Columna. Orlando Nieves.
Catalogada como patrimonio
cultural viviente por el Instituto de Patrimonio Cultural, Magaly Loreto hoy es
ejemplo de constancia, trabajo y amor hacia la cultura en todas sus
manifestaciones. Las enseñanzas de su madre Doña María Eladia Pérez y la herencia
de la vena artística de su padre, Don Juan Bautista Loreto, quien era escritor
de versos y además un gran bailador de joropo en su juventud, hizo que Magaly
desde muy pequeña al igual que sus hermanos, Francisco Javier, Humberto Darío,
Mireya Isabel y Juan Bautista estuvieran ligados al mundo cultural.
Al lado de su esposo Miguel Baritto y de sus dos hijos Juan
Miguel y Miguel Leonardo, ha demostrado que cuando se quiere se puede si lo
haces con pasión, a ella le sobra. De profesión docente y cultora por excelencia,
ha ocupado cargos relevantes en el gobierno donde siempre ha impulsado la
cultura con profesionalismo. Quienes tenemos el honor de conocerla podemos dar
fe de ello, alegre y siempre con una sonrisa en los labios la hemos visto
transitar desde el Ateneo de San Fernando, por el grupo Topia Budare y Leña,
fundadora de las Danzas San Juan Bautista, como Dama Guía de las Calendas de
San Fernando, cultora custodia de la manifestación los Locos de San Fernando,
los Coromoteños de Apure, integrante de los Paleros de San Martín, directora
artística de la comparsa Burriquitas de San Fernando y segunda capataz de los
Diablos Danzantes del Recreo, además de ser muy buena escritora de versos y
declamadora.
Ahora nos preguntamos ¿De dónde saca el tiempo para tanto
trabajo cultural? Indudablemente es amor al arte y a la cultura. Magaly lleva
el arte dentro y fuera de nuestras fronteras, lo que le ha permitido ganar el
respeto y el reconocimiento Regional, Nacional e internacional. Si algo la
caracteriza, es que siempre está dispuesta a participar y llevar las enseñanzas
de manera voluntaria y gratuita a quien le haga la invitación, son muchas las
escuelas y comunidades que han tenido el placer de disfrutar de sus
presentaciones, porque si algo le apasiona es…“ser educadora y la de ser cultora, amo lo que hago, amo enseñar
lo que se, amo bailar”… Su sueño no cumplido fue la de ser bailarina de ballet
clásico, sin embargo eso no la detuvo. Magaly es ejemplo de la fortaleza y el
amor de la mujer Apureña, definitivamente faltan más Magalys dispuestas a
promover y fortalecer nuestra cultura. Hoy la
reconocemos como patrimonio cultural viviente de nuestro pueblo, honor a quien
honor merece. “Sigamos luchando, trabajando, formando para preservar y difundir
nuestras costumbres y tradiciones como único medio de conservar nuestra
identidad histórica cultural”. Magaly
Loreto.