Prensa.
Senderos de Apure.net. Ángel Cardoza. Muy pocos conocen de su trayectoria,
incluso muy pocos conocen que Lucila de Díaz, mujer incansable y trabajadora,
junto a Silverio “El Guate” Díaz, de nacionalidad colombiana, hayan concebido
para la Tierra del Nazareno, al primer y único (hasta ahora) torero, al cual
dieron por nombre Antonio Díaz. Sin embargo, el mundo del ruedo lo bautizaría
como “El Apureño”. Nacido un 11 de marzo de 1968 en Achaguas.
Hoy en día, aunque posee una fusión de acentos por los
incontables viajes al extranjero, su ideología es criollita como su
descendencia. Antonio Díaz, relató que en una tarde de corridas, en su época de
mozo cuando solo tenía 14 años, nació su interés por el toreo, desde entonces
se dedicó a crecer en este arte, que sigue siendo su pasión y profesión. Ha sido
el primer achagüense y apureño en pisar una de las plazas más difíciles: Las
Ventas de Madrid, España, haciendo historia en el toreo venezolano.
Díaz relató que se inició en una escuela taurina en San
Cristóbal, estado Táchira, ingresando como aspirante a novillero, ascendiendo a
becerrista, escalando posiciones hasta convertirse en novillero profesional. Su
debut fue en Perú, en 1990. Para 1995, es cuando incursiona como torero cómico,
por casualidad de la vida. “Necesitaban un payaso y me ofrecí de voluntario”,
desde entonces abandonó su posición como novillero para dedicarse a algo que
nacía como una pasión: arrancar carcajadas en multitudes de públicos.
España, Portugal, Francia, Venezuela y demás países, han
sido escenarios donde “El Apureño” demostró su espectáculo para un público
diverso, representando a su pueblo y su gente. “Soy multifacético, porque
encarno diferentes papeles cómicos”, destacó. Ante la interrogante sobre la
diferencia de su actual profesión a la anterior (novillero), manifestó “el
cómico es mucho más difícil, porque hay que hacer reír, cosa que no es nada
fácil, porque hay que levantar al público”.
En su entrevista, instó a los jóvenes achagüenses “a que
sean buena conducta, lo cual es muy importante, además de ser humilde en esta
vida para poder triunfar y ser grande, así brillarán mucho”. Este ícono del
toreo, espera por la llegada del nuevo año, para devolverse a España, para izar
la bandera apureña en sus plazas, siendo un orgullo (desconocido para sus
vecinos y coterráneos), en el extranjero.