Prensa.
Infodiocesis de San Fernando.
Al Pueblo de Dios que peregrina en San
Fernando de Apure, a los Sacerdotes y Religiosos.
Con vivo sentimiento de gozo y
esperanza, nos adentramos a la celebración del Misterio del Nacimiento del
Redentor, este año con más fervor pues la celebración del año de la
Misericordia, apenas concluido, y el itinerario espiritual marcado por el
Adviento a la luz de la Palabra de Dios, hace más densa la vivencia espiritual
de esta Navidad 2016, vivida de manera explícita en la participación
comunitaria y parroquial de la Eucaristía. Por lo demás, la asistencia ha sido
numerosa, cargado de hermosas iniciativas que generan mayor comunión y alegría.
A lo que se suma, el regalo de su
Misericordia, de mi nuevo ministerio episcopal, en estas llanuras, de extensa
mirada, acatando la voluntad del Santo Padre Francisco, con grandes deseos de
servir a una feligresía deseosa de Dios. En tal sentido, hasta ahora, hemos ido
recorriendo el ámbito diocesano, tanto en la ciudad como llano adentro,
empapándonos de sus inspiraciones y de sus necesidades, para lo cual abrigamos
gran esperanza en el Plan Pastoral, que lleva adelante la Vicaría de Pastoral,
a fin de abordar la necesaria actualización, que favorezca la mayor comunión y participación
como Iglesia Diocesana y sea expresión de los lineamientos del Concilio
Plenario de Venezuela.
Al mismo tiempo no estamos ajenos, al
“calvario adelantado” por las instancias que tienen en sus manos las decisiones
sobre todo de carácter económico y monetario, pues sentimos con el Pueblo, las
dificultades para adquirir lo necesario para estos días tradicionales del
compartir navideño y lamentamos los sufrimientos populares haciendo
interminables y tortuosas colas, no solo para adquirir lo del día, sino además
para recurrir a los bancos para diversas diligencias. El Secretariado
Permanente de la Conferencia Episcopal, ya lo ha expresado en comunicado, en
días anteriores, y me solidarizo con lo expresado allí, de manera especial por
su preocupación por los más débiles de la sociedad.
El misterio de la Navidad, del Dios con
nosotros (Mt 1,23; Is 7,14) es el bálsamo que necesitamos, pues tenemos la
certeza de que no estamos solos, sino que Dios nos acompaña y camina con
nosotros, y nos da la fuerza para propiciar canales de entendimiento, estrechar
lazos de fraternidad, compartir lo poco que tenemos con el más cercano y
necesitados. Nos alienta a seguir en el camino, sabiendo que la violencia y la
exclusión son una fugas tentación, que nos desvía del sendero de la Paz que
todos deseamos.
Deseo comunicar a todos, de manera
especial a mis colaboradores inmediatos como son los sacerdotes diocesanos, a
mis seminaristas, en este momento en misiones en sitios sin sacerdotes, a no
desmayar en su servicio incansable de servir al pobre, atender con solicitud a
sus fieles, emprender nobles iniciativas que favorezcan el dialogo y la paz.
Dios está con nosotros y no nos abandonará. Que el nacimiento del Niño Dios nos
llene de gozo inmenso que los ángeles comunicaron a los pastores (Lc 1,9ss) y
vayamos todos con alegre jolgorio, a adorarlo y reconocerlo en las pobres y
humildes pajas del pesebre de Belén.
Feliz Navidad 2016.
† Excmo. Mons. Alfredo Enrique Torres
Rondón
Obispo de San Fernando de Apure.