Opinión. Félix Velázquez
Son
millones de venezolanos los que se solidarizan con todos los perseguidos
políticos del gobierno que usurpa Nicolás Maduro. En este momento tenemos la
convicción y los valores para darle nuestro mayor respaldo al comisario Iván
Simonovis a quien le fue negada de manera injusta la medida humanitaria que le
permitiría tratarse la osteoporosis en un lugar adecuado.
Así
mismo respaldamos al estudiante Antonio Peralta quien estuvo en la Embajada de
Cuba protestando por el vacío de poder en el que nos encontramos en estos
momentos. Por esa razón el gobierno lo está condenando a una pena de 6 a 10 años que se
ve que está cargada de odio y revanchismo por parte de quienes imparten
justicia en Venezuela.
Otra
causa a la que nos solidarizamos, es la del dirigente nacional Leopoldo López quien
fue citado al Tribunal Supremo de Justicia para que compareciera por supuestos actos ilícitos en el manejo de una
ONG´s que tenía fines sociales. La persecución política y el amedrentamiento
son la piedra angular de un gobierno que se ve perdido por sus mentiras y el
fracaso de sus políticas hambreadoras.
Ahora,
de la noche a la mañana quieren imputar al Alcalde Metropolitano Antonio
Ledezma por los hechos acaecidos el 27 de Febrero de 1989, la desesperación que
manifiestan estos chavistas está pasando de la paranoia a la locura desmedida.
Ellos nunca tienen culpa de nada y son tan cínicos que solo investigan los
casos de violación a los Derechos Humanos del año 1954 hasta el año 1998,
dejando a un lado la gran cantidad de violaciones que han cometido en los
últimos 14 años sin castigo alguno por parte de la amordazada justicia
venezolana.
En
este mismo sentido le damos todo el apoyo a los diferentes estudiantes de la
operación soberanía que se encuentran encadenados cerca del Consejo de la
Magistratura en Chacao exigiendo que se le diga la verdad al pueblo venezolano
sobre la situación que atraviesa el Presidente de la Republica.
Cabe
destacar, que con estas persecuciones el gobierno lo único que pretende es
amedrentar a los demócratas que se oponen a un régimen que ha vilipendiado la
soberanía del pueblo venezolano entregándole el timón o la conducción del país
a los cubanos, sin importarle lo que piensen los ciudadanos de a pie.
Basta
de persecuciones, insultos y babosadas por parte del usurpador de Miraflores,
ya es hora de la irreverencia popular, de organizar la protesta no violenta
pero con un sentido social y político que aclare toda esta incertidumbre en la
que nos encontramos gracias a la desaparición por de 80 días del presidente
Chávez. La mentira con que llevan este caso, está generando descontento en las
mismas filas del Psuv y la incertidumbre en ellos mismos
lo está obligando a dar pasos en falso y a dirigir una estrategia violenta
contra la oposición.