Columna. (Marlani Sánchez. @marlanisanchez)
Esta mañana me
levanté como una loca, serían las cuatro y media de la mañana, no encontré las
sandalias, ni la colita que siempre dejo en esa mesita de noche (de esas que
venden por la televisión), descalza y desgreñada, salté de la cama. ¡Exacto!
Creía que era 14 de abril.
¿Y
eso no es lo que tenemos que hacer pues? (no lo de loca, ni lo de descalza y
menos lo de desgreñada). Sí. El próximo 14 de abril tenemos todos que pararnos
bien tempranito porque será un día crucial para nuestro país: Elecciones
presidenciales. Sí. El próximo 14 de abril todos los venezolanos (ya saben los
inscritos en el REP, déjenme terminar la idea) tenemos un deber sagrado. Sí. El
próximo 14 de abril tenemos la posibilidad de ejercer uno de los derechos más
importantes que poseemos. Sí. El próximo 14 de abril mandamos nosotros. Sí. El
próximo 14 de abril mandamos todos. Sí. El próximo 14 de abril, más que un
derecho, tenemos un deber. Sí. El próximo domingo 14 de abril tenemos que
votar. (¿Es el 14 de abril, verdad?).
El
que no vote no quiere a su madre. El que no vote no es gente (literalmente,
analicen vale, analicen, ya les dije, literalmente). Abstención me suena a
abstinencia, de aquella. Ay no, ¡Voten! ¡Y amen! (de amar, sin acento en la e).
No
quiero mencionar el contexto del proceso, ni a los siete candidatos (já ¿creías
que solo eran dos?), por eso me da igual si al momento de escribir esta
¿columna? ya terminó la cortísima campaña electoral (digo, por las sanciones,
me entienden), me da igual, ninguna oración aquí escrita la vulnerará, ¡lo que
hay es que salir a votar!. ¡Vota!. ¡Tienes que votar!. No importa lo contento
que estés ¡tienes que votar!, no importa tu malhumor ¡descarga votando! No
importa si eres flaco o usas bigotes ¡Vota!
Ahora
pienso en el día de las elecciones. El día de las elecciones todos nos sentimos
poderosos, todos sentimos que tenemos en nuestras manos el destino del país,
todos andamos por ahí con caras de sobrados, algunos alardeando, otros
sonriendo sarcásticamente, otros saludando sin dejar la picaíta de ojo por
fuera, sabes, en son de complicidad, todos nos sentimos ganadores. Lo somos. El
día de las elecciones todos somos poderosos. El día de las elecciones tenemos
en nuestras manos el destino del país. Así de simple. Así de complejo. Así de
maravilloso.
Sigo
pensando en el día de las elecciones, es un día de fiesta, todos andamos
contentos, todos andamos con ganas de celebrar, y es que días antes
planificamos incluso qué vamos a hacer. ¿Dónde vas a estar tú después que
votes? ¿Dónde vas a celebrar? ¿Dónde nos vemos? ¿Tipo familiar o con los panas?.
Hey, ve que hay Ley Seca, y ya saben que el día de las elecciones por costumbre
venezolana, es precisamente el que más se respeta la misma. (¿Qué dijiste? No
te oigo).
El
día de las elecciones, ah, el día de las elecciones todos ponemos la foto del
dedito morado en el PIN, no importa que tan feo sea tu meñique (por no decir
“el chiquito”) que se vista de Nazareno y ¡pon esa foto en tu PIN!, además, ese
es quizás el único día que todos nos reímos cuando hacen chistes de nuestro
“chiquito”.
El
día de las elecciones, los periodistas vale, colegas, inexorablemente
trasteamos entre “jornada”, “operativo”, sufragio”, “CNE”, “resultados”,
“proyecciones”, “escrutinios”, “democracia”, “derecho”, “ejercer”, “voto”,
“Plan República” y “retornamos a los estudios”…
¿Y
los nervios?, el día de los elecciones, al momento del acto como tal, todos nos
ponemos nerviosos, lo hemos hecho ya sopotocientas veces, y seguimos sintiendo
esas maripositas en el estómago. Que cuchi me quedó eso. Además,
gane quien gane tendremos aumento de sueldo, entonces ¡A votar!, y a ligar que la
de “la ayudaíta” también prometa lo mismo.
El
día de las elecciones, siempre las mujeres nos hemos tardado más para salir,
pero ese día en especial, señores, estamos hablando de elecciones
presidenciales, pre-si-den-cia-les, (espero que haya separado en sílaba
correctamente, que pena con ustedes), ese día escogemos con mucho tino la ropa
que nos vamos a poner (ya plancha de pelo fría y esmalte de uñas seco, desde el
día anterior), y en ciudades tan pequeñas como San Fernando de Apure mássss, ¡Sabemos
que en esa cola va a estar todo el mundo! ¡Sabemos que nos vamos a encontrar a
“medio pueblo”! ¡Sabemos que debemos salir a votar lindas! ¡Sabemos que es un
día particularmente estelar para lucir nuestras prótesis! (¿dije “nuestras”?),
sabemos que es el día perfecto para saber lo gorda que está fulanita, lo bonita
que está perenceja, y lo bien conservada que nos mantenemos. Los hombres, ah
pues ¿van a preguntar? ¡Ellos van a bucear! Pero todos vamos a votar.
Todos,
todos, mujeres y hombres, vamos a estar pendientes del look de Tibisay…y que la
nuestra sea la “tendencia irreversible”. ¡Salud!