Prensa. Muy
Interesante.
Envío y recepción de correos electrónicos, la
transmisión de programas de televisión o incluso las propias videollamadas
entre amigos y familiares requieren de una conexión a Internet sólida.
Desafortunadamente, más a menudo de lo que en realidad nos gustaría, es común
sufrir algún problema con la conexión. Y, cual Ley de Murphy, suele ser
habitual que las incidencias empiecen justo en aquellos instantes en los que
más necesitamos que funcione adecuadamente.
Basta que necesitemos enviar un importante correo
electrónico (o que incluso estemos esperando la llegada de uno), o que nos
encontremos trabajando ese informe vital de final de mes que debemos entregar
en unas pocas horas, para que la mala suerte nos aceche y empiecen a producirse
caídas en la línea, o en definitiva la conexión se pierda definitivamente
producto de alguna incidencia.
Pero cuando ocurre lo inevitable, y nuestra conexión a
Internet se debilita o se desconecta por completo, no debemos entrar en pánico
y mantener la calma. A lo mejor lo único que tenemos que hacer es reiniciar
nuestro router porque algún cambio puntual en la red ha originado una
modificación inadecuada que solo se solucionará volviendo a encenderlo de
nuevo. O incluso reiniciar nuestro ordenador. Por suerte, existen algunos
métodos simples, probados y eficaces que pueden ayudarnos en estos momentos de
estrés y ansiedad.
Empezando por el principio: comprobando las luces de estado LED del router. En caso de no tener conexión a Internet, una recomendación básica que debemos seguir desde un primer momento es dirigirnos a nuestro router y revisar el estado de las luces LED que encontraremos en la parte superior, y que nos indican si existe algún tipo de incidencia, y dónde.
Por ejemplo, si no observamos ninguna luz lo más
probable es que nuestro enrutador esté desenchufado, o que por algún motivo en
concreto no recibe energía. Efectivamente, la solución es tan simple como
parece: debemos desconectar la fuente de alimentación y volverla a conectar de
nuevo.
Si el router no se enciende, es posible que debamos
revisar la toma de corriente o la regleta de enchufes, para comprobar también
si están recibiendo energía. Si la culpa es de la regleta o de la toma de
corriente, no existirá ningún tipo de problema específicamente con la conexión
a Internet, y bastará con conectar el enrutador a otro enchufe, a ser posible
independiente.
Dado que nos encontramos delante del enrutador, también
es recomendable verificarlo y asegurarnos de que todo se encuentra conectado
donde originalmente debería estar. Para ello, es conveniente revisar todas las
luces y estar atento a algunos colores o advertencias que podrían indicar que
algo no va bien, como las luces rojas.
Verificando la conexión de red
Si no disponemos de conexión a Internet en un
determinado dispositivo, como el teléfono móvil o nuestro ordenador portátil,
pero sí tenemos conexión a Internet en otros, debemos verificar la conexión
Wi-Fi. Si utilizamos Windows, podemos acceder a la opción de Solución de
problemas para ejecutar un análisis de diagnóstico, mientras que en Mac bastará
con acceder a Preferencias del Sistema y Red.
En caso de no disponer de conexión Wi-Fi, y lo que está
fallando es Ethernet, entonces debemos verificarla. Por ejemplo, cambiando
directamente el cable que tenemos conectado a nuestro ordenador.
Reiniciar el ordenador
Es cierto que puede parecer una sugerencia bastante
simple, pero en ocasiones reiniciar el ordenador se convierte en una de las
formas más sencillas de solucionar la gran mayoría de los problemas que han
podido surgir.
De hecho, un simple reinicio borrará las configuraciones incorrectas que podrían estar causando algún problema de conectividad. Y, si es de utilidad, solo nos ocupará unos pocos segundos (los que tardamos en indicarle al sistema operativo que debe reiniciarse), y luego lo que tarde el ordenador en arrancar y en completar la tarea.
Asegurarnos que el adaptador inalámbrico del ordenador
portátil se encuentra habilitado. Si estamos utilizando un ordenador portátil,
o un ordenador de sobremesa pero conectado a la red inalámbrica (Wi-Fi) en
lugar de usar un cable de Ethernet, debemos revisar que el adaptador
inalámbrico esté habilitado.
Especialmente en el caso de un ordenador portátil,
algunos dispositivos disponen de un interruptor o un botón que activa o
desactiva el adaptador inalámbrico. Y pudo haber ocurrido que lo hemos
presionado sin darnos cuenta. Solo tendremos que volverlo a presionar, o
revisar en el panel de Administrador de dispositivos si se ha deshabilitado.
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