Prensa.
Infobae. Héctor Silva Ávalos.
Esta semana se juegan fichas claves en
el tablero de la OEA para el futuro político venezolano y su relación con el
continente. El jueves, en la sede del organismo en Washington, el secretario
general, Luis Almagro, someterá a votación su duro informe sobre la situación
de los derechos humanos bajo el gobierno de Nicolás Maduro y pedirá la
implementación de la carta democrática. Pero ante esa presión, una puerta
alternativa de abrió en el camino: que prospere la mediación de tres ex
presidentes y la cauta intervención de la administración de Barack Obama para
convencer finalmente al gobierno venezolano de que habilite un referendo
revocatorio este año, publica Infobae.
Como estaba previsto, la mesa quedó
servida en República Dominicana, donde la OEA acaba de tener su asamblea
ordinaria. Ahí, Almagro, y la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, movieron
piezas de cara a las reuniones de esta semana en Washington. Lo que dejó
Dominicana hace prever que habrá, en la capital estadounidense, menos espacio
para la carta democrática y más para otras iniciativas diplomáticas que empujen
a Maduro a aceptar un referendo.
Fuentes diplomáticas en Washington
dijeron a Infobae que la aplicación de la carta democrática –mecanismo previsto
por la OEA para suspender los derechos a un Estado Miembro por condiciones que
atenten contra el libre ejercicio de la democracia– a Venezuela, algo que
Almagro pidió al consejo permanente el 30 de mayo pasado, suena cada vez menos
probable, sobre todo después de que el secretario general hizo suya en Santo
Domingo la mediación entre el gobierno y la oposición que tres ex presidentes
(el panameño Martín Torrijos, el dominicano Leonel Fernández y el español José
Luis Rodríguez Zapatero), vienen llevando adelante de la mano de la UNASUR. Los
tres estarán este martes en la OEA para informar al Consejo, antes de la sesión
del jueves.
“Con eso, el secretario general gana,
porque aunque no se invoque la carta (democrática), y al apadrinar a los ex
presidentes y quitarle la iniciativa a UNASUR, ya aparece él como gestor del
diálogo”, opina en Washington un diplomático centroamericano destacado en la
OEA que habló con Infobae bajo condición de anonimato.
Maduro también ha jugado sus cartas: el
miércoles 15 de junio, en Santo Domingo, los venezolanos presentaron, de cara a
las reuniones en Washington, un proyecto de resolución que limita la actuación
del secretario general en este tema, que Caracas considera de “política
doméstica”. Nicaragua, aliado incondicional de Maduro, incluso pidió la destitución
de Almagro; pero Panamá contrarrestó la movida con una expresión explícita de
apoyo al secretario.
La carta de navegación de Washington
Y mientras eso pasaba, Estados Unidos,
uno de los principales financistas de la OEA, jugaba sus propias cartas a través
de John Kerry, el secretario de Estado de Obama. Kerry se reunió con su
homóloga venezolana, la canciller Rodríguez, y dijo al pleno de la OEA que su
país no presionará para la aplicación de la carta democrática pero sí por un
“referendo justo”.
“Uno hubiese esperado, cuando todo esto
empezó y dada las historia de enfrentamientos, que Estados Unidos apoyara al
secretario, pero ha sido más cauto”, advertía hace dos semanas una fuente
diplomática.
Hoy, parece que Washington ha lanzado un
mensaje que para más de alguno puede ser la carta de navegación la próxima
semana: que haya una votación adversa a la convocatoria de la carta democrática
y que Estados Unidos, los ex presidentes y en menor medida Almagro empiecen a
preparar las condiciones para la convocatoria de un referendo revocatorio este
año en Venezuela.
El presidente de la Asamblea Venezolana,
el opositor Henry Ramos Allup, y el ex jefe de Gobienro español José Rodríguez
Zapatero, que oficia de mediador ante la crisis (AP) El presidente de la Asamblea
Venezolana, el opositor Henry Ramos Allup, y el ex jefe de Gobienro español
José Rodríguez Zapatero, que oficia de mediador ante la crisis (AP)
La oposición ya comenzó el complejo
proceso de recolección y validación de firmas para impulsar la realización del
referendo y denuncia que el Consejo electoral pone todo tipo de trabas y
dilaciones. En simultáneo, Maduro y otros funcionarios de su gobierno han
advertido que, aún si se cumplieran los pasos legales, el referendo sólo se
realizaría el año próximo. La diferencia entre que se vote en 2016 o 2017 es
vital para el chavismo. Si los venezolanos revocan el mandato de Maduro este
año, se debería convocar de inmediato a nuevas elecciones presidenciales. Si,
en cambio, lo hacen el año próximo, cuando sólo queden dos años para el final
de su mandato, la Constitución bolivariana establece que Maduro dejaría su
puesto pero quedaría a cargo del gobierno su vicepresidente.
Antes de partir a Dominicana, y tras
varios días de cabildeo diplomático encabezado por la embajada de Caracas en
Washington, parecía ya bastante claro que Almagro se quedaba sin votos para
invocar la carta democrática, sobre todo por la oposición de Argentina, e
incluso de otros países grandes del continente, como México.
“Hubo quienes no estuvieron de acuerdo
en las formas y aunque simpatizaran con el fondo pensaron que podía sentarse un
precedente complicado”, dijo la semana pasada un diplomático destacado en
Washington.
En Dominicana, y con la posibilidad de
invocar la carta democrática cada vez más lejana por la correlación de votos,
Almagro buscó apoyos externos a su gestión sobre Venezuela. Los más importantes
llegaron el viernes en forma de una carta firmada por una treintena de ex
presidentes latinoamericanos, la mayoría de corte ideológico conservador.
El tablero quedó listo para esta semana,
que además de lo que resuelvan los Estados miembros dentro del vetusto edificio
de granito y mármol que ocupa la sede de la OEA en la céntrica avenida
Constitución de Washington, estará aderezada por la presencia de figuras clave
de la oposición antichavista, quienes ya anunciaron actividades de protesta.