Prensa. AFP.
Recorren
los pasillos de un galpón en Miami para llevarse un colchón, una silla o un
juego de platos donados. Son parte de la nueva oleada de inmigrantes
venezolanos: antes eran de clase media, ahora no tienen dónde vivir.
Abren
un depósito atiborrado de muebles. “Qué lástima que no hay uno matrimonial”,
comenta Olimar Ramírez, arrastrando un colchón individual para sus hijos.
Olimar
es una ingeniera civil de 40 años que llegó a fines de abril a Miami con su
marido, sus tres hijos y “ni una moneda”. “Con unos poquiticos ahorros y porque
Dios nos buscó unos boletos aéreos económicos logramos salir“, dice a la AFP.
“Hemos estado durmiendo en el piso y pasando calamidades”.
Su
caso es muy similar al de la decena de familias que buscan en este galpón -con
mucha vergüenza- mesas, sillas, sábanas, enseres de cocina, colchones y
juguetes. Patricia Andrade es la organizadora de esta jornada semanal de
donaciones en El Doral, un enclave venezolano en Miami.
“Los
que están llegando son venezolanos de clase media, pero que se enfrentan a un
dólar de mercado negro (que cotiza al doble del tipo de cambio controlado por
el Estado), que está emigrando en situaciones desesperadas”, dice Andrade, que
preside la fundación Venezuela Awareness.
En
la Venezuela petrolera escasea la mayoría de los productos básicos. Además de
tener una de las tasas de homicidio más altas del mundo, ahora es también el
país con la mayor inflación: 180,9% en 2015, cifra que en 2016 aumentará a 700%
según el FMI.
En
las últimas semanas, se han registrado protestas e intentos de saqueo casi a
diario en Venezuela y la gente pasa horas haciendo filas en supermercados y
farmacias. Mientras
tanto, la oposición intenta convocar un referendo para revocar el mandato del
presidente Nicolás Maduro (2013-2019).
Oleadas
migratorias
“En
este momento, estamos experimentando una tercera oleada migratoria venezolana”,
dice a la AFP Eduardo Gamarra, profesor de ciencias políticas de la Universidad
Internacional de Florida.
“Son
principalmente un segmento de clase media (…). Están huyendo del colapso
económico y político”, explica Gamarra, especializado en América Latina.
Cuentan con educación universitaria, pero son asalariados que “no tienen
grandes fuentes de riqueza”.
En
Miami y en Panamá -los dos principales destinos- la migración venezolana
evolucionó desde un perfil de inversionistas y empresarios de los años 1990 y
2000 al de clase media empobrecida que comenzó a llegar en esta década.
Y
continuará llegando a medida que “se va acelerando ese deterioro y
descomposición social y económica” en Venezuela, señala a la AFP Felipe
Chapman, socio director de la firma de asesoría económica panameña Indesa.
“Por
lo menos hay protección, tenemos seguridad. Y la comida, bueno, buscamos por
aquí, por allá”, dice a la AFP Luis Felce, un licenciado en mercadeo de 47 años
que emigró a Miami junto a su familia con 700 dólares en mano.
Luis,
así como Olimar, está pidiendo asilo político.
El
año pasado, 7.307 venezolanos solicitaron asilo en Estados Unidos, una cifra
casi 150% superior a la del año anterior, según los Servicios de Ciudadanía e
Inmigración estadounidenses (USCIS). Desde principios de 2014, Venezuela ha
estado entre los 10 países cuyos ciudadanos piden más asilo en Estados Unidos,
también según los USCIS.
Estudiantes,
al sur
En
Panamá, entre 2010 y abril de 2016 la quinta parte de los permisos de
residencia que emitió el Servicio Nacional de Migración (80.948) fue para
venezolanos. “La inseguridad y la búsqueda de oportunidades son los atractivos
que el venezolano aduce como razones por las cuales se viene a Panamá” y eso
“no lo podemos tapar”, reconoce a la AFP el embajador de Venezuela en ese país,
Jorge Luis Durán Centeno.
Otros
importantes destinos son Argentina, Chile y Colombia.
Según
la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina, la cifra de venezolanos que
pidieron residencia aumentó 55,57% entre 2013 y 2014, para convertirse en la
procedencia que más ha crecido. Hay unos
15.000 venezolanos viviendo en Argentina, la mayoría universitarios de clase
media. Es el mismo perfil que caracteriza a los venezolanos en Chile.
“Es
una migración muy calificada y que ha crecido bastante. Sólo entre 2014 y 2015
creció un 194%”, dice Rodrigo Sandoval, jefe del Departamento de Extranjería de
Chile, al canal estatal TVN.
En
Colombia la inmigración venezolana también va en ascenso, con un aumento de 13%
en 2015 respecto al año anterior, según la oficina de migración de ese país. En
total, 329.478 venezolanos llegaron a Colombia el año pasado.
Tomado de;
http://www.venezuelaawareness.com/2016/06/la-oscura-verdad-detras-del-exodo-masivo-de-venezolanos-de-clase-media-a-vivir-de-donaciones