La familia Da
Costa Amaral ha sido siempre conocida en Salto del Guairá por su cercanía con
políticos influyentes y su capacidad para ubicarse bien con el poder. Uno de
sus hijos, Bruno, es el único procesado por el caso de los billetes
venezolanos.
Prensa. abc.com.py.
Paraguay.
Sí hay algo por lo que se conoce a la
familia Da Costa Amaral en la zona del departamento de Canindeyú es por la
constante cercanía con el poder y la capacidad que tienen sus miembros para
mantenerse cerca de políticos influyentes no solo en su región, sino incluso a
nivel nacional.
La más digna representante de esa
capacidad familiar es Mirian Amaral, una de las cabezas del clan y actual
concejal municipal de la capital del decimocuarto departamento. De hecho, la
matriarca de los Da Costa Amaral fue siempre la encargada de la participación
política, mientras su marido, Leandro Da Costa, se dedicaba a los negocios
familiares.
Hasta hace poco más de un año, Mirian
era leal defensora del movimiento oficialista Honor Colorado en esta zona del
país.
Esa cercanía había llegado ya incluso
antes de las elecciones generales de 2013 y se mantuvo inquebrantable hasta que
se dio el quiebre entre oficialistas y disidentes a nivel nacional. En las
últimas elecciones internas, Mirian decidió apoyar al candidato a intendente
del movimiento Colorado Añeteté, liderado por el senado Mario Abdo Benítez
(hijo).
Además de su escaño en el Legislativo
comunal, Mirian llegó a ser funcionaria de la Dirección Nacional de Aduanas
hasta diciembre de 2015 cuando fue electa concejala. El cargo en Aduanas no
deja de ser llamativo si se tiene en cuenta que el negocio familiar es la
importación y venta de armas; y en el que se mantuvo hasta hace un año.
A diferencia de su esposa, el padre de
la familia, Leandro Da Costa, siempre mantuvo un perfil un poco más bajo en lo
que a política se refiere. Este hombre fue el fundador de casa “Rossi”,
comercio de Salto del Guairá dedicada a la venta de armas. Sin embargo, por
motivos de edad, el negocio fue quedando en mano de sus hijos Bruno, Andrés y
Erilo.
Precisamente, Bruno Da Costa Amaral es
el protagonista central de una particular trama que se teje desde hace varios
días en Salto del Guairá. En su propiedad fueron halladas unas 30 toneladas de
billetes venezolanos de dudoso origen. Hasta ahora, es el único imputado en
este llamativo caso.
Bruno mantuvo siempre un perfil bajo,
por lo que difícilmente se puedan encontrar fotos de él. Esa es la diferencia
más grande que mantiene con su hermano Andrés, más conocido como “Andy”, al que
no solo le gustan las armas y la cercanía con el poder, sino que no hace el más
mínimo intento por ocultar esos gustos.
Fotografías recientemente divulgadas lo
conectan de cerca con influyentes figuras de la política, como el expresidente
liberal Federico Franco, el líder de la oposición colorada, Marito Abdo Benítez
y hasta con el actual presidente de la República, Horacio Cartes, lo que pone
al descubierto su estrecho relacionamiento con la política de turno.
Las fotografías filtradas incluso lo
ubican cerca de un vehículo blindado de la Policía Nacional, portando un arma
de guerra. De esta imagen se desprenden llamativos hechos; en primer lugar, si
no tuviera extremos lazos con las autoridades policiales, no podría estar tan
cerca de uno con un potente fusil; y segundo, el hecho de que un comerciante de
armas de cacería circule con un arma que no es de uso civil. En más de una
imagen se lo ve presumiendo potentes armamentos.
De hecho, Andy ya protagonizó varios
sucesos problemáticos que involucraban armas. En varias oportunidades realizó
disparos al aire desde una de sus casas, motivo por el cual llegó incluso a ser
imputado y procesado por la Fiscalía.
Hasta el momento, Bruno es señalado como
el único responsable, pero no se descarta que en breve surjan más nombres, pues
movilizar ese volumen de billetes es imposible para una sola persona. Da Costa
dio una poco convincente explicación sobre el dinero en su propiedad. Alegó que
un amigo de uno de sus hijos trajo el cargamento y que de “buen corazón” le
ofreció el inmueble para albergarlo por un tiempo, aunque no dio nombres.