Artículo de Opinión. Félix Velásquez. El pasado martes me toco el placer de visitar al Estado Vargas y en especial la parroquia Catia la Mar para dictar un taller de Derechos Humanos y presentar el video de la experiencia chilena, en donde un pueblo valiente y aguerrido derroto al dictador Augusto Pinochet después de ser oprimidos por años.
En esa oportunidad pude compartir con Ruby Danilow una dirigente de larga data en Vargas, quien ha venido dando el todo por el todo por la mujer venezolana y por el desarrollo de su Estado. Es sorprendente cuando un grupo de activistas se comprometen con principios libertarios en su tierra natal y leen una proclama que se siente en las fibras y en alma. Que orgullo escuchar a una mujer decir:
Nosotros los hijos del Estado Vargas, inspirados en los valores democráticos del ilustre Dr. José María Vargas, estamos aquí para convertirnos en el primer equipo de vigilantes de los Derechos Humanos y los principios democráticos. El Estado Vargas no se rinde y no se arrodilla ante las inclemencias de la naturaleza, mucho menos ante la bota militar que pretende amordazarnos de manera arbitraria e inconsulta, sacándonos de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos.
Mientras existan atropellos en nuestro Estado, levantaremos nuestras voces de protesta para detener la injusticia, el chantaje y la dominación por la necesidad de una bolsa de comida. Basta de apatía y resignación, luchemos hasta el cansancio, para renacer de las cenizas como lo hizo el ave fénix.
Nos sobran razones para invitarlos a soñar con el Vargas posible, ese Estado en donde el turismo sea la palanca que nos permita salir del atraso y nos convierta en la capital mundial del turismo, para que hombres y mujeres puedan conseguir el futuro que siempre han soñado. Después de oír estas palabras sabemos que hay un camino y ese camino lo labran los propios ciudadanos, hombres y mujeres que creen en el futuro, que piensan que el desarrollo como estado y como nación está en manos de todos, no en una individualidad o un solo pensamiento. Vargas tendrá futuro en la medida que la apatía y la frustración no se apodere de sus hijos.
Cuando todos los varguenses vean cada rincón de arena y playa como un paraíso y se comparen con islas como Aruba, Curazao, la misma Cartagena, Punta Cana y otros, entonces el litoral central le dará felicidad a los venezolanos y evolución y progreso a todos los habitantes de esa tierra cálida y hospitalaria. Por todas estas razones este 7 de octubre vota sin mordaza, no te quedes en tu casa.
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