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La
alianza opositora aclaró en un comunicado que el hecho de que esté dispuesta a
elaborar y debatir con los facilitadores el nuevo documento alternativo, no
significa en modo alguno “borrón y cuenta nueva”.
La
Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aseguró este jueves, a través de un
comunicado, que se vio en la “necesidad” de elaborar otro texto sobre el
diálogo en Venezuela, que será presentado a facilitadores y la comunidad
internacional.
“Uno
en que no sólo las organizaciones políticas sino toda la sociedad democrática
plantee a la comunidad internacional sus demandas y propuestas para la
restitución del hilo constitucional en Venezuela y el retorno de nuestro país a
la democracia”, señala la misiva.
La
alianza opositora indicó que “el experimento de diálogo” que se desarrolló en
Venezuela, del 30 de octubre al 6 de diciembre de 2016, es un capítulo cerrado
que no se volverá a abrir.
“El
incumplimiento de los acuerdos por parte del gobierno y sobre todo la respuesta
soberbia y grosera del régimen a las demandas formuladas en la Carta del
Vaticano suscrita por Monseñor Pietro Cardenal Parolin revelaron ante el mundo
lo que ya el pueblo venezolano sabe de sobra: Que el régimen no tiene palabra”,
sostuvo.
La
MUD aclara que, el hecho de que esté dispuesta a elaborar y debatir con los
facilitadores el nuevo documento alternativo, no significa en modo alguno
“borrón y cuenta nueva”.
“Por
el contrario: la confiabilidad de cualquier mecanismo futuro de verificación y
cumplimiento de acuerdos se basa en lograr que los acuerdos anteriores sean
honrados”, señala.
A
continuación, el comunicado completo:
MUD
fija posición ante documento de los facilitadores:
UNIDAD
PLANTEARÁ DOCUMENTO PROPIO A FACILITADORES Y COMUNIDAD INTERNACIONAL
Tal
y como lo advirtió la Mesa de la Unidad Democrática, ni el pasado 6 de
diciembre ni el reciente 13 de enero hubo ningún tipo de “diálogo” entre
gobierno y oposición. Esto ocurrió como consecuencia del incumplimiento a los
compromisos contraídos por el Gobierno Venezolano en la Mesa de Diálogo, tal y
como lo expresara Su Excelencia Monseñor Pietro Cardenal Parolin, Secretario de
Estado de la Santa Sede, en su comunicación de fecha 1/12/2016.
En
la semana del lunes 16 al viernes 20 de enero estuvieron presentes en nuestro
país el Secretario General saliente de UNASUR, Ernesto Samper, y los ex
presidentes José Luis Rodríguez Zapatero, Martin Torrijos y Leonel Fernández,
quienes –acompañados por el Nuncio Apostólico en Venezuela, Monseñor Aldo
Giordano- hicieron entrega en reuniones separadas al Gobierno y a la Unidad
Democrática de un proyecto de documento titulado “Acuerdo de Convivencia
Democrática”, contentivo de 21 puntos relativos a diversos aspectos
(institucionales, electorales, económicos, sociales y de derechos humanos) de
la aguda crisis venezolana. Ante ese proyecto de documento, la Mesa de la Unidad
Democrática fija posición en los siguientes términos:
El
experimento de “diálogo” que se desarrolló en Venezuela del 30 de octubre al 6
de diciembre de 2016 es un capítulo cerrado que no se volverá a abrir. El
incumplimiento de los acuerdos por parte del gobierno y sobre todo la respuesta
soberbia y grosera del régimen a las demandas formuladas en la Carta del
Vaticano suscrita por Monseñor Pietro Cardenal Parolin revelaron ante el mundo
lo que ya el pueblo venezolano sabe de sobra: Que el régimen no tiene palabra,
y que sin garantías no tiene sentido llegar a “acuerdos” con quien no tiene la
menor intención de cumplirlos. El incumplimiento oficial dinamitó ese
experimento de diálogo, a pesar de que el mismo contó con el respaldo de
amplios sectores de la comunidad internacional. Por ello, ese experimento de
diálogo (mal planteado desde el principio, al carecer de mecanismos para la
verificación y garantía del cumplimiento de acuerdos) no tendrá por parte
nuestra ni continuidad ni “segundas partes”.
Con
la misma rotunda claridad decimos que el diálogo como racionalidad y como
instrumento siempre tiene que estar en el conjunto de herramientas con que los
demócratas debemos trabajar, sobre todo en situaciones críticas. La democracia
es un sistema político, y la política tiene como misión solucionar con la
palabra, con la organización social, con la movilización popular y con el voto
las situaciones que de otra manera se enfrentarían con las armas y derramando
sangre. En un país como Venezuela, en el que sin padecer un conflicto civil
abierto hemos tenido en los últimos cuatro años 100 mil víctimas fatales a
manos del hampa (muchas más que las víctimas totales de la guerra en Siria o en
los Balcanes) construir una solución pacífica, constitucional y electoral a la
presente crisis es una necesidad fundamental.
En
el marco de estos considerandos estudiamos crítica y detenidamente el proyecto
de documento consignado por los facilitadores, y tal estudio nos hallevado a la
convicción de la necesidad de elaborar otro texto, uno en que no sólo las
organizaciones políticas sino toda la sociedad democrática plantee a la
Comunidad Internacional sus demandas y propuestas para la restitución del hilo
constitucional en Venezuela y el retorno de nuestro país a la democracia. En
ese sentido estamos trabajando intensamente y haciendo las consultas a los
diversos actores sociales, pues lo que hoy ocurre en Venezuela no es un simple
forcejeo entre organizaciones políticas sino que es una lucha existencial de
una Nación entera contra un proyecto ideológico y un régimen corrupto que ha
destruido la economía que hasta hace poco fue la que tenía mas recursos en
América Latina, y ha destrozado la democracia que hasta el pasado reciente fue
asilo y refugio para los perseguidos de toda la región.
El
que estemos dispuestos a elaborar y debatir con los facilitadores este
documento alternativo no significa en modo alguno “borrón y cuenta nueva”. Por
el contrario: la confiabilidad de cualquier mecanismo futuro de verificación y
cumplimiento de acuerdos se basa en lograr que los acuerdos anteriores sean
honrados. La Mesa de la Unidad Democrática reitera que la satisfacción de las
cuatro demandas planteadas por El Vaticano en la carta de S.E. Monseñor Pietro
Cardenal Parolin (atención urgente a la víctimas de la crisis humanitaria,
respeto a las competencias y atribuciones que la Constitución asigna y reconoce
a la Asamblea Nacional, activación de los mecanismos conducentes a la libertad
plena de los presos políticos y establecimiento CONCERTADO de un cronograma
electoral) configuran la base de cualquier proceso de negociación política
futura, porque no tiene sentido construir acuerdos nuevos con quien ya ha
incumplido anteriormente su palabra y compromisos.
Llamamos
al pueblo venezolano a intensificar la protesta pacífica, constitucional y
democrática: Ninguna diligencia dialogante, ninguna negociación política,
ningún acuerdo de ninguna naturaleza tendrá éxito en el logro del cambio
político urgente y en la defensa de los derechos económicos y sociales de la
población si no esta respaldada por una creciente y sostenida movilización
ciudadana. Tal movilización debe ser siempre combativa y pacífica, contundente
y democrática, combinando las grandes movilizaciones con las actividades de
contacto directo cara a cara y casa por casa, alternando las convocatorias
expresas con las actividades sorpresivas, integrando la dura lucha del pueblo
venezolano por el acceso a alimentos, medicinas y seguridad ciudadana con el
legítimo y urgente reclamo de cambio político. Esta activación política de la
calle social es la que podrá rescatar la hoy bloqueada Ruta Electoral, para que
los venezolanos podamos ejercer el derecho al voto en las elecciones que nos
deben, regionales y municipales, y podamos también concertar el necesario
adelanto de elecciones presidenciales, para dotar a Venezuela de un Gobierno de
Unidad Nacional, capaz de llevar adelante exitosamente un Proyecto de
Reconstrucción Nacional que tenga el apoyo de la determinante mayoría de los
venezolanos.
MESA
DE UNIDAD DEMOCRÁTICA