Varada
y sin voz en el extranjero. Así se declaró la venezolana Jeshika Valderrama, de
35 años. Desde mayo espera que el Servicio Administrativo de Identificación,
Migración y Extranjería (Saime) envíe a la Embajada venezolana, en México, el
pasaporte de su hija de siete años.
Prensa.
laverdad.com. Paulina Chirinos
El ama de casa proveniente de Barinas
vivió por cuatro años en la ciudad de Reinosa, en el país azteca, junto a su
esposo, un trabajador de una empresa petrolera, su pequeña y su hijo de 14
años. Hace ocho meses tenían planeado movilizarse a Australia, pero el
pasaporte de los niños caducó y el personal del Saime en la Embajada les
informó de fallas en la comunicación con Caracas y posible retraso en la
entrega por falta de material.
Relató que en noviembre solo llegó la
identificación del hijo varón a la representación diplomática y gastó 350 mil
dólares en el traslado. Notó que de cada lote de personas que esperan por el
documento, solo la mitad lo recibe y el resto debe esperar indefinidamente. El
ciclo se repite cada vez. “En agosto salieron pasaportes para algunas personas,
lo mismo en octubre. Es una lotería”.
Corrupción
Desde entonces mantiene una campaña en
las redes sociales e intentos de negociación para que el personal del ente
atienda la irregularidad. Denunció que en diciembre la cuenta oficial del ente
le envió un mensaje privado al Twitter con un contacto que la ayudaría. El
hombre que la atendió le solicitó sus datos personales y 90 mil bolívares para
resolver el problema la misma semana. Ella se negó.
Su padre acudió a la oficina principal
del Saime y tuvo que pagar cinco mil bolívares solo para que le permitieran
ingresar al lugar a plantear el caso. La respuesta fue desalentadora: “De no
tener urgencias médicas debía esperar la llegada del material”.
Se lamentó porque vivir en México
implica un gasto mensual de mil 500 dólares al mes y tiene limitaciones para
moverse con su hija. “Estoy desesperada, necesitamos que respeten nuestros
derechos de identidad y que el Gobierno deje de hacernos caer en sus juegos
sucios de corrupción”.
Indocumentada
En el caso de María Olivares, de 26
años, residente de Maracaibo, su pasaporte fue anulado tras solicitar el
proceso para uno nuevo. A la espera de la renovación quedó indocumentada en
Chile.
El 9 de septiembre cumplió con el
proceso en el Saime de Santa Rita porque su documento se vence en marzo. Compró
el boleto para diciembre por lo que en 15 días prometieron entregárselo. Para
el 9 de octubre aún no tenía información. Envió las quejas a las redes
sociales, pero no le dieron respuestas.
Solicitó en Caracas un permiso de viaje
y se lo concedieron por un mes. El primero de diciembre viajó a Chile para
encontrarse con su esposo y a la fecha el proceso de su pasaporte sigue en cola
de espera y no puede regresar a Venezuela. “Por falta de material dicen que a
partir del 15 de enero van a imprimir pasaportes de nuevo”.
Tras meses de lucha y espera, los
afectados se consideran abandonados y sin ayuda en el extranjero. Valderrama
hizo un llamado de consciencia a las autoridades nacionales de garantizar sus
derechos como venezolanos, aunque estén fuera del país. La Verdad intentó
contactar a Marcos Amaya, director del Saime en el Zulia, pero no fue posible.