Prensa. lapatilla.com.
Keila
Flores, esposa del Coronel Ruperto Molina detenido el 18 de mayo, denunció que
los oficiales de la Fuerzas Armadas Nacionales detenidos por la Dgcim son
víctimas de torturas. Por ello solicitaron al parlamento venezolanos el cierre
del Dgcim.
Además,
los familiares de militares detenidos por el régimen de Maduro solicitaron
también el cierre de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim)
ante la Asamblea Nacional.
Flores
relató que “Mi esposo, Ruperto Molina, ha sufrido de torturas en sede Dgcim,
los militares no tienen órdenes de aprehensión, son víctimas de las peores
torturas tales como asfixia mecánica, descargas eléctricas, golpes, cortes en
los pies”.
Para
la esposa de Molina, “Cada vez son más crueles y despiadadas las torturas,
solicitamos intervención a los centros de tortura, 150 presos políticos
militares, corren peligro también los familiares, sufrimos de acoso, violación
de nuestros Derechos Humanos”.
“Los
recluidos padecen de enfermedades, mi esposo tiene problemas en los riñones y
en la columna como consecuencia de las torturas, acudimos a usted, presidente
Guaidó, para que nos proteja, los queremos con vida a todos”, exclamó Keila
Flores.
Zaida
Angarita, madre del Teniente de Fragata Gustavo Enrique Carrero Angarita,
explicó “Mi hijo es comando de mar, lleva 381 días privado de libertad de
manera injusta, está en Dgcim, ha sufrido las más crueles torturas, las más
aberrantes, sin comunicación con sus Fliares, ni abogados, obligados a firmar
con ojos vendados”.
“Cuando
los llevaron a la audiencia de presentación los engañaron diciéndoles que irían
a una reunión sobre un caso emblemático, en tribunales se hizo caso omiso a las
evidencias de tortura”, indicó Angarita.
Zaida
Angarita señaló que los militares “Estuvieron en celdas de 2X2, con varios
detenidos, sometidos a crueles torturas, a hacer sus necesidades en bolsas
plásticas, retiraban los excrementos a las semanas, allí comían, en un lugar
inhóspito, insalubre. Sometidos también a tortura psicológica, sin luz solar,
con luz eléctrica encendida todo el tiempo, en espacios pintados de blanco, no
saben cuando es de día o de noche”.
En
relación a la muerte de Capitán Acosta Arévalo, Zaida recitó “Un poema a Rafael
Acosta Arévalo reza que la familia naval guarda silencio como el mar, él vio la
vida en libertad, la vio desde un velero, desde el avión del cual saltaba en
caída libre, todos los buques enarbolan un crespón negro”.
“El
capitán Acosta Arevalo recibirá justicia del dios Neptuno, su última morada
será en el fondo del mar,, se le dirá al mar ‘aquí tienes tu última morada, y
labrarás la libertad, seremos libres Venezuela”, sentenció Angarita.
Según
Angarita, “Esto que sufrió el capitán Acosta Arévalo le puede ocurrir a
cualquier militar, les expreso el dolor más grande que puedo sentir como madre,
somos una sola familia”.