Prensa. AFP.
El arzobispo de la ciudad de Rio de Janeiro (sureste),
Orani Joao Tempesta, bendijo el martes el enorme terreno donde será celebrada
la misa de cierre de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) por el sucesor
del papa Benedicto XVI, en julio próximo.
En un improvisado altar en medio de un campo de 300 hectáreas donde tractores aplanaban la tierra, Tempesta deseó que los jóvenes de diferentes países y otras religiones "cohabiten como amigos" durante la vigilia y la misa de cierre de las JMJ, el 27 y el 28 de julio respectivamente.
En un improvisado altar en medio de un campo de 300 hectáreas donde tractores aplanaban la tierra, Tempesta deseó que los jóvenes de diferentes países y otras religiones "cohabiten como amigos" durante la vigilia y la misa de cierre de las JMJ, el 27 y el 28 de julio respectivamente.
Unos dos millones de jóvenes son esperados del 23 al 28 de julio en Rio en el marco de las JMJ, según los organizadores, y 60.000 voluntarios han sido reclutados para guiarlos.
"Queremos recibir bien a estos jóvenes y rezamos para que no pierdan la esperanza (...) Es un grito de esperanza para el presente y el futuro", dijo, antes de plantar una cruz simbólica de JMJ en la tierra.
El terreno de 300 hectáreas, situado en Guaratiba (zona oeste de Rio), a unos 60 km del centro de la ciudad, puede recibir hasta cuatro millones de personas, un espacio dos veces y medio mayor que el disponible durante las últimas JMJ en Madrid, dijo el arzobispo.
Subrayó que éstas "serían las últimas JMJ con dos papas", recordando las de Colonia en 2005, que fueron convocadas por Juan Pablo II y celebradas por Benedicto XVI. En la misa de clausura, se anunciará la sede de la próxima JMJ en 2015.
La bienvenida del nuevo Papa por parte de jóvenes del mundo entero se celebrará en la turística playa de Copacabana (zona sur), donde también se oficiará un vía crucis. La fecha de llegada del sumo pontífice a Rio aún no fue confirmada.
La JMJ del 2013 será la segunda que se celebra en América Latina, 26 años después de la que tuvo lugar en la capital de Argentina, Buenos Aires, con la participación del papa Juan Pablo II.
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