Columna. Marlani
Sánchez. @marlanisanchez
De
verdad que ustedes son una cosa seria. Uno aquí, hablándoles de asuntos tan
importantes como el ejercicio y sus beneficios, como la cosa esa del
“coregasmo” o “abdorgasmo”, comprobados científicamente, descritos médicamente,
con estudios que lo demuestran, ¿y ustedes? atormentándome pidiéndome el
teléfono o que les presente a mi amiga, la de los aductores fuertes! ¿Ven que
se pasan?
Que
si como está, que si cuál gimnasio es ese, que si a qué hora entrena ella, que
si a qué hora entreno yo, que si es casada, que si tal, que si cual. Ah, ella
ya lo sabe todo, pero como los periodistas no revelamos la fuente (todavía,
¿verdad?), pues no, noooooo les voy a decir quién es, ni les voy a dar su
número de teléfono, muahahahaha. Es en serio. Las ocurrencias de
ustedes…entonces hacen que uno venga y escriba demencias como esa…
Y
es que el mismo viernes de “…éxtasis en el gimnasio” mi querido editor y yo
(no, no fuimos al gimnasio) nos comunicamos, justo yo estaba saliendo del “gym”
y se lo dije, y adivinen ¿qué me preguntó?: -“¿Estaba la protagonista?”. -Sí. Y
Sí estaba. Por cierto, ella obviamente
la leyó, le pregunté qué le había parecido y su respuesta fue: -“Ayer hice aductores”, con una sonrisa
indescifrable. O que es preferible no ponerse a descifrar.
Un
muy conocido ex editor de medio impreso de este estado, muy conocido, (no voy a
nombrarlo, más que por respeto por no haberle pedido su autorización para
hacerlo), también me llamó para pedirme “el gran favor” de que le presentara “a
la atleta esa”, consciente de que él no tiene los abdominales marcados y apenas
debe tener una leve idea de lo que es un gimnasio me dijo: “Dile que yo no
tengo una ‘Silla del Capitán’, pero que sí tengo un potro salvaje”, ja ja ja,
juro que así mismo me dijo, él lo sabe, y yo también. Ah, tal y como te dije,
yo le di tu mensaje.
Hubo
una apreciada amiga, muy bella ella, por cierto la conocí en ese gimnasio,
luego nos encontramos en otras lides, que primero me dijo que había “muerto de
la risa” cuando leyó lo narrado en esas líneas, y segundo, me confesó que le
había sucedido lo mismo que a mí cuando hacía el ejercicio de pantorrillas
sentada, guaoo, eso me impresionó, supe que no estaba sola…y que sí me ve
haciendo el ejercicio se va a burlar de mi, já pues procura que no te vea yo
primero. (Risas).
Por
cierto, con respecto a eso…las ganas de orinar. Les refresco, creo que todas
las mujeres sabemos lo que se siente cuando se aguantan las ganas de orinar,
pero tranquilas, no estamos tan locas. Resulta, que eso también está descrito,
sí, en sexología, no en deporte. En deporte; el “coregasmo” y el “abdorgasmo”
que obviamente también tienen que ver con sexología, pero es que algunos
lectores pillines (y vagabundones) confundieron el asunto con el “Cocomordán”,
eso que tiene un nombre muy folklórico que raya en lo vulgar y que esta boquita
no va a pronunciar. (Googleen).
Ese
es otro tema; una serie de movimientos para algunos voluntarios, para otros
involuntarios que se producen en los músculos de la vagina y que ocurre durante
el acto sexual ¿ven que no tiene nada que ver? Digamos que como mucho son
parientes pues, pero no siameses.
El
caso es que esos músculos también se ejercitan y uno de los ejercicios es,
precisamente, amiga bella, detener la orina al momento de orinar. Exacto, ¡el
ejercicio de las pantorrillas!. O sea... y hay terapias y todo, pero si sigo
con ese tema se me va a embochinchar la columna, y se me van a embochinchar
ustedes también…y miren que el clima se presta…