Prensa.
Diario el Tiempo Bogota. La llegada de un "blanco
bien hablado y de buena presencia" a una reserva indígena en el valle
Guanape, en el estado Anzoátegui, no pasó desapercibida para los pobladores del
caserío en el que se escondía Milton Cifuentes Villa, el narco colombiano
detenido la semana pasada en territorio venezolano.
Siguiendo la
tradición, Cifuentes entregó 5 vacas y 5 cochinos a una familia indígena para
llevar vida marital con una de sus hijas de 19 años. Así intentó eludir
a las autoridades. Cifuentes se había refugiado en Venezuela luego de la
captura de su hermana Dolly Cifuentes. Pero sus salidas cada tres días al
pueblo a llamar por celular y el hecho de que habilitó una cueva a pocos metros
de su rancho, generaron suspicacias entre varios de sus vecinos. Los
rumores llegaron a las autoridades locales, que lo
capturaron el pasado jueves después de un año de seguimiento, desde que
apareció en la llamada 'Lista Clinton'.
El operativo lo efectuaron autoridades
venezolanas con el apoyo de la Dijín colombiana y la DEA. Aunque presentó una
identificación colombiana falsa a nombre de Juan Carlos López Mejía, terminó
reconociendo su verdadera identidad. El capo ya no lucía
como el prestigioso empresario de saco y corbata que se movía por sitios
exclusivos de Bogotá, Medellín y México y que lavó dinero del narcotráfico durante
25 años. Lucía barba y vestía jeans y camisa a cuadros, aparentando ser
agricultor.
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