Prensa. Muy Interesante.
Los dinosaurios
acorazados o tireóforos están entre los más populares, y no es para menos. Son
muy caraterísticos por su armadura(formada por placas de hueso que llamamos
osteoermos) y por sus armas especializadas al final de cola: pares de púas en
estegosaurios (ese complejo llamado tagomizador, o thagomizer) y grandes mazas en los anquilosaurios. Fósiles de tireóforos se han
encontrado en todos los continentes, principalmente de estegosaurios en el Jurásico,
y de anquilosaurios en el Cretácico. Y dentro del panorama general de su
evolución como grupo, los tireóforos del sur de Gondwana son raros y
enigmáticos, y muy probablemente representan las formas más primitivas, más
tempranas, de Ankylosauria.
En un nuevo artículo
recientemente publicado en Nature, encabezado por el paleontólogo chileno
Sergio Soto-Acuña, se ha descrito un esqueleto parcialmente articulado (o sea,
con parte de sus huesos en la posición que ocupaban en vida) y bastante
completo de un pequeño dinosaurio acorazado de aproximadamente 2 m de longitud.
Este nuevo tireóforo se ha encontrado en rocas del Cretácico superior de la
región de Magallanes, en el extremo sur de Chile. Este nuevo dinosaurio ha sido
llamado Stegouros elengassen y su característica más destacada es que
desarrolló un arma caudal diferente de todas las conocidas hasta ahora en
cualquier dinosaurio: una estructura plana, formada por siete pares de placas u
osteodermos dirigidos lateralmente encerrando el final de la cola.
Además, las
características de la anatomía de Stegouros son muy interesantes, ya que
muestra una mezcla de caracteres primitivos, muy parecidos a los de los
estegosaurios, y caracteres claramente anquilosaurianos, más derivados. Por
ejemplo, muestra un cráneo típicamente anquilosauriano, pero un esqueleto
postcraneal (que es como llamamos al resto del esqueleto excluyendo el cráneo)
muy ancestral, con algunos caracteres muy primitivos, parecidos a los que
muestran los estegosaurios.
Un anquilosaurio
primitivo, no un eslabón perdido
¿Qué significado tienen
esos caracteres tan primitivos semejantes a los que poseen los estegosaurios?
Si los anquilosaurios fueron predominantemente cretácicos, y los estegosaurios
jurásicos, ¿podemos estar ante un eslabón perdido entre los estegosaurios y los
anquilosaurios? ¿Es esta la evidencia de que los anquilosaurios descienden de
los estegosaurios? Respuesta corta: no.
Vamos a por la respuesta
larga. Aunque tradicionalmente se ha visto la evolución como un proceso lineal,
en el que las formas intermedias o transicionales eran vistas como eslabones de
una cadena, hace tiempo que hemos desechado esta interpretación. Ni hay una
línea ni hay eslabones. La visión del proceso evolutivo que se baraja en la
actualidad es la de un proceso que genera diversidad y variabilidad en todo el
espectro posible, no en una línea. Por ejemplo: imaginemos un dinosaurio
tireóforo acorazado primitivo (una forma parecida a Scelidosaurus, por
ejemplo). Este dinosaurio logra ser exitoso, y su población crece, y su
distribución se amplía.
Imaginemos que esto
ocurra durante miles de años. Y que las poblaciones de este dinosaurito, en
hábitats diferentes y sometidos a presiones de selección diferentes, van
diferenciándose en especies diferentes. Al evolucionar, no todas estas
poblaciones cambian sus mismas cosas, ni mantienen los mismos caracteres
primitivos. Una población que mantiene características primitivas en su
esqueleto y desarrolla osteodermos triangulares y espinas da lugar a los
estegosaurios. Otra población, que inicialmente también mantiene
características primitivas en su esqueleto, desarrolla las placas que forman la
armadura de los anquilosaurios.
Y los anquilosaurios, con
el paso del tiempo, y posiblemente a causa de esa armadura tan extensa, acaban
modificando las vértebras de su columna vertebral, dejando de ser tan
primitivas, dejando de parecerse a las de los primeros anquilosaurios. Y
dejando de parecerse a las de los estegosaurios. Stegouros sería una forma
primitiva de la radiación de los anquilosaurios. Y por ello, mantiene características
primitivas que también mantuvieron los estegosaurios. Además, los fósiles más
antiguos de anquilosaurios se han descrito en el Jurásico superior, conviviendo
con estegosaurios.
Además, los números
mandan: los análisis de sus relaciones de parentesco colocaron a Stegouros
dentro del grupo Ankylosauria. En concreto, aparece cercanamente relacionado
con Kunbarrasaurus de Australia y Antarctopelta de la Antártida, formando un
clado de anquilosaurios que parece ser exclusivo de Gondwana, una rama que se
diversificó antes que todos los demás anquilosaurios. Un grupo ancestral y
primitivo al que se le ha dado el nombre de Parankylosauria.
Un arma única, o no tanto
Como hemos mencionado, Stegouros poseía un arma caudal única, distinta de todas las conocidas hasta ahora en cualquier dinosaurio. Esta arma era una estructura plana formada por siete pares de placas u osteodermos dirigidos lateralmente, y cuyas bases encerraban las últimas vértebras de la cola. Externamente, esta arma pudo tener cierta semblanza con un macuahuitl, un arma típica de los aztecas.
Un estudio en conjunto
con el resto de las armas caudales de los tireóforos (especialmente en
esqueletos que se han encontrado en conexión anatómica, con los huesos en su
posición original) incluyendo este nuevo integrante, puede arrojar mucha luz
acerca de cómo se han formado cada una de estas armas caudales. Y es que, al
parecer, todas tienen la misma base y se forman de una manera parecida. Los tagomizadores
de los estegosaurios están formados por espinas pares que también encierran
lateralmente o encapsulan las últimas vértebras de la cola. Y las mazas de los
anquilosaurios más derivados se forman por la fusión de los últimos osteodermos
que encierran las últimas vértebras de la cola.
Además, gracias a este
nuevo anquilosaurio, podemos llegar a hacer inferencias para sus parientes más
cercanos, de los que se desconocía si poseían arma caudal. Es el caso de
Antarctopelta. Sus osteodermos son muy semejantes, y también la forma de sus
vértebras de la cola. Todo ello parece sugerir que podría haber tenido un arma
caudal semejante a la de Stegouros.
Este es uno de tantos
ejemplos de cómo una especie nueva, que puede llegar a ser considerado como una
mera curiosidad, es mucho más. Y es que aporta datos nuevos que permiten
entender la evolución de un grupo entero. Piezas nuevas de un puzzle que, poco
a poco y con cada hallazgo, va tomando la forma de un mundo extinto.
Referencias:
Soto-Acuña, S. 2021.
Bizarre tail weaponry in a transitional ankylosaur from subantarctic Chile.
Nature, 600 (7888): 259–263.
Brown, B. 1908. The
Ankylosauridae, a new family of armored dinosaurs from the Upper Cretaceous.
American Museum of Natural History Bulletin, 24: 187—201.
Norman, D.B. 2021.
Scelidosaurus harrisonii (Dinosauria: Ornithischia) from the Early Jurassic of
Dorset, England: biology and phylogenetic relationships. Zoological Journal of
the Linnean Society, 191 (1): 1–86.
Norman, D. B. et al.
2004. Basal Thyreophora. In: The Dinosauria. Berkeley: University of California
Press.
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