Prensa. AFP. El gobierno
español prosigue el jueves su lucha contra el déficit con un presupuesto 2013
que prevé 39.000 millones de euros de ajuste, incluida una nueva congelación
del sueldo de los funcionarios, pese al creciente malestar social y con la perspectiva
del rescate cada vez más cerca.
Tras reducir sus salarios en un 5% en 2010 y congelarlos durante dos años
consecutivos, el gobierno anunció el miércoles a los sindicatos de funcionarios
que volverán a sufrir medidas de austeridad en 2013. "Nos han informado
que se congela el sueldo para el año que viene", explicó una fuente de
Comisiones Obreras (CCOO), mayoritario entre los trabajadores públicos, tras
una reunión con miembros del gobierno del conservador Mariano Rajoy.
El ejecutivo se dispone así a proseguir con su esfuerzo por reducir el déficit
público a 2,8% del PIB en 2014 frente al 8,9% de 2011, para lo que ya anunció
ajustes de 150.000 millones de euros. Estos nuevos presupuestos prevén una
reducción media del 12% en el gasto de los ministerios que irá, según la prensa
española, entre 4% para Justicia y 30% para Agricultura. El ministerio de
Cultura aplicará recortes de entorno al 30% en su aportación a instituciones
como el Museo del Prado o el Gran Teatro del Liceo, afirmaba el diario El País.
El proyecto de presupuesto tiene en cuenta la subida del IVA y de otros
tributos, con los que prevé recaudar 15.000 millones de euros. Otros 7.000
millones deberían llegar de recortes en las Comunidades Autónomas, que
gestionan los presupuestos de sanidad y educación. El resto de ahorros
procederá de la reducción de las prestaciones por desempleo y ayudas sociales,
y de la congelación de las contrataciones en el sector público. El objetivo es
reducir a 4,5% en 2013 un déficit público que Madrid se comprometió a limitar
al 6,3% este año.
El gobierno también debe presentar un nuevo paquete de reformas, negociado con
Bruselas, para estimular la actividad de las empresas españolas y sus
exportaciones. "España espera con este presupuesto hacer lo suficiente
para cualificarse para una ayuda" europea sin nuevas condiciones, con la
intención de "presentar todo esto como decisiones españolas y no
condiciones impuestas a España desde el exterior", considera Holger
Schmieding, analista del banco Berenberg.
Tras negarse durante meses a hablar de un rescate, Rajoy aseguró el miércoles
al Wall Street Journal: si el coste de financiación de España en los mercados
se mantuviese "demasiado alto durante demasiado tiempo (...) puedo
asegurarle al 100% que pediría ese rescate" global, afirmó.
Ante las vacilaciones de Madrid a acogerse a ese balón de oxígeno, los mercados
volvieron a presionar a España el miércoles poniendo fin a las semanas de
relajación que siguieron al anuncio de medidas de apoyo por parte del Banco
Central Europeo.
El interés del bono español a diez años volvió a superar la barrera simbólica
del 6% y la bolsa de Madrid perdió 3,92% al cierre. Los mercados esperan
también la publicación el viernes de las auditorías independientes que deben
determinar cuánto de los 100.000 millones de euros prometidos por la Eurozona
necesitará España para salvar a un sector bancario muy debilitado tras el
estallido de la burbuja inmobiliaria española en 2008.
El País aseguraba el jueves que el gobierno de Rajoy se dispone a asumir como
déficit el capital público inyectado el año pasado en los bancos
nacionalizados, y que esto podría llevar a una revisión del déficit 2011 hasta
el 10% del PIB, lo que agravaría la desconfianza de los mercados.
Mientras tanto, el malestar en la calle no deja de crecer. El martes, una
protesta del movimiento social de los 'indignados', que intentó rodear el
Congreso de los Diputados en Madrid, degeneró en violentos enfrentamientos
entre manifestantes y policía. Al día siguiente miles de personas volvieron a congregarse ante el Parlamento
con gritos de "Gobierno dimisión" y este jueves estaba prevista una
marcha bajo el lema "La Educación no es gasto, en inversión. No a los
recortes".