Prensa.
Diario El Nacional.
El
Despacho de la Presidencia colocó un toldo donde reciben las solicitudes de
ayuda de simpatizantes
HERNÁN LUGO-GALICIA
“Los que buscan plata no vienen;
los revolucionarios verdaderos, sí”.
María León, de 64 años de edad,
fue una de los pocos seguidores que ayer fueron a darle fuerzas a Hugo Chávez
en el Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo. La mayoría quizás acató las órdenes
del PSUV que prohibió manifestar en la instalación asistencial en un intento
por garantizar el orden y la tranquilidad a los pacientes.
El Frente Waraira Repano,
colectivo de la parroquia Sucre de Libertador, estuvo presente, vestido de
camuflaje militar y la amenaza de salir con las armas si los adversarios del
oficialismo desconocen al Gobierno. Empero, la jefe del Frente Waraira Repano,
Damarys Mujica, duda que la oposición pueda representar una amenaza por varias
razones: “No tienen pueblo, no tienen líder capaz de convencer a su propia
gente; en cambio, nosotros sí”. Gilmer Gutiérrez, coordinador del colectivo
4-F, alertó: “Vamos a defender el proceso, la libertad”.
Algunos de los miembros de los
colectivos llegaron en motos de altas cilindradas; otros en motos pequeñas y un
grupo en un camión. La delegación estuvo antes en la Embajada de Cuba en
Venezuela, donde entregaron un documento en agradecimiento por la atención
prestada a Chávez.
Una vez que declararon a la
prensa, un oficial del Ejército les pidió a los miembros del Frente desalojar
el lugar porque se esperaba la llegada del presidente de Bolivia, Evo Morales.
La orden fue acatada, pero Morales no apareció; sólo dos vehículos oficiales,
de color negro, ingresaron al sitio en medio de un dispositivo de seguridad.
Casa Militar, la Guardia
Nacional, el Sebin y la Policía Nacional están desplegados en los alrededores
del hospital, donde en la entrada fue colocada un detector de metales, se les
exige cédula a los visitantes, carnet a los trabajadores y agentes de la PNB se
montan en las unidades del Metro que llegan al lugar.
A los médicos se les ha dicho que
Chávez está en el piso 9 donde las medidas de seguridad son más estrictas y
sólo ingresan familiares del barinés, el vicepresidente Nicolás Maduro,
Diosdado Cabello y personal médico acreditado. “No hay acceso a ese piso; se
nos dice que él está allí pero nadie lo ha visto”, manifestó un médico.
La especie se presta a
especulación y a dudas sobre el paradero del comandante, pero fuentes de
Miraflores aseguran que permanece y estará allí en esta nueva fase del
tratamiento. Militares consultados niegan que esté en el Hospitalito de Fuerte
Tiuna, pues alegan que carece de los equipos de alta tecnología que están en el
hospital Dr. Arvelo.
A los seguidores del Presidente
poco les importa donde esté o si no lo ven; destacan que lo importante es su
obra. “El monaguillo, el arañero, el comandante, el guerrero ha regresado.
Hemos jurado vencer y venceremos. Bienvenido, Presidente”, escribieron en una
pancarta, colocada al frente del centro asistencial, el colectivo Los Guerreros
de La Vega.
El Despacho de la Presidencia
puso ayer un toldo, donde los funcionarios del Viceministerio de Articulación
Social reciben las peticiones de los simpatizantes del Presidente, las cuales
van desde viviendas, reparaciones de calles hasta préstamos para adquisición de
camiones.
Silencio oficial
La cuenta de Twitter de Hugo Chávez Frías @chavezcandanga permaneció ayer en
silencio. El último tweet corresponde al 18 de febrero luego de su virtual
retorno al país: “Sigo aferrado a Cristo y confiado en mis médicos y
enfermeras. Hasta la victoria siempre!! Viviremos y venceremos!!!”.
La hija del jefe de Estado, María
Gabriela Chávez, relató en su cuenta @Maby80 cómo recorrió ayer la ciudad
capital, sin mencionar la situación de su padre: “Disfrutando el fluidito
tráfico caraqueño. Pero d verdad HOY lo disfruto. ❤ Paciencia. Besos a tod@s!”.
El ministro de Comunicación e
Información, Ernesto Villegas P., en @VillegasPoljakE tampoco ofreció detalles
de Chávez; apenas indicó: “Mira cómo “estudiantes” de #OperaciónSoberanía
agreden a adulto mayor: casi le arrebatan marcapasos”.