Prensa.
Estimulo.com
A
un mes de la reactivación del paso peatonal entre los puentes internacionales
que unen a Venezuela con Colombia, la propuesta de la “Nueva frontera de Paz”
se distancia cada día de los planteamientos hechos por los gobiernos de ambas
naciones y de lo esperado por el colectivo local. La frontera nueva se sigue
prestando al contrabando, la diferencia de la anterior es que ahora es a mayor
escala, aseguran comerciantes e industriales.
No
solo la austeridad económica continúa siendo el común denominador de la
frontera entre San Antonio del Táchira y Ureña con Cúcuta-Colombia, el
contrabando y “la actividad de los grupos al margen de la ley continúan a sus
anchas”. Así lo afirman quienes hacen vida en la zona.
Recorrer
las calles y avenidas de los pueblos fronterizos y encontrarse de frente con la
desolación, quiebre de empresas y el desempleo, es el ambiente normal al que ya
pueden habituarse quienes utilizan la zona como ruta de paso hacía Colombia.
Los
pobladores indican que algunos negocios ilícitos, como el contrabando, han
tenido su repunte luego de que el pasado 13 de agosto el gobierno venezolano,
en convenio con Colombia, decidiera reabrir el paso peatonal luego de casi un
año de cierre.
Los
habitantes de la parte alta de San Antonio han hecho denuncias sustentadas en
registros de videos, que publican a diario en redes sociales, de gandolas que
llegan a la San Antonio vacías y luego regresan cargadas de alimento y diversos
productos; toman la vía hacia San Cristóbal, custodiadas por motorizados de la
Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
Ante
esta situación irregular, el silencio ha sido la formula, dijo un representante
del gremio aduanero del Táchira que pidió mantener su nombre en reserva.
Frontera:
un tema de oscuridad
El
Estímulo consultó a algunos representantes de los gremios de comerciantes e
industriales fronterizos sobre los beneficios de la reapertura de los puentes
internacionales, y la llegada de alimentos y repuestos como cauchos a la
capital del Táchira, procedentes de Colombia.
La
respuesta: “ese tema es de oscuridad y no de luz. Es muy delicado hablar de eso
por el nivel de riesgo que está implicando”. En
el sector aduanero se han dejado escuchar algunas voces y reacciones, se han
realizado debates (a puerta cerrada) en cuanto a la forma en que se estarían
llegando y expendiendo productos y alimentos colombianos en una feria
auspiciada por el gobierno regional en San Cristóbal.
Según
el representante gremial, pareciera que existe un silencio cómplice entre las
personas que están en la obligación de denunciar ante el Ministerio Público,
ante la Contraloría Sanitaria y las aduanas la manera como estarían ingresando
estos productos al territorio venezolano.
“Hemos
encontrado productos que no tienen registros sanitarios, ni declaraciones de
importación. No sabemos a dónde va el Impuesto al Valor Agregado (IVA) que
pagan los consumidores, ni siquiera si esto entra a la contabilidad. El que
está vendiendo estos productos no tiene ni como soportar la compra”, precisó.
Colombia
tampoco estaría pagando aduana y la mercancía estaría saliendo igualmente de
ese país como contrabando. La diferencia es que allá si se está vendiendo con
IVA nacional y se recauda el 16%. “El
negocio es entre gente difícil y está pactado ya por donde puede pasar”,
cuestionó.
Plan
Arias Cárdenas
Expertos
en el área fiscal han hecho un análisis de lo que está pasando y concluyen que
lo aplicado en Táchira es similar al “Plan Arias Cárdenas”, una copia fiel
exacta de lo que ha hecho el gobernador zuliano en esa entidad.
En
el caso del Táchira al menos 10 gandolas de comida llegan a San Cristóbal a
diario y cada una de ellas tiene la capacidad de transportar 30 toneladas.
Aseguran
que los transportistas de carga internacional locales se han negado a trasladar
la carga de esas mercancías y quienes están realizando el flete son empresas
colombianas, con vehículos de placa venezolana, situación que ha denunciado el
mismo gremio de transportistas de la ciudad colombiana de Cúcuta.
Nadie
los toca
Para
el especialista en el tema aduanero y de frontera, “un manejo extraño”,
envuelve la venta aparentemente legal de alimentos, repuestos y productos
traídos de Colombia.
“La
Superintendencia de Precios Justos (Sundee) no toca estos comerciantes. La
Secretaria General del Gobierno del Táchira, declaró que no se debe comprar
azúcar a los bachaqueros porque lo venden a 2.500 bolívares por kilo, mientras
que el precio real, regulado es de 300. Sin embargo, en los supermercados y en
la híper feria del gobierno regional lo venden entre 1.600 y1.900 bolívares
porque supuestamente pagan impuestos de importación”.
El
contrabando como respuesta
En
la frontera tachirense a nivel de las cámaras de comercio y gremios de
industriales existe una queja permanente, no han sido oídos, ni tomados en
cuenta para decisiones fundamentales.
“Nos
han excluido de todo. No nos llaman para reunirnos cuando se habla de comercio
fronterizo entre los dos gobiernos. Ni siquiera hemos podido sostener una
conversación con el Gobernador Vielma Mora, a pesar de las reiteradas
solicitudes hechas”.
La
manera en la que se han desarrollado los acontecimientos han llevado a los
industriales y comerciantes a creer que “el gobernador del Táchira pareciera
ser más bien, el gobernador del Norte de Santander-Colombia. Él está más
preocupado por los intereses de los colombianos que de los mismos venezolanos”.
De
acuerdo al representante del gremio aduanero y empresarial, se han planteado al
ejecutivo regional, luego de un mes de la reapertura fronteriza que se aplique
un plan piloto para la Zona Económica Especial (ZEE).
Se
ha sugerido que se empiecen a dar beneficios a un grupo de empresas con un
régimen de importación debidamente autorizados, cumpliendo con los deberes
fiscales para que puedan importar hasta 10.000 dólares en productos para
abastecer la zona y esto la convierta en una vitrina comercial para el resto
del país.
Se
generaría inversión, empleo, declaración fiscal, además de rentabilidad. “Esta
propuesta se ha hecho pero la respuesta del gobierno ha sido el contrabando”.
Mientras
tanto la propuesta de la ZEE, del gobernador Vielma Mora, ha empezado a
manejarse “como un hibrido de algo que nadie sabe que es al relacionar la ZEE
con el proyecto de Zona Franca de Cúcuta”.
De
acuerdo al vocero se trata de marcar una matriz de opinión con un discurso que
nadie entiende para esconder lo evidente.
“Hay
un contrabando masivo de productos desde Colombia a Venezuela, en donde la
autoridad de resguardo aduanero no puede hacer nada porque como entes públicos
deben obedecer a un lineamiento existente”.
La
no existencia de un control fiscal y aduanero, preocupa pero lo más alarmante
es que los productos que están ingresando a Venezuela para el consumo humano,
no están contando con ningún control sanitario.
“Nadie
sabe cómo llega el arroz y el azúcar y lo más extraño es que todos los
productos vengan empacados por la misma empresa colombiana: El Palacio”, señaló
la fuente.
El
comercio de temporada
El
comerciante de la frontera para nada se ha beneficiado de la reapertura. El
comercio local a lo mucho lo que alcanza es vender agua mineral y alquilar
baños a los transeúntes.
“No
existe consumo en la frontera, en algunas ocasiones lo que aumenta es la
demanda en el sector hotelero porque vienen personas del interior del país a
quedarse para pasar a Cúcuta. Pero en realidad no hay una actividad comercial
que se esté beneficiando con la reactivación del paso binacional”.
En
San Antonio el único sector en donde ha aumentado la posibilidad de negocio es
en los estacionamientos y cuidadores de carros.
“El
sector de vigilancia de carros ha reaparecido. Basta con dar un recorrido por
las inmediaciones de la aduana principal y se constata que muchas viviendas han
alquilado sus garajes para habilitarlos como estacionamientos. Hay calles
completas que están ocupadas como estacionamientos con avisos que ofrecen el
servicio de cuido de carros”.
En
el área comercial de San Antonio nada ha cambiado en un mes de apertura
fronteriza. No han llegado productos, ni mercancías por lo tanto, hay poco por
ofrecer a quienes vienen del interior del país y de Colombia a la localidad que
fue epicentro de una pujante zona comercial.
La
recuperación del sector comercial en un alto grado ha sido en el Norte de
Santander, razón por la cual el Gobernador Vielma Mora se ha ganado el
señalamiento de ser el mandatario de esa zona de Colombia.
“Todos
los negocios que salen y se proponen desde la gobernación del Táchira están
hechos para Colombia. En Cúcuta no se oye hablar desabastecimiento de nada.
Desde
el interior colombiano se despacha cualquier cantidad de productos hacía
Cúcuta, porque Colombia vienen de tener una sobre producción y Venezuela es la
válvula de escape de esa sobreproducción”, explicó el especialista en materia
aduanera y tributaria.
Falta
de liquidez
En
la frontera existe un problema grave de liquidez o flujo de efectivo lo que
limita cualquier operación comercial.
Las
personas que la visitan deben llegar con fuertes sumas de dinero porque de las
entidades bancarias locales no permiten retirar una suma mayor a los 40.000
bolívares (al titular de la cuenta).
“En
un supuesto que mañana mismo abran el paso vial en la frontera y se deba hacer
un flete desde Cúcuta a Valencia que puede tener un costo de 1.000.000 de
bolívares y sea necesario adelantar 400.000 bolívares de pago al chofer, no
existe un banco en la frontera que de ese monto en un solo retiro”, resaltó el
empresario.
Esta
situación limita la acción comercial en la zona en donde muy pocos
establecimientos cuentan con puntos de venta electrónica y los cajeros
automáticos bancarios son limitados.