Prensa.
Estimulo.com. @lamachili
Los guerrilleros del Ejército de
Liberación Nacional (ELN), así como de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC), tienen décadas operando dentro de las fronteras venezolanas.
En los años del chavismo, sus acciones de secuestros, extorsiones y ataques a
objetivos militares aumentaron bajo la mirada omisa del Estado venezolano y sus
militares, según varias fuentes.
Ahora, que el gobierno del presidente
Nicolás Maduro es uno de los gestores oficiales y públicos de los nuevos diálogos en busca de
la paz entre el ELN y el Estado colombiano, sale a relucir una presencia que
para los habitantes de los municipios fronterizos de Apure, Táchira, Zulia y Amazonas ha sido más que evidente desde hace tiempo.
“Hasta la llegada del presidente
fallecido Hugo Chávez al poder, la estancia de la guerrilla colombiana en el
país no era permanente”, asegura la experta Sebastiana Barráez.
El mandatario, quien inició su período
en 1999, fue determinante en el cambio de perfil antiguerrilla que tenía la
Fuerza Armada Nacional.
“Una vez que Chávez llega al poder, la
relación que había con los Estados Unidos para la formación de los militares,
dejó de producirse”, explica Barráez en entrevista.
“No puedo decir que hubo una orden
directa, pero desde entonces, la guerrilla dejó de ser replegada y enfrentada.
Es evidente que las FAN empezaron a asumir una actitud distinta. Comenzó a
haber una especie de sensación de permiso para la estancia de la guerrilla”.
La posición que eligió el presidente
ante EEUU hizo que el aliado fuerte de Washington para luchar contra la
guerrilla dejase de ser Venezuela para ser Colombia. Se da entonces la escalada
del Plan Colombia.
Esta periodista especialista en temas
militares, de seguridad y defensa, acota que hay dos teorías. Una que considera
que Chávez partía de la premisa de que la paz de Colombia significaría la paz
en las fronteras venezolanas. Otra, dice que el comandante percibió que la
guerrilla podía ser una aliada y por eso asumió la actitud más permisiva. De
hecho, en 2011, Chávez pidió expresamente el reconocimiento de los guerrilleros
colombianos como agentes políticos:
Pero entre teorías, hay un segundo hecho
concreto: “La actitud permisiva ha existido y ha permanecido, aunque el
Gobierno venezolano no quiera reconocerlo”, asegura Barráez.
Lumay Barreto, ex alcaldesa del
municipio Páez de Apure, una de las zonas más afectadas por las actividades del
ELN, coincide con Barráez: “El ELN está en el país desde hace más de 30 años”.
La dirigente del partido Voluntad
Popular, que en junio de 2015 fue destituida de su cargo por “supuesta ausencia
absoluta” -caso que la oposición consideró inconstitucional y que se encuentra
en tribunales-, se muestra contenta por el anuncio que se dio este martes sobre
el inicio de los diálogos de paz con la guerrilla. Dice que puede significar un
paso más en el fin del conflicto colombiano, pero considera que hay
posibilidades de que algunos militantes, que aún están en Colombia, puedan
instalarse en Venezuela.
Asegura que la relación entre Caracas y
la guerrilla colombiana es evidente. “En la zona de los llanos, como Barinas y
Apure, estamos totalmente minados de ELN. En Apure están apoyados por el
gobernador (del PSUV, Ramón Carrizalez)”, denuncia.
Aún así, Barreto afirma que en
Guasdualito, donde vive, “los desguaces no los hace el ELN sino el Frente
Bolivariano de Liberación (FBL) que son los que extorsionan y hacen ahí más
desastres”.
Según un minucioso estudio del
colombiano Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos de Debates
(Cerac) aunque las acciones del ELN son
regional y sectorialmente concentradas, está lejos de ser una guerrilla menor y
todavía es una seria amenaza en regiones de Colombia donde históricamente ha
estado presente.
Su presencia es fuerte en los llanos
orientales, departamentos de Casanare, Bolívar, Santander, Arauca y Norte de Santander. Estos dos últimos tienen fronteras terrestres
con los estados venezolanos de Táchira, Apure y Zulia, donde según varias
fuentes, participan en los lucrativos negocios de minería ilegal, contrabando
de drogas, armas, combustibles y alimentos. En esos municipios, históricamente
las comunidades son permeables a ambos lados, con familiares de nacionalidades
compartidas.
Un mapa del Cerac que muestra los sitios
de mayores acciones ofensivas de la guerrilla en Colombia, refleja la cercanía
de estos sitios con poblaciones venezolanas: Guasdualito y El Amparo son apenas
dos de estas. Las zonas cercanas a los 2.219 kilómetros de largo de la frontera
entre Colombia y Venezuela, son las más afectadas.
El Alcalde Mayor del Alto Apure, Miguel
Rodríguez Galvis, quien también es padre del ex ministro del Interior de Hugo
Chávez, Miguel Rodríguez Torres, también celebra el anuncio que se dio en
Caracas de negociaciones de paz.
Asegura, en declaraciones a El Estímulo,
que las “prácticas delincuenciales (que antes hacía el ELN), ya no las está
realizando. (Sus militantes) mañana se van a dedicar a la política, y
bienvenidos sean”. Uno de los puntos del acuerdo de diálogo, de hecho, incluye
garantías de participación de la guerrilla en la política colombiana.
“Ellos usaban las vacunas para
atemorizar al campesino, pero hoy en día esas prácticas han cesado”, insiste en
breve entrevista telefónica desde Guasdalito. Rodríguez Galvis, disidente del
Psuv pero fiel seguidor de Chávez, reconoce la presencia de ELN, en la zona de
Apure, y otras de Venezuela, porque el país “es límite con Colombia y es más
fácil entrar y tenían campo virgen para la explotación de su proyecto”. Asegura
que durante los “50 años (que tiene) como productor agropecuario, jamás (le)
han pedido recursos”.
Pero otros hacendados en Apure y Barinas
han sufrido hasta secuestros, por lo que prefieren ni hablar de ese tema.
“Tienen años en eso”, dijo un ganadero sobre las actividades guerrilleras.
Carlos Vecchio, coordinador político de
Voluntad Popular, quien señaló recientemente que las FARC y ELN deben salir del
país para que continúe el diálogo, también expresó a El Estímulo vía correo
electrónico, que las evidencias que tiene sobre la presencia de estos
guerrilleros están en “testimonios de víctimas de venezolanos que se encuentran
especialmente en Apure, Táchira y Zulia que sufren día a día el atropello de
estos grupos. Incluyendo testimonios de los miembros de la Fuerza Armada. Así
como por pruebas presentadas por el gobierno de Colombia denunciando presencia
de esos grupos en nuestro territorio”.
Luchar por el territorio
“Cuando surgen las FBL, hubo un
enfrentamiento entre estos y los guerrilleros del ELN, sobre todo en la zona
del Alto Apure (municipios José Antonio Páez y Rómulo Gallegos)”, cuenta
Barráez. El objetivo era controlar la mayor cantidad de territorio. El ELN,
tras ese enfrentamiento con las FBL, tuvo que replegarse hacia otras zonas.
Desde entonces, ha tenido mayor presencia en el estado Táchira, sobre todo en
el Municipio Urdaneta, en el Municipio Junín, así como el pueblo Río Chiquito.
“Estos son los sitios donde el ELN ha
tenido mayor presencia”, relata la experta.
Las acciones del grupo se centran en
cobros de vacunas (extorsiones) y secuestros. La reportera añade que cuando llegaron
a la zona solo ejercían estas actividades contra personas con muchos recursos,
pero hoy en día afectan a casi todos los residentes o trabajadores de las zonas
donde operan.
“Ya no solo secuestran o hacen pagar
vacunas a los grandes ganaderos, sino también a pequeños productores,
comerciantes e incluso personas que hacen pequeños trabajos de frontera deben
pagar la cuota. La zona que contrajo el ELN cobra vacuna hasta a la gente que
tiene conucos”, especifica.
¿Un problema sólo de frontera?
No se conoce un estimado oficial de
cuánta guerrilla colombiana hay en Venezuela. Un informe de más de 700 páginas
de la Dirección Nacional de Análisis y Contextos (Dinac) de Colombia, cuyos
datos fueron revelados recientemente por la radio La W de ese país, asegura que
el ELN sólo cuenta hoy con 1.370 hombres armados. El documento destaca que sus
años más fuertes fueron durante el gobierno de Pastrana, es decir, entre 1998 y
2002, con 4.130 hombres. A partir del 2004 empezaron a disminuir con 3.100, en
el 2006 bajaron a 2.500 hombres, en el 2008 llegaron a 2.014 hombres, hasta la
cifra actual.
Barráez acota al respecto que lo que sí
se puede asegurar es que la zona donde la guerrilla colombiana se ha
establecido es frontera con Colombia y no se han extendido a otras ciudades del
país.
De hecho, el Procurador General de
Colombia, Alejandro Ordoñez, un duro adversario de los diálogos de paz promovidos por Santos y de los gobiernos
chavistas en Venezuela, ha dicho que Venezuela es no es parcial en este proceso
porque es favorable de los guerrilleros, por lo que no debería ser garante de los diálogos.
Este jueves dijo a RCN desde Pamplona que los colombianos no
tienen confianza en Venezuela y que este
país no tiene autoridad, ni moral, para que participe como garante en los
diálogos de paz.
Ordoñez ha dicho que el gobierno
venezolano “en varias oportunidades” ha
permitido que la guerrilla del ELN se esconda en su país después de cometer
diversas violaciones a los derechos humanos en los departamentos fronterizos de
Colombia, como Norte de Santander y Arauca.
En 2010, la presencia de los
guerrilleros colombianos en Venezuela precipitó otra de las frecuentes crisis
diplomáticas entre los gobiernos de Hugo Chávez y Álvaro Uribe. Este último
afirmó -y dijo que llevaría las pruebas a la OEA- que en Venezuela existían
campamentos del ELN, tolerados y protegidos por el chavismo.
En septiembre de 2011, en una entrevista
publicada por el diario el diario El Colombiano, el entonces gobernador del
departamento de Arauca fue más explícito:
“La frontera es el problema número uno
para el departamento de Arauca porque la guerrilla existe, se encuentra y sus
campamentos están todavía en territorio venezolano. Los 420 kilómetros de
frontera del departamento de Arauca con Venezuela están totalmente invadidos
por la guerrilla de las FARC y del ELN y apoyados por las Fuerzas Bolivarianas
que creó el presidente Hugo Chávez”, aseguró Ataya a la agencia Colprensa.
Más tarde, en agosto de 2012 el
almirante Edgar Cely, entonces comandante de las Fuerzas Militares de Colombia,
entrevistado por Caracol Radio dijo que “en términos concretos, muy rápidos,
sí” era verdad que se mantenía la presencia del ELN y las FARC en Venezuela.
Dio a entender que el asunto era manejado al más alto nivel entre ambos países,
por lo que no podría ofrecer detalles:
“En términos del manejo de este tema,
está siendo manejado por el señor
Presidente y la Cancillería. Pero la verdad es que lo que se mostró al final
del gobierno del presidente Uribe se mantiene”, dijo entonces.
En mayo 2012, cuando según denuncias de
Colombia una columna de 120 hombres de la FARC salió de Venezuela para atacar a
soldados colombianos que escoltaban la reparación de una torre de electricidad
en la zona rural de Maicao, a unos metros de la frontera – derribada por los
propios guerrilleros- y mataron a 13 en combate antes de regresar a Venezuela,
la respuesta del entonces presidente
Chávez fue inmediata:
“Nosotros ratificamos nuestra posición:
no vamos a permitir incursiones de ninguna fuerza armada, sea cual sea su
naturaleza, en territorio venezolano“.
Poco después, el entonces ministro de
Defensa, Juan Carlos Pinzón, hoy embajador de Colombia en Estados Unidos, dijo
que las denuncias sobre la presencia de integrantes de las guerrillas
colombianas de las FARC y el ELN en territorio venezolano era un “tema
delicado”.
En 2013 en una entrevista con el diario
El Tiempo, de Bogotá, Pinzón también dijo que guerrilleros del frente 59 de las
FARC seguían radicados en Venezuela, de donde salían a hacer atentados en
Colombia.
Las denuncias de la presencia de los
guerrilleros en Venezuela no cesan. Por su parte, Sebastiana Barráez asegura que no sucede lo mismo con la
guerrilla venezolana del FBL, que después de haberse dividido, una parte se
quedó en zona de frontera y la otra se extendió hacia territorios de otros
estados del país, como Carabobo, Aragua, Miranda y Vargas, entre otros. Se debe
destacar que en Venezuela “hay presencia de otros grupos armados que no son
guerrilla sino paramilitares, pero que aunque se instalaron en la frontera,
lograron permear otra parte del territorio y no están limitados a una sola
zona”, explica.