Jaua, en su gestión de ministro.
Por si fuera poco, adicionalmente a
tantos problemas, se nos ha venido encima la terrible situación eléctrica, que
ciertamente se agudiza por fenómenos naturales, pero que también deja expuesta la situación de deterioro del
sistema eléctrico venezolano, por falta de inversión, a pesar de haberse
aprobado suficientes recursos para este servicio del país, cuando se lee el
entramado mafioso que durante años se ha tejido en las instituciones del
Estado, amparados en funcionarios del mismo poder judicial, donde ex
magistrados se han ido huyendo, haciendo denuncias de todo tipo de relaciones
de corruptela donde eran parte, mafias, bandas de enanos y no enanos,
comentadas y no castigadas, que existieron y se dice aun operan bajo la sombra
de la dama de los ojos vendados, llamada “justicia”.
Ante todos estos males que acechan a la
República, qué hacer, pues se debe despertar el espíritu Bolivariano, Chavista,
que nos llevó a la ruptura del modelo opresor que castigo nuestro país por
muchos años, y que gracias a Chávez, se refundó la República, y fuimos a un
proceso constituyente con el concurso de todas las fuerzas sociales del país.
Debe quedar claro ante el país, que Chávez también fue víctima de los
responsables de este desastre, pues con su liderazgo contuvo siempre esas
ansias de poder desmedido, que hoy muestran, y que en su nombre en solo tres
años, han destrozado nuestra economía, pero la verdad es que con Chávez no
vivíamos así, solo él con su fuerza y liderazgo logro estabilizar este país,
demostrando que Venezuela tiene potencialidades para ser una gran nación; a
Chávez hay que reivindicarlo con el ejemplo.
Ahora bien, ser chavista en este
momento, no es cualquier cosa, ser chavista debe ser llevar en el alma, el
espíritu combativo, capaz de asumir la verdad por terrible que sea, y hablarle
al país, con claridad, con responsabilidad, tener el valor y el coraje de
confrontar todo lo que no esté bien. Nuestro país, necesita urgentemente de un
nuevo liderazgo chavista, que adecente el país, las instituciones, que se
atreva definitivamente a proponer un nuevo Estado, que es posible si los
venezolanos nos encontramos con mucha fuerza en un proyecto unificador,
glorioso, más allá de intereses partidistas; sólo así lograremos refundarnos en
el pulso Chavista. Debemos entonces echar el miedo a la espalda, quemar las
naves unas vez más y luchar hasta vencer, no obstante, previo hay que procurar
el “Golpe de timón” y salirnos todos los venezolanos y venezolanas de la
falacia de la confrontación, cual maroma o artilugio para encantar a las
serpientes.
Fragmento de la Carta de renuncia al
congreso de Fabricio Ojeda.
Esta situación precisa una transformación
estructural que cambie el sistema formalista de la democracia por la efectiva
realización de la misma, es decir; que arrase con todo lo podrido, con todo lo
injusto, con todo lo indigno de nuestra sociedad y en su lugar erija una nueva
vida de justicia y libertades. A estas alturas de la historia, cuando un
vendaval de renovación sacude al mundo, los venezolanos no podemos permanecer
aferrados a una vida política sin perspectivas de futuro y que mantiene al país
sumergido en el subdesarrollo económico, en el atraso crónico, y al pueblo,
doblegado bajo el peso constante de la miseria y la ignorancia y el hambre.
Venezuela es un país privilegiado por la naturaleza. Las entrañas de su tierra
están pobladas de riqueza y sobre la superficie crecen montañas de dinero. Pero
estas riquezas y este dinero solo van a parar a los bolsillos de los grandes
tiburones de la política nacional e internacional, mientras que el pueblo,
dueño de ellas, se debate entre la angustia de no poseer nada y el dolor de su
precaria situación económica. .
Este país, que es el más rico de toda la
América Latina, muestra ante los ojos angustiados de su gente un panorama de
males y penurias que se ahonda en la existencia misma de grandes contradicciones:
mientras unos lo tienen todo, comodidades, lujos, placeres y bonanza; otros
nada poseen, ni nada les espera, a no ser la muerte en la más completa pobreza.
Mientras unos tienen en bancos y cajas fuertes millones de bolívares, otros
carecen de recursos más elementales de la vida humana. Mientras unos pueden
mandar a sus hijos a los mejores colegios, otros tienen que resignarse a ver a
los suyos crecer en la ignorancia. Mientras unos viven como parásitos, sin
trabajar ni producir, otros no encuentran donde colocar su fuerza de trabajo.
Mientras unos ven a sus mujeres dar a luz en clínicas lujosas, otros, los más,
tienen que conformarse con verlas parir como animales en sus ranchos inmundos.
Este es el drama, la horrible tragedia de nuestro país y nuestro pueblo.
Buscarle remedio es responsabilidad de los venezolanos, encontrarle solución es
deber irrenunciable. Pero no debemos detenernos en aplicar los consabidos
“paños calientes” que solo postergan la enfermedad, sino que hemos de ir a su
misma raíz para extirpar, como el buen cirujano, los orígenes del mal. Ya el
pueblo venezolano está cansado de promesas que no pueden cumplirse y está ya
decepcionado de una democracia que no llega, pero que a nombre de la cual se le
maltrata, se le persigue y se le engaña.
La carta de Fabricio es muy vigente hoy
día, recomiendo leerla completa.
Juan Francisco García Escalona.
Ex Diputado a la Asamblea Nacional Por
el Estado Apure.
Ex Presidente de la Sub. Comisión de
Cultos y Regímenes Penitenciarios de la AN
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