Prensa. Investigación
y Ciencia.
Los indicios de que hay gas fosfano en la atmósfera de Venus se han debilitado, pero aún siguen ahí, según un nuevo análisis de los datos. En septiembre, un equipo internacional de astrónomos llegó a los titulares de la prensa al comunicar que había encontrado fosfano, posible marcador de la existencia de vida en la atmósfera del planeta.
Enseguida aparecieron estudios que ponían en duda las
observaciones y las conclusiones. Ahora, el mismo equipo ha reanalizado parte
de sus datos; ya que había, dice, un error de procesamiento en el conjunto
original de datos. Los resultados confirman la señal del fosfano, pero los
autores afirman que es más débil de lo que dedujeron antes.
El trabajo es un paso importante hacia la resolución
del debate sobre Venus más apasionante desde hace muchos años. «He esperado
esto toda mi vida», dice Sanjay Limaye, científico planetario de la Universidad
de Wisconsin-Madison, quien sostiene que el debate ha dado nuevo vigor a ese
campo.
El reanálisis, basado en las observaciones
radiotelescópicas de la Gran Red Milimétrica/submilimétrica de Atacama (ALMA),
en Chile, llega a la conclusión de que los niveles medios de fosfano en Venus
son de alrededor de una parte en mil millones, aproximadamente un séptimo del
cálculo anterior. Al contrario que en su informe original, dicen ahora de su
descubrimiento de fosfano en Venus que es tentativo.
Es la primera respuesta en público de los
investigadores a las críticas que les han dirigido en los últimos dos meses.
«El proceso científico está actuando», dice Bob Grimm, científico planetario
del Instituto de Investigación del Sudoeste, en Colorado, que no ha participado
en ninguno de los estudios sobre el fosfano. Los investigadores tienden a
responder a las grandes aseveraciones con grandes esfuerzos por reunir pruebas
con las que confirmarlas o refutarlas.
Otro vistazo
En su artículo de septiembre, el equipo usó para su
descubrimiento datos de ALMA y del Telescopio James Clerk Maxwell (JCMT), en
Hawái. La directora del equipo, Jane Greaves, astrónoma de la Universidad de
Cardiff, en Gales, Reino Unido, dice que ella y sus colaboradores rehicieron el
trabajo porque supieron que los datos originales de ALMA contenían una señal
espuria que podía afectar al resultado. ALMA subió los datos correctos el 16 de
noviembre; Greaves y sus colaboradores efectuaron un nuevo análisis esa noche y
lo subieron, antes de la revisión por pares, al servidor de prepublicaciones
arxiv.org. «Hemos trabajado como locos», dijo en una reunión del Grupo de
Análisis de la Exploración de Venus, un foro comunitario de la NASA, el 17 de
noviembre.
Según Greaves y sus colaboradores, los datos de ALMA
muestran la firma espectral del fosfano, molécula compuesta por un átomo de
fósforo y tres de hidrógeno. Dicen que ningún otro compuesto puede explicar los
datos. Hallar fosfano en Venus sería fascinante: los microbios producen ese gas
en la Tierra. Si la señal es auténtica y se debe realmente al fosfano, sería
posible que microbios que viviesen y fuesen a la deriva por las nubes del
planeta estuviesen produciendo el gas, pero también lo sería que hubiera una
fuente no viva que los científicos no conozcan todavía. Antes de que se pueda
determinar qué es lo cierto, primero hay que confirmar la presencia del
fosfano.
En una crítica del trabajo original unos investigadores
advertían de que la señal de la que se decía que era del fosfano podía en
realidad proceder del dióxido de azufre, gas común en las nubes de Venus, pero
que allí no está producido por la vida. Greaves y su equipo replican en su
último artículo que no puede ser así, habida cuenta de cómo aparece la huella
del fosfano en los datos del segundo telescopio que usaron, el JCMT. Otras
críticas se han centrado en las dificultades de extraer una señal del fosfano
en datos complicados.
Según el reanálisis, la concentración de fosfano en la
atmósfera de Venus alcanza ocasionalmente un máximo de cinco partes en mil
millones. Significa que los niveles del gas podrían ir y venir con el tiempo en
distintos lugares del planeta, dice Greaves: una situación parecida a la de las
puntas de metano que aparecen en Marte.
Un nuevo tipo de indicio ha venido en ayuda de la idea
de que hay fosfano en Venus. Motivado por el trabajo original de Greaves, un
equipo encabezado por Rakesh Mogul, bioquímico de la Universidad Politécnica
del Estado de California en Pomona, buceó en los viejos datos de la misión
Pioneer a Venus de la NASA, unos datos de 1978. Aquella nave dejó caer una
sonda que midió en su descenso la química de las nubes de la atmósfera del
planeta. Detectó una señal de fósforo que pudo deberse al fosfano o a otro compuesto
de fósforo. Pero «creemos que el gas más simple que concuerda con los datos es
el fosfano», dijo Mogul en la reunión del 17 de noviembre.
Trabajo todavía por hacer
De dónde viene el fosfano sigue siendo un misterio.
Incluso a un nivel de una parte en mil millones, habría demasiado para que lo
explicasen las erupciones volcánicas de la superficie del planeta o los rayos
de su atmósfera, afirmaron varios científicos en la reunión. Pero los procesos
geológicos podrían crear compuestos de fósforo que luego, al ascender por las
nubes, se transformarían en otras sustancias químicas, por ejemplo en el
fosfano, explica Mogul.
La única nave espacial que está en órbita alrededor de
Venus en estos momentos, la japonesa Akatsuki, no lleva instrumentos que puedan
zanjar el debate. La Organización de Investigación Espacial India planea una
misión que se lanzaría hacia Venus en 2025 y podría equiparse con instrumentos
que buscasen el fosfano. Mientras, Greaves y otros investigadores solicitan más
tiempo en telescopios terrestres, incluido el ALMA.
Se investigan otros muchos aspectos de Venus, dice
David Grinspoon, astrobiólogo del Instituto de Ciencia Planetaria, en
Washington, D.C. «Hay mil y una razones para volver a Venus, y si el fosfano
"se esfumase" tras nuevas observaciones y análisis, seguiría habiendo
mil razones para ir allá».
Alexandra Witze / Nature News
Artículo traducido y adaptado por Investigación y
Ciencia con permiso de Nature Research Group.
Referencia: «Re-analysis of Phosphine in Venus' Clouds»,
de Jane S. Greaves et al., en arXiv:
2011.08176 [astro-ph.EP].
#noticias
#posibilidad
#vida
#venus
#debilita
#senderosdeapure
#venezuela