Prensa. elestimulo.com
Eran
las 10 y elestimulo.com/30 de la noche de este domingo. Demasiado silencio en
tierra del misterioso Orinoco. Fue cuando cerca de 60 hombres se aparecieron,
aprovechando la oscuridad de la noche, y tomaron por asalto el Puesto de
Comando Fluvial (PCF), en el sector “El Suspiro”, revelaron fuentes castrenses
confidenciales.
Según
contaron los militares de ese puesto, los atacantes estaban fuertemente armados
con fusiles AK-47, R-15, pistolas y granadas de mano. Sometieron a los cuatro
efectivos militares, que estaban en el lugar, los amarraron y los amordazaron.
Se identificaron como miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC).
Además
de destrozar el Puesto de Comando Fluvial, se llevaron los teléfonos celulares
de los militares, tres fusiles AK-103, con sus tres cargadores y treinta
cartuchos, de los seriales: 071630659, 071665676, 071630815.
La
información se supo cuando los efectivos militares sargento de tercera José
Daniel Oliveros, sargentos primero Elis Saúl Orfila Carreño, Jorge Alí Miranda
Molina y la sargento primero Grismar Milanyela Torres Castillo, llegaron al
Destacamento Fluvial 632, adscrito al Comando de Zona Nro 63 de la Guardia
Nacional Bolivariana, en Puerto Ayacucho, estado Amazonas y notificaron la
novedad.
Los
irregulares no causaron muertes, sólo se limitaron a atacar el puesto y a
decirles a los cuatro funcionarios militares que llevaran la información de que
si querían que les devolvieran las armas, debían entregarles las dos
embarcaciones con su respectiva carga que el Comando DF-632 les había incautado
en el Puesto de Comando Fluvial “El Suspiro” de la GNB. Y agregaron que junto
con las embarcaciones y la mercancía debían entregarles los detenidos.
El
Comandante de la 1ra. Compañía del
DF-632, a la cual está adscrito el PCF “El Suspiro”, capitán Klidder Ramírez,
llamó a uno de los números de teléfono que los irregulares se llevaron del
asalto, y le respondieron dos individuos que dijeron llamarse “El Cuñado” y “El
Bobina”.
Los
osados individuos, sintiéndose muy seguros, le dijeron al oficial que les
devolvieran las embarcaciones con la mercancía y que no olvidara que también
debían incluir a los detenidos. Se atrevieron a amenazar que en caso contrario
tomarían acciones más contundentes contra las unidades militares que la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana tiene en el estado Amazonas, especialmente
mencionaron que las del municipio Atabapo.
No
son FARC
Aunque
para este momento no hay información oficial ni el Ministerio de la Defensa,
Alto Mando Militar u otro organismo han emitido algún comunicado o reporte
sobre el hecho, las fuentes revelaron que en el gobierno estarían manejando la
versión de que ese grupo no es la FARC sino paramilitares o bandoleros
disidentes de otros grupos.
De
inmediato se activó una investigación porque resultaría sospechoso que no
hubiese habido ni un solo tiro en el lugar de los hechos.
Además,
a causa de lo sucedido con el helicóptero desaparecido en Amazonas el 30 de
diciembre pasado, la Fuerza Armada ha reforzado las medidas de contrabando y
tiene casi bloqueado el paso de productos por el río, controlando las
embarcaciones. Esas medidas tendrían a la guerrilla y otros grupos irregulares
desesperados por la escasez de productos y suministros.
Lo
inaudito es que un grupo tan grande y tan bien armado someta, en nuestro
territorio, a un puesto militar. Más aún cuando Amazonas ha sido recientemente
noticia por la desaparición en su territorio, el 30 de diciembre 2016, de un
helicóptero militar con 9 oficiales y cuatro civiles a bordo.
Desde
hace años las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se asentaron en
territorio de Amazonas. En una de mis visitas a ese estado denuncié que en
zonas como Yavita, la guerrilla colombiana instaló campamento y que pueblos
como Maroa eran controlados por los irregulares. Esta
reportera pudo comprobar entonces que los militares de San Fernando de
Atrabapo, San Carlos de Río Negro y Maroa no tenían más opción que convivir con
los guerrilleros de las FARC.
Uno
de los ataques guerrilleros más emblemáticos en la historia de la Fuerza
Armada, sin duda alguna, que fue el del Puesto Fluvial de la Infantería de
Marina venezolana “AF Manuel Echeverría”, el 25 de febrero de 1995, que por su
cercanía al caño Cararabo, se dio en llamar la Masacre de Cararabo. Allí
murieron cruelmente torturados ocho infantes de marina venezolanos, cuando una
compañía de casi un centenar de hombres del Frente “Domingo Laín” del Ejército
de Liberación Nacional (ELN) los sorprendió y atacó.