Articulo.
Aporrea. Shauki Gabriel Expósito.
Estimado Carlos Jesús Rivas Pérez le
mando mis mejores consideraciones, esperando para usted y los suyos lo mejor
que depare el futuro. Parafraseando a uno de mis filósofos favoritos, Fernando
Savater “Lo discutible no son las personas sino sus ideas”, por cierto, si
usted lee, le recomiendo a este autor y toda su obra.
Lamentablemente para usted señor Carlos
Jesús Rivas Pérez, existen personas como yo, que no nos quedamos con discursos
construidos desde un empirismo casi grotesco, y a cada escrito que otro hace
revisamos sus planos discursivos y nos dedicamos a observar el por qué y en qué
contexto escribe.
Como profesional de la comunicación,
persona comprometida por muchos años con las comunidades más pobres de mi país,
periodista, locutor por muchos años para varias emisoras nacionales, y docente
universitario en varias de las excelentes casas de estudio del país no puedo
permitir que su discurso expresado el 6.7.2016 por Aporrea en un artículo
titulado “El que se quiera ir de Venezuela que se vaya, pero sin título” se
quede sin análisis y respuesta de mi parte.
Comienzo diciendo que su ignorancia no
le exime de compromiso moral con su país y su pueblo. Traté de investigar su
perfil, hice un par de llamadas a Caracas, busqué en Internet a fondo, y nadie
lo conoce, ni mis amigos cercanos al Gobierno ni los opositores, usted es un
fantasma en la vida nacional que solo aparece como opinador de oficio con
redacciones muy similares a la que origina esta carta pública.
Es este uno de los mayores males que
ataca el corazón de mi amado país, de la noche a la mañana muchos venezolanos
empezaron a pensar que podían hablar con certeza sobre temas a los cuales ni
siquiera les habían dedicado un par de lecturas. Opinadores de oficio, certificados
por las tendencias y los factores políticos que apoyan, ¡cuánto daño han hecho
personas como usted!
Por eso me tomo mi tiempo como docente,
para de forma pedagógica brindarle una respuesta que le oriente y le haga mejor
persona.
Usted no tiene idea del origen de los
estados y su concepto, esas universidades que menciona, producto justamente del
nacimiento de los estados como nación, son espacios que le invito a visitar
para reaprender algunos conceptos.
Le digiero un poco el término de estado:
Un estado es una organización humana que surge por decisión de un grupo de
personas, agrupadas bajo parámetros sociales y normativas que seden el uso de
la fuerza a un grupo de autoridades reconocidas. Igualmente le dejo una
definición de un buen teórico social básico,
“Max Weber, en 1919, define el Estado moderno como una asociación de
dominación con carácter institucional que ha tratado, con éxito, de monopolizar
dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de dominación y
que, con este fin, ha reunido todos los medios materiales en manos de sus
dirigentes y ha expropiado a todos los seres humanos que antes disponían de
ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas”.
A partir de la Revolución Francesa en
1783 el concepto de estado sufre una nueva transformación e incluye los
derechos concebidos en la igualdad y la fraternidad, este momento histórico es
repetido una y otra vez en varias oportunidades en el discurso del creador del
Socialismo del Siglo XXI, Hugo Chávez Frías, discurso que parece que usted
escuchó pero nunca entendió, como mucho de sus seguidores.
La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela que se reformó en 1999 proclama al país como una
nación soberana, libre, independiente y democrática
Lea usted el artículo 2 de nuestra Carta
Magna, se lo presento: “Venezuela se constituye en un Estado democrático y
social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su
ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la
igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en
general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo
político”.
En este punto queda claro que el estado
se debe a las personas, que bajo ningún concepto el estado decide sobre la
libertad de la decisión de la vida de las personas. Es deber del estado
propiciar políticas públicas y normativas para dirigir los procesos sociales de
la nación en beneficio del pueblo, pero NO es su deber tener ningún tipo de
injerencia sobre las decisiones personales o colectivas amparadas bajo los
derechos humanos fundamentales, no me pondré a detallarlos, le dejo de tarea su
lectura.
En este párrafo usted hace alarde de no
saber nada de lo que he explicado hasta ahora, y adicionalmente en su discurso
evidencia una desesperación, ¿Qué es realmente lo que le preocupa y lo lleva a
escribir esto?, el Presidente Nicolás Maduro ha dicho que el porcentaje de
venezolanos profesionales que desean salir del país pertenecen a una clase
pudiente y minoritaria, ¿Por qué se nota usted en un tono desesperado, casi de
súplica como evidenciando que la realidad es otra?, usted ha pecado doblemente,
ha dejado en evidencia que el discurso presidencial es falso, que la realidad
es terrible, se vive en Venezuela una diáspora de talento, y es peor, en las
filas del estado donde se deben dictar las políticas públicas que mencionaba,
cada vez hay menos profesionales altamente capacitados para hacerlo.
“Supongo que las autoridades migratorias
de Venezuela ya deben estar al tanto, las universidades públicas ya deben tener
estadísticas al respecto y los entes encargados de los estudios sociológicos en
el país, deben estar haciendo planes de corrección de un hecho que viene
ocurriendo con mucha frecuencia”
¿Las autoridades migratorias deben
socavar el derecho fundamental del libre tránsito de los venezolanos adentro y
fuera del territorio? ¿Está usted planteando volver al país en una gran cárcel?
Sí, eso hace.
“¿Los motivos? Es una paradoja que han
inventado los enemigos de la patria. Ha sido tan constante el mensaje negativo
hacia los más jóvenes que ya la idea comienza a permear de manera escandalosa a
este grupo social.”
Nadie en su sano juicio deja a su país,
sus calles, sus amistades, su familia y su entorno para irse a lo desconocido,
salvo que las razones que lo motiven sean de peso, una “paradoja inventada” no
propicia la salida de un profesional universitario, es imposible. La realidad
que iguala la condición de un profesional altamente capacitado a vivir en
miseria en su país o arriesgarse afuera sí lo predispone a tomar una decisión.
“¿Los destinos? Se nota una preferencia
por países como Colombia, Ecuador, España y el permanente engaño del Sueño Americano”.
Desconoce usted una vez más un concepto
al que se refiere, el sueño americano data de la década de los 70, 80 y 90,
para referirse a la emigración europea y latina hacia Estados Unidos de
América, en los países que menciona no se aplica, y más bien dos de ellos están
en profunda crisis económica y laboral.
“Se dice que Venezuela tiene graves
problemas de inseguridad, es cierto los hay. Pero dígame un solo país en el
mundo que no los tenga.”
Tengo un año en Barcelona, una ciudad de
primer mundo, hay algunos sucesos de cualquier urbe, no he visto la cantidad de
muertos que veía en Venezuela a diario. Aquí mientras escribo esta carta estoy
con mi laptop en una plaza en uno de los principales barrios del centro de la
ciudad, hago esto en Catia y me quedo hasta sin zapatos.
“¿Me dirán que en Colombia la pobreza
está en retroceso? ¿O que en España la vaina esta requetebién con los parados,
los desahucios y la venta de drogas como un negocio familiar?”
La mejor respuesta a esto es que lo
evidencie, lamentablemente no puedo invitarlo a mi casa en Barcelona, para que
viaje y se quede callado ante la realidad. Los días de la peor crisis en España
ni siquiera son comparables con los mejores momentos del mandato de Hugo
Chávez.
“Ahora, ¿Por qué son bien recibidos en
esos países? Fácil, es una mano de obra barata para ellos y mejor aún, son
profesionales en los que esos estados no han invertido ni medio en formarlos.
Mientras que Venezuela hace un gran sacrificio para mantener la educación
gratuita en todos los niveles, especialmente el universitario.”
Usted ignora, y mucho. La mayoría de los
títulos que se expiden en Venezuela, si bien vienen apostillados por el
convenio de La Haya, necesitan homologación que puede tardar entre 6 meses (no
conozco casos) hasta 2 años, muchos de los títulos de las universidades, sobre
todo públicas de Venezuela, sufren de grandes problemas de homologación porque
las horas académicas son menores a las que se ven en España, por ejemplo. Sólo
las universidades privadas venezolanas se ven mejor paradas ante estas
exigencias. Casi ningún venezolano profesional recién llegado a España está
ejerciendo en lo que estudió, la mayoría están en una dulce espera. Pero los
españoles reciben con los brazos abiertos a unos venezolanos educados,
inteligentes, trabajadores, y con sueños, cosa que no hizo su país.
“Se deberían tomar medidas inmediatas
como: Que todo profesional de áreas de necesidades especiales, como la salud o
producción industrial, que tenga menos de 10 años de ejercicio en Venezuela, NO
pueda irse a ejercer a otro país.”
Si alguien en el Gobierno escucha esta
propuesta sería genial, porque arrimaría al Gobierno de Maduro un paso más a la
ilegalidad, violaría la Constitución y provocaría una reacción social sin
precedentes.
“Que ningún egresado de una universidad
pública, financiada por el estado Venezolano, pueda ir a ejercer su profesión a
otro país.”
¿Sabe? El mismo presidente Hugo Chávez
Frías motivaba la formación de venezolanos en el exterior, propiciaba que se
fueran a Irán o a China a formarse para manejar satélites y equipos. Lo de
usted en este artículo va hasta contra las ideas del mismo Chávez.
“Y por supuesto, que todos los jóvenes
venezolanos se pongan a leer y estudiar lo que verdaderamente ocurre en
Venezuela. Que analicen si vale la pena abandonar su país cuando más los
necesita, eso es no tener amor por la patria. Es como que si en el momento que
tus padres tengan problemas económicos tu optes por irte de la casa en vez de
luchar por ellos y a su lado.”
Si usted entendiera un poco de
sociología supiera que, llega un punto en el que las personas al no encontrar
en los colectivos de los que forman parte las suficientes razones para poder
desarrollar sus metas y aspiraciones deciden abandonarlos y apostar a nuevos
grupos. Lo que usted pide desesperadamente desde la proa es que nadie abandone
el barco, que sean obligados a permanecer abordo, y que a los niños se les ate
una piedra al cuello, mientras la débil y frágil fragata ya no representa para
las aspiraciones de sus tripulantes un lugar seguro.
Y para ello elude, de muy mala manera
discursiva, a la Patria, lugar común y desgastado después de tantos años de
uso. Amigo le respondo con una frase de una canción de Alí Primera, “La Patria
es el hombre” lo que hay que cuidar es a las personas, y si no es en su tierra,
donde esté un venezolano estará Venezuela.
Adicionalmente, ¿Cómo se puede ayudar
cuando se tiene problemas?, la mayoría de los jóvenes que optan por salir de
Venezuela es porque no ven un buen futuro, y procuran conseguir un trabajo
estable fuera y una mejor calidad de vida, no para malgastar lo que ganan, sino
para hacer envíos de medicina, y de todo lo que puedan a sus familiares en
Venezuela. Si usted viera la cola de venezolanos en casas de envío de
correspondencia le daría vergüenza lo que escribió. Eso es hacer justo lo que
usted dice, ayudar a su familia.
Usted ignora tanto lo que pasa cada vez
que un padre despide a un hijo en Maiquetía que no extraño que más de uno esté
en estos momentos indignado con su discurso. Los jóvenes venezolanos se van
pensando en mejorar la vida de sus familias.
“Los jóvenes tienen que saber que tienen
el poder de cambiar lo que tengan que cambiar, que tienen el poder de construir
un país de iguales oportunidades para todos.”
Y como en el fondo su sentido común se
lo solicita, usted hace un llamado desesperado a otro lugar común, y pide que
los jóvenes entreguen su juventud a cambio de lo que más les gusta, luchar.
Pero amigo mío, lamento tener que reforzar la idea subyacente en todo su
discurso, la realidad de todo está en que la juventud no quiere dar más su vida
en un país que tiene tal arquitectura burocrática, oxidada, inoperante gestada
en un tiempo que parece post-Revolución, que es imposible de cambiar.
“No como el loco aquel ‘Que lo iban a
encontrar muerto en Choroní’ y hoy está orgulloso de vivir y ser un vasallo de
la corona española, hablando pendejadas de Venezuela desde allá.”
Choroní, con acento es un hermoso paraje
venezolano, al que alude una canción que tenía como objetivo criticar la
radicalización política que se vivió en Venezuela hace unos años, indicando que
el venezolano siempre ha sido “chévere”, mismo objetivo que tuvo el ministerio
de turismo con Cheverito y que ahora usted la deforma para tratar de argumentar
un terrible discurso. La realidad amigo es que ya la radicalización pasó, como
esa canción. Hoy por hoy, todos los venezolanos entendieron que no existe bando
político cuando “la vaina está jodida”.
Culmino diciéndole que, desde que decidí
ser periodista tuve la idea de venir a la tierra de mis padres y conocerla,
especializarme y regresar a Venezuela. Pero la realidad sociológica del país
más la visión que tengo de la terrible gestión del Gobierno de Maduro propició
mi partida sin fecha de retorno, afortunadamente en el mejor momento.
Lamentablemente su grito desesperado que
subyace en el discurso que expone no será respondido. La juventud venezolana
seguirá migrando mientras encuentre un espacio donde vea posible germinar los
sueños que su propia Patria, y quienes la gestionan, le han negado. Y no culpo
únicamente a Maduro de ello, lo culpo a usted y su discurso, y a los que como
usted piensan, desde la limitación de los derechos para corregir los problemas
sociales.
Si en Venezuela existieran mejores
condiciones generales para todos los jóvenes, ninguno abandonaría su terruño,
amigo mío.
Ahora de lo que estoy seguro es que
vendrán tiempos mejores amigo mío, tanto para los de afuera como para los de
adentro, porque el venezolano es inmenso, noble y trabajador, buena persona y
no se amilana ante las dificultades. Eso lo aprendió desde el que nació en el
barrio hasta el que se crio en el Country, forma parte de nosotros.
Saludos, y como usted recomienda, a
leer, a estudiar y a formarse para poder participar de forma constructiva en la
vida social venezolana.
Firma, una rata (digna, estudiada, y
altamente capaz) más que abandonó el barco.-
Fuente:
http://www.aporrea.org/educacion/a230559.html