Prensa. Diario
de México / Danilo Díazgranados.
Los inicios no son para nada fáciles. Y que lo digan
quienes comenzaron un negocio prácticamente desde cero. Hace algunas décadas,
cuando la palabra emprendimiento aún no estaba en el vocabulario universal, por
supuesto que era más complicado el asunto de aventurarse en un negocio. No
existían tan siquiera clasificaciones, manuales, consejos y toda suerte de
advertencias y recomendaciones necesarias al momento de convertir una idea en
un proyecto rentable.
En la actualidad, afortunadamente, existe mucha
información, ayudas, estudios y sobre todo la experiencia de quienes han sido
los pioneros en el emprendimiento. Solo que en años anteriores no se les
llamada así: eran catalogados como locos y audaces. En estas líneas trataremos de que te
identifiques con el tipo de emprendedor que eres o quisieras ser.
Aquel que no busca dinero, fama, o gloria, se clasifica
como “emprendedor social”. Su principal foco está en resolver alguna dificultad
de su entorno, a través de un sistema innovador. Su fin ulterior es
proporcionar una mejor calidad de vida a las personas en cualquier parte del
mundo.
El llamado “especialista” orienta su proyecto hacia un
sector específico. Por lo general, se trata de profesionales que usan sus
conocimientos, generan una idea y la transforman en un negocio con fines de
lucro.
Se le conoce como “multifuncional” a aquellos que
pueden desarrollar varios proyectos a la vez, y que por lo general no se
relacionan uno con el otro. Son capaces de avanzar en dos o más negocios a la
vez, sin perder el enfoque en alguno de ellos. Puede reportar múltiples
beneficios, pero también tiene sus riesgos.
En el caso de los “emprendedores por accidente”, sus
errores les han reportado interesantes descubrimientos. En algún momento se les
atraviesa una idea por casualidad, y la identifican como una oportunidad real
de negocios. El olfato es fundamental.
El “inversionista” actúa como socio capitalista. Busca
ideas, proyectos, los analiza y al descubrir su potencialidad destina los
recursos para el desarrollo de la idea. Generalmente, no dirige el negocio,
pero lo sustenta inicialmente.
Los emprendedores más comunes son aquellos que lo hacen
“por necesidad”. Bien sea por temas de desempleo o porque necesitan o desean
generar mayores ingresos, deciden iniciar un negocio por cuenta propia. Si sus
ideas son novedosas y satisfacen necesidades, tienen el éxito asegurado.
El “innovador” o “visionario”, se preocupa por
desarrollar ideas y proyectos para solucionar problemas y que las soluciones
sean más accesibles para quienes usen su producto. Sus proyectos tienen un
largo alcance y desarrolla planes para asegurar su rentabilidad por
siempre. Busca tendencias y siempre está
innovando. No se conforma con menos.
Así podríamos categorizar un sinfín de tipos de
emprendedores y si bien estos son los más comunes, no son los únicos. Y con
base en lo antes señalado, ya puedes conocer con cuál definición es la que más
se adapta con tu idea o proyecto.
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