El José Bernardo Pèrez, catalogado como una plaza fría, hizo erupción y los miles de magallaneros presentes se unieron en un solo grito: ¡Navegantes del Magallanes, campeones de la temporada 2012/13!. Es el título número 11 en la historia de la franquicia. Ese grito fue un desahogo. Contenía toda la bronca acumulada durante años de frustración. Se aniquiló el fantasma del séptimo juego de la final 2009/10, aquel que le valió la corona a los Leones del Caracas.
En esta ocasión la decepción penetró el alma del Cardenales de Lara, que murió con las botas puestas, al no poder contra la blindada artillería eléctrica, que dejó clara su superioridad con marcador de 11 carreras por 9. Si Magallanes no quedaba campeón este año, no lo haría nunca. Repetía la gente, basados en la constelación de estrellas que tenía la nave en nómina. Y cumplieron, con la ayuda de sus grandeligas, claro.
Pero el barco no jugó en igualdad de condiciones. Ellos tenían a Pablo Sandoval y Lara no. El “Panda” dejó claro que no pertenece al planeta de la LVBP. Esta liga le queda muy pequeña, por eso se ganó el premio al Jugador Más Valioso en la Serie Mundial y este miércoles recibió el mismo galardón, pero de la final venezolana. Se alzó con el MVP de manera unánime. La totalidad de los 52 votos que emitieron los periodistas fueron para el “Panda”.
Este miércoles disparó el tercer jonrón de la final, doblete, remolcó dos carreras y pisó dos veces el plato. “Fue un día muy duro, porque a mi mamá la estaban operando y tuve que jugar con eso en la cabeza”, dijo el “Panda”, que celebró el título con los Gigantes de San Francisco y ahora lo hace con Magallanes. “Ganar con Magallanes es un sueño hecho realidad. Fue muy importante traer la serie a casa, porque aquí contamos con el apoyo de nuestra gente”, resaltó.
El careo efectuado a casa llena en el “José Bernardo Pérez” de Valencia se decidió para la nave en los cinco primeros actos, donde anotaron todas sus rayitas. Vuelacercas de Endy Chávez, Pablo Sandoval, Juan Rivera, Héctor Giménez y Carlos Maldonado concretaron nueve de esas once rayitas. Sin embargo, los turcos debieron soportar dos jonrones de Luis Jiménez y otro de Oswaldo Navarro que acercaron peligrosamente el partido.
En total se dispararon ocho estacazos y es un récord para un partido de final.
Con el último out la afición magallanera explotó, violó los anillos de seguridad y la multitud saltó al terreno para celebrar el título con su equipo, con los campeones de la LVBP, los Navegantes del Magallanes.
