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Versión en Español. La Macanilla, Venezuela - El gobierno venezolano ha proclamado un duro golpe tras otro contra los traficantes de drogas, haciendo gala de barriles de cocaína líquida incautados, los aviones de medicamentos recuperados, los laboratorios de cocaína atacado y destruido pistas de aterrizaje.
Durante años, los Estados Unidos ha estado trabajando con los gobiernos amigos de Colombia , México, Honduras, Guatemala y otros países de América Latina, gastando miles de millones de dólares para interrumpir el flujo de drogas hacia el norte. Sin embargo, debido a las relaciones antagónicas con el presidente Hugo Chávez, de Venezuela, el alcance de los agentes antidrogas estadounidenses, y la ayuda que viene con ellos, no se extiende aquí.
"Nuestro espacio aéreo ha sido tomada", dijo Luis Lippa, ex gobernador del estado Apure, que tiene previsto ejecutar de nuevo como candidato de la oposición en las elecciones de diciembre. Refiriéndose a las garras de los traficantes en la región fronteriza, dijo, "Nuestro territorio nacional se ha reducido".
Un mapa de pistas de vuelo realizado por una fuerza de los Estados Unidos de trabajo del gobierno con datos de radar de largo alcance hace que el punto claramente: una espesa maraña de líneas onduladas que representan los vuelos de drogas, se origina en los estados Apure, en la frontera de Venezuela con Colombia, los jefes del norte a la el Caribe, y luego toma una cerrada a la izquierda hacia América Central. A partir de ahí, los medicamentos se trasladó al norte por el bien establecidos en México los traficantes.
El Presidente Obama firmó un memorando en septiembre que designó a Venezuela, por séptima vez, como un país que no cumplió con las obligaciones internacionales para combatir el narcotráfico. Citó un informe federal que llegó a la conclusión de que el país era "una de las rutas de tráfico preferidas de América del Sur" y tenía un "medio ambiente en general permisivo y corrupto".
Venezuela dice que está atrapado en el medio - Colombia produce la droga y los Estados Unidos que consume - y que está haciendo todo lo posible para defenderse. En mayo, el gobierno anunció que el número de vuelos ilícitos que detecta había reducido a la mitad de este año, aunque se negó a proporcionar los datos para respaldar la reclamación.
"Estamos golpeando el tráfico de drogas dura todo el tiempo", dijo Ramón Carrizalez, el gobernador de Apure, el estado fronterizo donde los vuelos cargados de drogas se originan, hablando en mayo en una conferencia de prensa para anunciar la destrucción de 36 pistas de aterrizaje ocultas. "Muy pocos países están llevando a cabo una política como la nuestra."
Pero Estados Unidos dice que los esfuerzos de Venezuela están profundamente obstaculizado por la corrupción, en particular por los vínculos entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, conocidas como las FARC, que controla gran parte del tráfico de cocaína en la región.
Desde 2008, el Departamento del Tesoro ha acusado a al menos siete de alto nivel oficiales militares y funcionarios actuales y anteriores en el gobierno de Chávez de ayudar a las FARC, y en ocasiones el intercambio de armas por drogas. ministro de Defensa, Henry Rangel Silva fue uno de los señalados por el del Tesoro de los funcionarios. Venezuela rechazó las acusaciones como una intromisión imperialista.
La Oficina de la Casa Blanca de Política Nacional de Control de Drogas estima que hasta un 24 por ciento de la cocaína enviada desde Sudamérica en 2010 pasó a través de Venezuela, lo que representa más de 200 toneladas.
Más de la mitad de esa izquierda de los campos de aterrizaje ocultos en los estados Apure, según los analistas. Dicen que el papel central de Venezuela como punto de tránsito para los cargamentos de droga comenzó después el Sr. Chávez interrumpió la cooperación con la Administración de los Estados Unidos de Control de Drogas en 2005, acusando a sus agentes de espionaje.
Alrededor del mismo tiempo, Colombia, con la asistencia de los Estados Unidos, comenzó a reforzar el control de su espacio aéreo.
Como resultado, los traficantes saltaron a través de la frontera con Apure, donde se formó una pista de aterrizaje en la pradera plana en pocas horas arrastrando un tronco detrás de una camioneta para alisar el terreno.
"Usted puede hacer estallar un campo de aviación aquí y eso no importa," dijo un residente, de pie junto a un agujero de ocho metros de profundidad que los soldados habían quemado en una pista de aterrizaje cerca del río Cinaruco, las llanuras se extiende por kilómetros. "Ellos pueden hacer otro derecho de al lado."
Pero quizás el principal atractivo para los traficantes es que el control del gobierno federal en gran parte de Apure, el estado más pobre del país, es provisional en el mejor.
En muchas zonas, los residentes dicen, el verdadero poder está en manos de las FARC, que ellos describen como movimiento en todo el estado con la impunidad alarmante.
Un residente que vive en el Parque Nacional Santos Luzardo, un pintoresco preservar el rico en vida silvestre, dijo que el mes pasado dos miembros de las FARC patrullaban la zona remota en las motocicletas, pedir a los campesinos si habían oído ningún avión, aparentemente preocupados de que los traficantes estaban utilizando una pista de aterrizaje cercana sin tener que pagar.
Los guerrilleros también recaudar dinero la protección de las empresas locales, ganaderos y pesqueros a lo largo de los campos de algunas partes de la larga frontera de Venezuela con Colombia. Un residente dijo que un pequeño grupo de miembros de las Farc se presentó en una granja en diciembre e instalaron un campamento durante una semana, utilizando como base para patrullar la zona y, posiblemente, la protección de vuelos cargados de drogas. Dijo que el propietario no tenía ninguna opción sobre si aceptar, aunque los guerrilleros trajeron su propia comida.
Los residentes también expresaron su temor y la desconfianza de las autoridades gubernamentales. La mayoría dijeron que creían que los funcionarios locales y los soldados estaban en connivencia con los traficantes y que pasar la información sobre las actividades de los traficantes se traduciría en represalias. Los residentes dijeron que habían aprendido a convivir con los traficantes de la misma manera que se había acostumbrado a la frecuente sonido de aviones de vuelo bajo por la noche. Sin embargo, muchos dijeron que tenían miedo y se sentía intimidado.
"Todos sabíamos lo que estaba pasando, pero nadie dijo nada", dijo un hombre de los contrabandistas que usaban una pista de aterrizaje local. "¿Qué íbamos a hacer al respecto? El que debería estar haciendo algo es el gobierno. Ellos deben ser constantemente patrullando la zona. "
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