Opiniòn.
@felixvelasquez
El
chavismo convirtió a la Universidad Central de Venezuela en un escondite de
malandros que infunden el terror dentro el recinto universitario, bajo la
mirada cómplice del gobierno y los órganos de seguridad del estado. Para nadie
es un secreto que la gloriosa Escuela de Trabajo social, y le digo gloriosa
porque ahí me forme para vencer la ignorancia y la violencia, está tomada por
chavistas que tienen la intimidación como bandera patria, la confrontación como
el espacio para dirimir las contradicciones académicas y el vandalismo como
generador de soluciones a los conflictos.
Todo
el mundo vio como los malandros que acompañan al chavismo en la UCV, quemaron
la sede del rectorado sin pensar que era Patrimonio Histórico de la Humanidad,
solo con la firme intención de silenciar a la mayoría de los estudiantes que
hacen vida en la universidad y que están del lado de las luchas estudiantiles y
profesorales por encima del chantaje del gobierno.
Estas
acciones deben ser rechazadas por todos los venezolanos que creen en la
academia, en la creación del conocimiento, en la transformación social desde
las aulas de clase. Quienes se ponen del lado de la violencia se arrodillan
ante el gobierno violador de Derechos Humanos, que lo único que busca es tener
estudiantes genuflexos, mudos e indolentes con causas nobles y justas.
Cuando
el chavismo quema autobuses estudiantiles, no piensa en esos jóvenes de escasos
recursos que usan esas unidades de transporte como único medio que tienen para
llegar a sus hogares. Al quemar un autobús y una Universidad están quemando los
sueños de miles de hermanos que necesitan tener universidades de calidad.
La
universidad no debe ser escondite de malandros, no debe ser guarida de
encapuchados. La academia es el espacio para la transformación y las ideas,
hacer lo contrario es un delito que la sociedad no le perdonara a los que
generan zozobra y frustración dentro de la casa que vence la sombra.
Esperemos
que el reloj universitario cuente las horas para sacar de esos rincones a los
malandros que afean la cultura ucevista y no permiten la bohemia de su tierra
de nadie, su comedor, su Aula Magna y cada verdor que se levanta con el roció
mañanero.
Los
estudiantes con valores democráticos son los que pueden sacar y derrotar la
violencia dentro de mi amada UCV. Solo hace falta querer y amar a su
universidad para poder enfrentar a esos malandro que el gobierno les paga para
que dañen y siembre el miedo en cada rincón. Solo con coraje cívico nos
pondremos del lado de luz y no de la oscuridad que pretende imponernos el
sector chavista, liderados por estudiantes eternos de Trabajo Social.