La
paralización de empresas públicas y privadas y el colapso del turismo dejaron
al estado oriental como cabeza de la lista de pobreza en Venezuela,
Prensa.
Crónica Uno. Carlos Crespo/ @CalosCrespoR
Fotos:
Miguel González
Cumaná. El caos que vivió Cumaná este
martes fue precedido por unas cinco protestas diarias que se registran en la
ciudad por falta de alimentos, así como saqueos a camiones de comida que pasan
por la vía nacional del estado Sucre.
Es una rutina diaria que a partir de las
6:00 pm, en la avenida Bermúdez de la capital, grupos de personas registren las
bolsas negras de basura en búsqueda de comida junto a los perros callejeros. En
el puerto la gente se agolpa en el muelle en cacería de alguna sobra de las
sardinas que traen los pescadores, mientras que en las escuelas la deserción de
los niños aumenta por la escasez de comida.
“La gente está comiendo una vez al día,
la situación de la comida es delicada. Las mujeres dicen que le dan al hijo
tetero de mango o agua de espaguetis”, señaló Estelin Kristen de laFundación de
Derechos Humanos del Estado Sucre (Incide).
Las imágenes de muchedumbres irrumpiendo
en los supermercados y centros comerciales de Cumaná también pueden ser
analizadas a la luz de los números registrados por el Instituto Nacional de
Estadísticas (INE). De acuerdo con las últimas cifras publicadas por la
institución (segundo semestre de 2013) el estado Sucre es la entidad con mayor
porcentaje de personas pobres por línea de ingresos con 55,2% (533.070
personas), es decir, más de la mitad de la población no puede comprar la
“canasta básica”, que consiste en un grupo de alimentos esenciales más el costo
de servicios prioritarios como salud y educación.
En esta misma clasificación, la entidad
se ubica en el tercer lugar en cuanto a la “pobreza extrema” con 20,2%. Esto se
traduce en que 195.161 personas no disponen de los ingresos suficientes para
comer. Si la clasificación se hace por el número de hogares Sucre ocupa el
segundo puesto con 45,4% de las casas bajo la línea de la pobreza, superado
sólo por Amazonas donde 47,1% de los hogares son pobres.
Sin embargo, organizaciones sociales
estiman que la pobreza general aumenta a 64% de los sucrenses, mientras que 29%
están en la pobreza extrema. “Los estudios que hemos hecho distan de lo que
señala el INE. Nos llama la atención que en el XIV censo del INE no aparecen
poblaciones del eje carretero Casanay-Caripito”, explicó el sociólogo Adelso
Malavé, integrante del Grupo Social Cesap.
Tanto Malvé como Kristen apuntaron al
cierre de empresas y la pérdida de puestos de trabajo como las causas centrales
del aumento de la pobreza en el deprimido estado Sucre. Las principales
empresas de la entidad como Polar, Monaca, Toyota, Hilados de Cumaná, la Empresa
Mixta Socialista Pesquera Industrial del Alba (Pescalba), La Gaviota (planta
enlatadora de pescado), la Compañía Anónima Industrial de Pesca, entre otras,
han cerrado o disminuido mucho sus operaciones.
Esto responde a las políticas económicas
aplicadas por el Gobierno como expropiaciones y controles de cambio y de
precios que han dejado a muchas industrias sin insumos para trabajar. De
acuerdo con cifras de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y
Producción de Venezuela (Fedecámaras) unas 1.400 empresas privadas, de
diferentes tamaños y en diferentes regiones, habían sido expropiadas o
intervenidas hasta 2014.
En el caso de Sucre los trabajadores de
la empresa La Gaviota han denunciado la paralización de la planta por falta de
materia prima, algo similar ocurre con la estatal Pescalba, cuyos barcos están
varados por falta de repuestos, ambos escasos por la falta de divisas para
importaciones. La inseguridad y la falta de servicios básicos redujeron el
turismo al mínimo, dejando a Polar y la pesca como principal fuente de ingresos
de los sucrenses.
Cifras extraoficiales hablan de la
pérdida de 9.000 puestos de trabajo durante este año en la región, 7.000 sólo
en Cumaná. “En los municipios Bolívar
(Marigüitar) y Sucre (Cumaná) se han perdido entre 1.000 y 1.500 puestos de
trabajo directos y el doble en indirectos por la situación de Empresas Polar en
la región. Indirectos porque hay distribuidores que se han quedado a la deriva,
bodegas en dónde se pierden empleos familiares porque dejan de llegarle los
alimentos. También se reduce el voluntariado y los cursos de formación que
destinan las empresas a las comunidades”, expresó Malavé.
Sin trabajo y sin comida
Esta situación es confirmada por Antony
Leonicio, estudiante universitario y aprendiz de Empresas Polar en Marigüitar.
“Muchos jóvenes no tenemos oportunidades de empleo digno y tampoco tenemos
oportunidades en las universidades. Ahorita los jóvenes están centrados en
otras actividades como conseguir alimentos para el hogar, por la crisis
económica. Un joven pierde el tiempo en una cola cuando debería estar en una
universidad”.
Leonicio mostró su preocupación por la
situación de la empresa en la que labora, que no puede obtener los insumos que
requiere. Indicó que sólo en Marigüitar la empresa cuenta con unos 1.000
trabajadores directos. “La situación de la empresa es muy delicada, a veces se
recibe y a veces no se recibe materia prima. Ahora se trabaja con el atún
entero que tiene menos provecho que el importado. Ha bajado mucho la producción
y hasta la empresa ha tenido que cerrar sus puertas. El marigüitense, el
cumanense y hasta las personas del municipio Mejía que trabajan en la planta
corren el peligro de quedarse sin empleo”.
La crisis no solo se refleja en el
empleo, también en la educación.
Santiago Bautista, docente y miembro de
Fe y Alegría en Caigüire, aseveró que en el sector la deserción escolar llega a
35% debido a la falta de alimentos en las escuelas. “Los adolescentes, como
aprenden un oficio como soldar en Fe y Alegría, empiezan a matar tigres y no
vuelven”, indicó.
María Elena Sajías directiva de la
Fundación Espada de David, que presta apoyo a personas con adicciones a las
drogas o el alcohol, indicó que ha visto cambios en el perfil de las personas
que se acercan a la organización. “Hay un cambio significativo en las personas
que buscan ayuda. Antes venían puros adultos, ahora vienen más padres
preocupados por adolescentes que están consumiendo. Tenemos como 8 o 10 menores
de edad consumiendo porque venden en las escuelas, la cantidad de niños en la
calle es altísima. No están estudiando, ni son atendidos por sus padres o el
Estado y la promiscuidad es notoria entre los adolescentes”, aseveró.
Los activistas sociales consideran que
el aumento de la pobreza en la entidad explica el incremento del crimen en la
región y la llegada de “pranes” y bandas delictivas desde las ciudades del
centro del país. Incluso, se han conformado grupos delictivos conocidos
como“piratas” que roban a los pescadores industriales y artesanales en pleno
mar. “Los pranes, y no el Estado, son los que están atendiendo a los jóvenes;
les dan armas, drogas y estos delinquen a cambio de estupefacientes. Te dicen
que quieren ser sicarios o bacahaqueros, y han perdido todo el interés en el
estudio”, indicó Malavé.