Columna. Orlando Nieves.
Hace poco conversando con la
Sra. Lorena Carrasquel, responsable del Palacio Barbarito, sobre la historia de
tan emblemática infraestructura nos facilitó un cuento escrito por Ramón Mota
Báez el cual no le quitamos y no le ponemos nada. Espero lo disfruten.
Tesis de la más grande
autoridad mundial en Demonio-logia y vampirismo, profesor Richard Deczardá.
"EMIGRACION DE LOS VAMPIROS DE BASILEA Y SUS ALREDEDORES A LAS REGIONES
EQUINOCCIALES DEL NUE¬VO CONTINENTE: DOÑA BARBARA o ANDREA MATHILDE VICTOIRE ROS-SCHOBERT,
DESCENDIENTE DE LA FAMILIA TIPO DE TRANSILVANIA".
Salvo en el cine, a la mayor
parte de las personas inteligentes, les parece absurdo y carente de interés lo
que se refiere al tema de Drácula y los vampiros. No obstante, una de las obras
más representativas de la literatura venezolana, Doña Bárbara de Rómulo
Gallegos, parece estar inspirada en uno
de los más recientes casos de vampiros que se conocen en la actualidad. Rómulo
Gallegos atravesaba por una crisis de inspiración y la necesidad de encontrar
un tema original lo llevo al llano a indagar en el caudal de historias y
aparecidos que apresa entre sus sabanas.
En Achaguas el escritor conoció
a Juan Salerno, llanero atrincado y de pelo en pecho que ya comenzaba a
convertirse en leyenda. Al enterarse de los propósitos del novelista, Salerno
le refirió la existencia de una mujer extraña que había llegado de más allá de
Cunaviche, de más allá del Cinaruco, de más allá del Meta y a quien todos
llamaban “La Doña”. Se contaba que esa mujer estaba asistida de poderes sobre
naturales y que tenía un “Socio” que le había librado de la muerte, una noche
encendiéndole la vela para que se despertara en el momento en que entraba en su
habitación un peón que había sido pagado para matarla.
Se le oía con frecuencia hablando
con el “socio”, quien le revelaba los acontecimientos lejanos o futuros que le
interesaba conocer. Según ella era el propio Nazareno de Achaguas, pero como lo
llamaba simplemente y con la mayor naturalidad “el socio” se originó la leyenda
de un pacto entre ella y el mismo demonio. Tocante a amores había vivido con
Lorenzo Barquero, heredero de “La Barquereña”, fundo feraz que había salido al
dividirse las doscientas leguas originarias del hato Altamira entre los dos
hijos de don José de los Santos: José y Fatichila, casada esta con Sebastián
Barquero: y viviendo ambas propiedades, a través de sus sucesivos herederos, en
un conflicto y litigio permanente de linderos.
Doña Bárbara logró que Lorenzo
le traspasase la totalidad de La Barquereña mediante una venta simulada y la
anexo a la suya constituyendo el latifundio descomunal y gigantesco de “El
Miedo”. Continúo los litigios con los dueños de “Altamira” y fueron pasando a
su dominio leguas y leguas de las sabanas altamireñas. Lorenzo termino con el casi
completo adormecimiento de sus facultades mentales y con el organismo
destrozado por lo vicios más ruines.
Continuará…